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Se despierta con una sonrisa que se borra cuando escucha un golpe seco. Se levanta rápidamente con algunas dificultades por las sábanas que se embolican entre sus piernas. Se agacha con el corazón en un puño cuando ve su móvil en el suelo pero respira aliviada tras comprobar que está intacto. La sonrisa vuelve a aflorar en recordar que anoche se durmió con la voz de Luis y recuerda sus últimas palabras antes de caer dormida: "No digas que estás sola, no temas, que por ti estaré, por ti ya estuve y estaría."

Está un poco confundida y no sabe cómo reaccionará cuando vuelva a interactuar con el gallego pero sus dudas se han esfumado, cree en sí misma y hoy tiene la autoestima por las nubes. Le ha costado años trabajar en esto último y no puede volver a recaer como hace un par de veranos. No quiere volver a vivir encerrada en las sábanas de su habitación como si la vida no existiera, maldiciendo todo lo agradable y colorido. No quiere volver a caer en un pozo sin fondo de donde le costó encontrar las escaleras para ver la luz, pero que gracias a su familia y su mejor amiga descubrió. No pasó una buena época cuando supo que una buena amiga la había engañado y había vuelto en contra a todas sus amistades del pueblo, y cuando se vio sola no supo seguir adelante. Su vida se detuvo y recuerda aquellos días como el peor verano de su vida. Y ahora que está encerrada en casa y vuelve a acercarse el verano sabe que por mucho que sea diferente no será tan difícil y oscuro como fue aquel.

Mira la hora y ve que entre pensamientos se han esfumados los minutos y ahora no le quedan suficientes para poder cambiarse y salir a dar una vuelta antes de que marque la hora que dicta la finalización de su franja horaria para disfrutar de las calles de esta gran ciudad. Ha salido un par de veces desde el día que el gobierno decidió aplicar esta medida y aunque tenía muchas ganas de salir de una vez para maravillarse de los edificios de Madrid, ha sufrido bastante por la falta de respeto de la gente al saltarse las normas impuestas.

Decide pasar por la ducha antes de desayunar apuntándose mentalmente salir después de aplaudir. Con la toalla todavía enroscada al cuerpo analiza la agenda y las cosas pendientes que tiene por hoy, se ha apuntado algunas de las canciones que quiere versionar para colgar en sus redes y tiene pendiente responder algún correo de alguna escuela musical, productora y representante que han ido visualizando su día a día digitalmente.

Con una tostada de queso para contrastar con el trozo de pastel que comió ayer cuando aún hablaba con Luis, sale a la terraza. El sol cada vez calienta más y por eso decide desatar su pelo y dejar que se seque con el aire. A su lado se abre la puerta y aparece el chico con una taza en sus manos, su pelo también está húmedo.

- ¡Buenos días! - dice escondiendo una sonrisa. Aitana también intenta disimular la sonrisa que ha aparecido en su cara sólo apareciendo el chico. - ¿Has salido?

- Sí, ¿no lo ves?

- Que madrugadora, pues. A mí se me han pegado las sábanas... ayer no dejabas que me fuese...

- ¿Qué? Si fuiste tú... - Luis entrecierra los ojos y ya no disimula la sonrisa burlona que se forma en sus labios. - De acuerdo... los dos. Yo también me acabo de levantar.

- Entonces no has salido - la mirada confundida de Aitana hace que Luis tenga que explicarle que se refería a la calle y no duda ni un momento en burlarse de la catalana.

- Tonto.

- Pequeña.

- ¡Yo no soy pequeña! - El teléfono de la catalana, que ha dejado en la silla del balcón cuando ha salido, empieza a sonar obligándolos a separar sus miradas después de demasiados segundos conectadas.

- Dime. ¡Ay, Ana! - las chicas se están hasta cinco minutos hablando y riendo, Aitana siente la mirada de Luis clavada en su cuerpo pero en cambio de molestarla le gusta que el chico se fije en ella.

- ¿Niña, me escuchas?

- Aiti, te están hablando - es con la voz del gallego cuando ella sale del ensimismamiento al que se había adentrado.

- Ay, perdona. - Escuchando la voz grave del chico, Ana reconoce a su amigo e incita a su amiga a unirlo a la llamada, después de unos minutos cuatro caras aparecen en la videollamada de dos ordenadores de Madrid. Una llamada, dos pantallas, tres pisos y cuatro personas.

Es la primera vez que están los cuatro juntos y Aitana ya no siente que esté ni pueda estar fuera del grupo que ahora forman. Ha observado la amistad que tiene el chico de su lado con sus dos amigos al igual que la confianza que muestran durante toda la llamada. Ha sido todo bastante sencillo contando con que Ana ya sabía bastante de lo que pasaba en aquellas coordenadas de Madrid gracias, en buena parte, a la catalana y por algunos detalles del gallego. El inicio de conexión ha sido bastante divertido y los cuatro saben que será un recuerdo que guardarán para siempre.


- ¿Pero y esto? - pregunta Roi en aparecer en pantalla llamado por su novia. - Eres igual que un amigo mío, chaval. Pero, Aiti, ¿no estabas sola, tú?

- Roi, tío, ¡que soy yo!

- ¿Nos conocemos?

- Maremeva, ¡que soy Luis! - con unas explicaciones por parte de las dos chicas y con alguna aportación del gallego mayor que se pregunta cómo puede ser amigo del pequeño, consiguen aclarar todas las dudas de Roi.

- Tío, entonces aquella chica...

- ¡Roi! ¡Cállate!



- ¿Te atreves, Aiti? - de nuevo es la voz de Luis el que la hace despertar de sus recuerdos. Y es que sus amigos llevan desde hace un buen rato pidiendo e insistiendo en que sus amigos les canten algo.

- ¿Cantamos la primera que hicimos?

- ¿No puedo vivir sin ti? - la chica asiente con una sonrisa en los labios y a través de la pantalla sus amigos parecen distinguir un cierto brillo que nunca habían visto en sus ojos. Brillo que se encomienda a los ojos del chico.

Y así es como un martes a media mañana después de muchos días, en una de las calles de la mañana, con la mirada de sus amigos, Aitana y Luis vuelven a compartir una canción en el balcón.




Esta vez he tardado un poco más en colgar capítulo, ya que las salidas me han trastornado un poco el horario. Como veis nuestros protagonistas también pueden salir a la calle. Espero que estéis disfrutando de estos paseos, pero sobre todo estéis respetando las normas de seguridad establecidas.

Estamos ya en los capítulos finales, seguramente sólo queden cuatro. ¿Cómo creéis que se encarará este último tramo?

Recuerdo por aquí que cada final de semana cuelgo capítulo de "Procuro olvidarte" que Wattpad a veces se olvida de anunciarlo. Por lo tanto, tenéis nuevo capítulo.

Doy las gracias a todo aquel/aquella que lleva desde el inicio leyendo esta historia, y a todo el mundo que se haya ido añadiendo en los últimos capítulos. Ya sabéis que me hace muy feliz.

¡Nos leemos en los comentarios si deseáis dar vuestra opinión, estoy abierta a cualquier petición y también a cualquier cosa que deseáis contarme!

Lia


Aire entre los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora