El domingo empieza muy bien para Aitana y Luis, sin saberlo los dos se levantan con una sonrisa en la cara al reconocer el cantar de los pájaros, y es que aunque no puedan disfrutar de la primavera que comienza como les gustaría, aún pueden dejarse llevar por los bonitos cambios que esta trae.
Ver sus instrumentos junto a la puerta del balcón quizá también hace que su sonrisa permanezca durante unos minutos más recordando lo que pasó el día anterior.
Les es difícil a los dos decidir cómo pasarán este domingo encerrados en casa, y es que han ido descubriendo que aunque durante el año vayan acumulando quehaceres ahora que tienen todo el tiempo del mundo están más indecisos que nunca.
Luis aprovecha la mañana para ponerse video tutoriales y practicar un poco con el piano que tiene instalado en casa desde hace unos meses. Roi ya lo ha avisado que no es trabajo fácil, que él lo intentó varias veces y no consiguió aprender hasta que su novia le regaló unas clases por su cumpleaños el año pasado. Con el paso de las horas parece que la canción que se ha propuesto aprender va mejorando y, incluso, se atreve con otra. Decide coger el móvil y grabarse para pasárselo a su amigo que al instante le contesta con insultos que terminan en risas.
Aitana en cambio se sienta en el sofá y deja que pasen las horas. Cansada de ver los segundos pasar y escuchar el piar de los pájaros se acerca a la ventana del balcón. Observa las pocas hojas verdes que empiezan a crecer en los árboles y las gotas que aún caen de las sábanas que después del desayuno ha extendido. También analiza lo que hacen sus vecinos, primero se fija en el balcón de su lado y se decepciona al verlo vacío. Ver como todo el mundo es productivo le produce angustia y se apresta en esconderse tras las cortinas y pensar en algo productivo que pueda hacer. Se ríe en imaginarse como el humo se escapa de su cabeza al esforzarse y no obtener ninguna idea buena. Finalmente se rinde y se acerca a la estantería para coger cualquier libro.
"El puzle de cristal" es el elegido después de terminarse ayer la primera parte de la trilogía, pero antes de cogerlo se percata del cuaderno rojo que reposa a su lado. Lo coge con suavidad intentado recordar todo lo que dentro alberga.
Los retratos con carboncillo de su prima pequeña es el primero que le da la bienvenida, dando paso a bocetos de cuerpos desnudos de mujer, dibujos de ojos e incluso el de dos manos enlazadas que recuerda que hizo un día como hoy de primavera sentada en un banco del paseo de su pueblo retratando el amor de dos ancianos que paseaban.
Sale al balcón dispuesta a dejar inmortalizado el momento que están viviendo y que dejará huella en la historia. Sale de su abstracción cuando empieza a sentir el olor de canelones que sale de alguna de las ventanas. No acaba de estar satisfecha con el dibujo que tiene en sus manos y es por eso que lo deja aparcado en la mesa de la salita cuando entra. Es impactante ver cómo ha dejado inmortalizadas las calles vacías, da miedo.
Con la barriga llena y aún con el antojo de canelones que le ha dejado el olor del balcón, se dispone a ver un poco la televisión e informarse de lo que ocurre en su país, no sabe si es el cansancio de después de comer o simplemente el aburrimiento que siempre le han causado los políticos pero va notando como sus ojos se cierran lentamente.
Un fuerte ruido la despierta horas después y la oscuridad que se ha instalado en el piso le hace mirar el reloj con atención. Si bien recuerda ayer en esta hora aún se veía perfectamente. Es cuando se dirige hacia el balcón que escucha el ruido de la lluvia.
- ¡Mierda! ¡La ropa!
- ¡Ostia! ¡Qué susto me has dado, joder!
- Ay... Lo siento, perdón. ¡¿Qué hago yo con todo esto, jolines?! Maldita lluvia... - murmura.
- Pues a mí me encanta, me hace volver a casa. - Es con estas palabras cuando Aitana se da cuenta del acento marcado del chico y de que todavía ni lo ha mirado. - Soy Cepeda, encantado. - Le dice alargando el brazo el chico del balcón.
Jo, muchas gracias por la acogida que está teniendo esta historia. Estaré encantada de recibir vuestras opiniones o peticiones por aquí. También podéis encontrarme en Twitter: @Lia150008
¡Espero que os guste!
Lia

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Aire entre los dos
RomansaCalles desiertas. Trenes vacíos. Supermercados sin nada. Casas llenas. Hospitales llenos. Un virus ha hecho confinar a miles de personas. Y una de estas es Aitana. Encerrada en su piso en una ciudad todavía demasiado desconocida para ella. Pero... ¿...