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Se han acostumbrado a compartir casi cada parte de su día a día. Pasan largas horas en el balcón compartiendo minutos y segundos. Desde el día que se dijeron mutuamente que ya no sabían ni podían vivir sin el otro no se han vuelto a separar, aunque los separen unas paredes que hacen de frontera entre ellos. Dentro de sus mentes está el pensamiento de derribarlas o de quedarse en un solo castillo de su reino, pero tampoco quieren violar la libertad e independencia del otro, por lo tanto, ninguno de los dos ha lanzado ni compartido su propuesta.

Lo que si comparten son todas las comidas del día en el balcón, incluso ese día que pasa un aire más helado se abrigan para poder estar este rato juntos. Poco a poco han ido haciendo una rutina sin darse cuenta y pasan casi todas las horas fuera en el balcón compartiendo las horas de trabajo y de tareas que deben cumplir de forma diaria. Podríamos decir que su vida se ha trasladado, en cierto modo, en el exterior. Las escasas horas que pasan separados les pesan, sin contar las que duermen, ya que después de horas contando las estrellas se vuelven a desear las buena noche cientos de veces más a través de sus dispositivos móviles una vez en su cama.

También han tomado como costumbres los paseos diarios de la mano, bueno, algunos los hacen corriendo a una distancia no muy alejada el uno del otro, casi pegados se podría decir. Les gusta explicarse recuerdos que han vivido por las calles de Madrid durante la hora de paseo, él desde hace más tiempo y ella toda la música que guarda cada esquina desde hace unos meses. Madrid, incluso, los transporta a sus raíces y en los lugares donde han viajado, dejando que investiguen y se sorprendan con sus pasados ​​y haciendo volar la imaginación hasta un futuro donde pretenden compartir estos recuerdos que ahora les son individuales.

Sus amigos también han ido viendo como en los últimos días sus amigos estaban más juntos que de costumbre y los pocos minutos que les ha concedido a ellos han comprobado como la relación se ha afianzado a pasos agigantados. Roi aún flipa con la casualidad de sus amigos y llena el móvil de Luis con mensajes para descubrir cómo pasó, cuáles son sus sentimientos y para saber cómo lo están llevando. Aunque para el gallego menor el mayor sea como su hermano, no se ha olvidado de advertirle que no se lo pondrá nada fácil en el caso de que le hiciera daño a la catalana. Ana, en cambio, está pletórica por sus amigos, disfruta de los mensajes que de vez en cuando recibe de forma individual de cada uno de ellos donde muestran lo bien están con lo que viven actualmente. No se engaña y sabe que tiene un poco de miedo y sufrimiento por si saliera mal, pero no quiere pensar en esto y hace caso a su lema de "creer es poder".

Quien también está pletórica es la catalana, que no sabía que un confinamiento le traería tantos cambios, y alguno de muy bueno. Poco a poco se empieza a ver la luz de final del túnel y ahora, que ya se encuentran a finales de mayo, las normas comienzan a ser menos duras que antes. Aun así, no le importa quedarse en casa si es por el bien de todos y además puede ver a Luis todo el día. Como ahora.

- ¿Entonces primero tengo que freír las patatas y ya después añado el huevo? - Le pregunta al gallego a través de la pantalla. Hoy Luis le ha sorprendido con la propuesta de aprender a hacer la tortilla más buena del mundo, como ya le dijo el primer día que se la dejó probar. Estos días también han estado cocinando juntos, alguna comida la ha hecho el chico y algún la chica, otros han hecho alguna competición sobre cuál de los dos la hacía más bien, y a veces tan sólo han cocinado cada uno por su lado compartiendo rato a través de la pantalla.

- Niña, no te me despistes. El queso, Aiti, te lo he dicho ya diez veces. - dice Luis riéndose viendo como la catalana vuelve a distraerse con el torso desnudo que él deja entrever sabiendo la reacción en la chica.

- Ay, Luis. Hoy estoy despistada, será que va a llover.

- ¡Chozos de punta van a caer, ya lo puedes decir! - Su carcajada no se resiste y la chica se enfada ensuciando la pantalla de huevo del impulso.


Muchos minutos después y con una tortilla al borde de estar negra y asada, los dos están preparados para poder probar la obra de arte que la chica insiste en haber hecho. Con una primera mordida el gallego tiene suficiente para levantarse y volver a aparecer en el balcón con una tortilla que tiene mucho mejor aspecto que la que permanece apartada en sus platos. La catalana frunce el ceño pero no se opone a probar la que ahora le ofrecen, y que sabe que supera la suya en todos los aspectos.


- ¿Salimos? - un aire frío acompañado de nubes negras ha ido apoderándose del cielo de Madrid durante las horas que Luis y Aitana han pasado fuera el balcón trabajando después de comer. Él ha llenado varias páginas de borradores que pasarán a canciones y formarán parte de su nuevo disco, ella ha contestado correo tras correo con el portátil en las rodillas mientras observaba e intentaba descifrar de reojo cada palabra que el chico marcaba en el cuaderno.

- Está a punto de llover, ¿no crees?

- Más Madrid por nosotros, ¿no? ¿Vienes? - el chico desaparece y la chica lo deja todo para recorrer el mismo camino que Luis hace en su casa.

Salen del portal cuando cae en Madrid la primera gota de lo que será una gran tormenta. ¿Pero a quién le importa eso? A ellos seguro que no. Porque aprovechan las calles vacías y oscuras de la gran ciudad para decírselo todo con los ojos, para luchar contra la lluvia y para sentirse libres. Y más libres se sienten cuando una vez secos y duchados, esta vez sí que separándose un rato, escuchan en silencio el ruido de la lluvia y sus respiraciones aceleradas por todas las emociones que llevan dentro. Y parece que entre toda la oscuridad hay luz en su balcón.



Espero que os haya gustado. Este capítulo era más para saber cómo pasan el día a día que para desarrollar la historia (que en cierto modo lo hace), pero los próximos los tendremos más cargados, ya que son los últimos...

Ya veis que en la historia hemos llegado a finales de mayo...

Deseando saber que os parece y poder estar en contacto con vosotros un poco. Nos vemos en los comentarios, por Twitter: Lia150008, y también por Curious Cat.

Muchos ánimos para todas y todos. ¿Cómo estáis llevando estos días? Por aquí todavía en la Fase 0, así que tocará esperar un poquito más. Lo más importante es seguir las recomendaciones y continuar quedándonos en casa.

¡Mucha salud y muchas gracias!

Lia


Aire entre los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora