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El chico termina de fumar en el momento que la chica termina su primera canción. Los vecinos y vecinas aplauden, desde aquella señora que ha salido expresamente al balcón para escucharla mientras sigue cosiendo el peluche que regalará a su nieta cuando por fin pueda salir de casa y conocerla, hasta ese niño que peina una muñeca.

En cualquier otro momento Luis daría media vuelta y volvería a entrar en casa, cerrándose al estudio medio amueblado que había creado en una habitación de su casa. La misma habitación que hacía unos años su ex había mencionado que podía ser por su futuro hijo o hija. Hijo que nunca llegó porque antes se acabó aquella relación que prometía ser eterna.

En cambio, la voz de la chica, que resuena por todo el vecindario hace que sus pies no respondan y se vea obligado a permanecer allí. Bueno, obligado tampoco, sino no se acomodaría a la barandilla del balcón con una sonrisa en los labios.

Se deja hechizar por las dulces notas que salen del piano y por la bella melodía que hace que su piel se erice. Piensa que una vez este concierto improvisado acabe intentará buscar por las redes, sea como sea, el nombre de esta chica a la que todos los vecinos aplauden nuevamente emocionados.

El tiempo pasa rápido y para Luis le parecen segundos cuando la chica se levanta para dar las gracias y aplaudir al público que la ha acompañado. Observa cómo, con cuidado, vuelve a guardar el piano dentro de casa y deja la puerta del balcón entreabierta. Segundos después ya no se ve nada tras los cristales de aquel piso.

Luis decide hacer lo mismo y se da prisa cuando ve que la hora se le ha echado encima y no tendrá mucho tiempo para terminar las cosas que tenía programadas para hacer hoy, ya que en menos de una hora recibirá la videollamada de su madre y prevé horas en el teléfono.

Aprovecha el tiempo que le queda después de haber terminado de retocar la melodía de una nueva canción para curiosear las redes. Por mucho que busca y rebusca no consigue encontrar nada de aquella chica en las principales cuentas de las grandes discográficas de este país, incluso hace una búsqueda en las más pequeñas.

La llamada con su madre le hace volver a sus raíces. Pensar en Galicia siempre es una bocanada de aire fresco y más si de sorpresa se añade su hermana saludando desde Bélgica y asoma la cabeza su sobrino de dos años que ya empieza a parlotear en gallego y le da demasiada ternura.

Las caras de su familia se convierten en las de sus amigos con el paso de las horas. Ana y Roi no parecen quererlo dejar dormir y eso que él está encantado de compartir un ron con cola este viernes noche y unas canciones con guitarra a través de la cámara.

Llega en la cama con una sonrisa, no se imaginaba un día como este en el momento que ha abierto los ojos esta mañana. Si había logrado pasar los otros días con una sonrisa a pesar del confinamiento, la llegada del viernes no ha sido tan alegre. Y es que no siempre se puede estar irradiando felicidad.

Sin embargo ahora lo ve todo de otra manera, sobre todo cuando la sonrisa y la luz de aquella chica misteriosa vuelven a su mente. Entonces se duerme con una sonrisa y su protagonista es la cantante del balcón.


Aire entre los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora