Llegamos al apartamento de Nath y entramos, tenia todo ordenado y preciosamente deocrado y... ¡tenía un gatito! se me acercó corriendo en cuanto entré y empezo a ronronearme para que lo acariciase.
- Wow, sientete afortunada, con poca gente es así de agradable- Me sonrió.
Tras esto nos pusimos en marcha, esta noche había una fiesta en un club de la ciudad, el Snakeroom, y Nath y yo habiamos pensado en reunir allí a todo el mundo, y llegar juntos y darles a todos la sorpresa de mi vuelta a la ciudad. El plan estaba yendo a la perfección pero claro, no sabía la que me venía encima.
Nath se preparó, he de admitir que estos años le han sentado genial y que está guapisimo.. Pero no, Elena, es tu mejor amigo, piensa friamente. Termino de arreglarse y fuimos hacía el club, eran las 11, habian quedado todos a las 10 y media por lo cual Nath ya habia recibido más de 3 o 4 llamadas reclamando su presencia. Nos bajamos de la moto y Rosalya le llamó.
- Nath, ¿dónde estás? Estamos ya todos aquí y estamos esperandote para empezar a beber, pero como tardes mucho más no voy a poder controlar a esta gente.
- Tranquila Rosa, ya me he bajado de la moto, en menos de 5 minutos estoy allí, además, voy con una sorpresa
- De que coj...- Nath le colgó.
Me sonrió y fuimos en dirección al club, entramos y pude divisar a lo lejos la melena de Rosalya y la de Lyssando, eran inconfundibles. Nos acercamos a la zona en la que estaban, tambien estaban alli, Armin, Priya, Alexy, Melody y Kentin, Ken fue el primero en percatarse de mi presencia, pero solo reacciono mirandome entrar al club con cara de incredulo, como si no terminase de creerse de que volviese a estar allí. Cuando faltaban apenas unos metros para llegar, Rosa se dió la vuelta, me miró y le sonreí. Me reconoció automaticamente y vino corriendo hacía mi haciendome tambalear. Nos fundimos en un gran abrazo y pude divisar como Nath se reía mientras el resto se percataba de lo que estaba pasando.
Cuando me separé del abrazo con Rosa, me acerqué al grupo y saludé a todos, fueron todo preguntas, como estaba, que hacía allí... Comenzamos a pedir cervezas y a ponernos todos al día, estaba sentada entre Nath y Rosa, estabamos todos riendo y bebiendo y parecía que no habían pasado estos tres años separada de ellos. Todo se fue de las manos en el momento en el que anuncie en el que esto no era una visita, que me había mudado de nuevo a la ciudad y que iba a terminas los dos años de universidad que me quedaban ahí. Tras esta noticia, empezaron a invitar a rondas de chupitos y creo que perdí la cuenta a partir de la tercera.
La noche había avanzado, todo iba genial y estabamos riendonos y bailando. No podía estar pasandomelo mejor, pero todo eso iba a durar poco. El alcohol estaba haciendo ya estragos en todos, nos habiamos pasado bebiendo y de admitir que los años, habían sentado genial a Nath. Él era el único que en todos estos años había estado ahí demanera incondicional, él había soportado como aún estado enamorado de mi, yo lo usaba como mi pañuelo de lagrimas. Él me quería, y me lo había demostrado mas que con creces durante estos años. ¿Quizás debía de darle una oportunidad? Quizás es el destino el que me había traido de nuevo aqui, junto a él despues de todos estos años.
No podía parar de mirarlo a los ojos, y el no paraba de sonreirme. Noté como se inclinaba a mi oido y me susurraba
- ¿Vienes a la barra? Me apetece una cerveza, además, me apetece estar un poco a solas contigo.
Asentí y nos acercamos a la barra. Y ahí estabamos hablando de manera natural, sin parar de reirnos, alejados de las miradas indiscretas del resto de nuestros compañeros. En un momento, acercó su mano a mi mejilla, y la acarició mientras guardaba un mechon de pelo detrás de mi oreja. Le miré a los ojos, sus dulces ojos color miel estaban clavados en los mios.
-Elena... Sé que todavía estas reticente por lo de Castiel, que yodavía le quieres, pero ahora mismo estamos aquí, tu y yo y...- No terminó la frase y se abalanzó a mis labios, besandome de manera suave y lenta, yo no sabía bien como reaccionar. He de admitir que no se sentía mal, pero solo podía pensar en lo que me encantaría que los labios que estuviesen contra los mios fueran los de Castiel. De pronto, escuchámos una voz grave gritando, podía reconocer esa voz, no podía ser. Nath se recupero del golpe y fue hacia Castiel para devolversela. Intervení.
-¡¡¡CHICOS!!! ¡JODER! ¡¿NO PODEMOS TENER LA NOCHE EN PAZ?!- Grité, ambos me miraron sorprendidos, no esperaban esto de la Elena que conocian. Los miré, con expresión cansada y me fuí a la salida del bar sacando un cigarro de mi bolso. No iban a cambiar nunca estos dos.
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Vuelta a la ciudad // CDM // CastielxSucrette
Fiksi PenggemarElena era una joven de 20 años que volvía a la ciudad en la que vivió anteriormente tantas cosas para terminar sus años de universidad. La ciudad que la vio crecer, enamorarse y como le partieron el corazón. Volverá a ver a sus amigos, pero inevitab...