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/Día 27 después de la llegada a la mañana/

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/Día 27 después de la llegada a la mañana/

Argentina aún dormía con tranquilidad en la camilla del hospital. Paraguay se mantenía a su lado mientras observaba a su hermano descansar, no había podido dormir debido al estrés y el miedo de que algo muy malo le haya pasado e incluso de haberlo perdido. Pero verlo tan calmado, con sus grietas cerradas y con sus colores presentes, solamente podía estar agradecida de aún tenerlo a su lado sano y salvo.

Debía agradecerle a USA, un acto como éste le había dado una vuelta completa a su pensar, la idea que tenía del norteamericano era tan distinta a la de ahora. Rescató a lo que más ama de las garras de la oscuridad, otorgándole parte de su luz. Pero ¿por qué? ¿Querrá algo a cambio?.

—No te entiendo, ¿qué esperas con todo esto?—. Murmuró mirando las gafas que dejó el estadounidense en la silla al lado de Argentina.

—I don't expect anything in return (No espero nada a cambio)—. Paraguay se giró encontrándose con la potencia.

—¿Te tengo que creer? Viniendo de ti...—. dijo ella parándose de inmediato.

—I don't care if you believe me or not, but I'll make it clear to you (No me importa si me crees o no, pero te lo dejaré claro)—. USA dejó la comida que traía en la mesita que estaba a un costado de la camilla. Se aproximó ante Paraguay estando lo bastante cerca de ella. La mujer se paró firme, ningún hombre, ni aunque fuera la única potencia del mundo lograría intimidarla ni hacerla retroceder. —My feelings are sincere. What I did is just the beginning (Mis sentimientos son sinceros. Lo que hice es sólo el comienzo)—. La paraguaya se mostró confundida a lo que decía. —I what I feel is love, believe it or not, I don't care (Yo lo que siento es amor, lo creas o no, no me importa)—. Declaró.

Paraguay mantenía su mirada fija en los ojos de USA, buscando algún índice de mentira, buscando si debía desconfiar de él y sus palabras pero no hallaba nada, incluso una parte de ella decía que debía darle el paso a él. Hizo caso a esa voz de su interior y se quitó del frente del norteamericano.

—Te creo, no me decepciones, ni mucho menos a él—. Dijo la paraguaya señalando a su hermano que aún dormía.

—Remember it was you who walked away the last time we saw each other (Recuerda que fuiste tú la que se alejó la última vez que nos vimos)—.

—Eso fue hace años, ni siquiera lo recuerdo con claridad—. Estados Unidos solamente le mostró una sonrisa, gesto que fue devuelto por la mujer.

Paraguay dejó la habitación, tenía mucha hambre y no había comido nada desde ayer a la tarde hasta hoy en la mañana, tampoco es que vaya a morir de hambre pero si se le apetecía una buena taza de leche y un pan dulce. El hospital tenía una cafetería así que pidió lo que quería y se sentó en una de las mesas de allí. ¿Desde cuándo todo parece estar tan calmado? No lo sabía, pero podía sentirse tranquila de que Argentina estaría en buenas manos.

30 Días no son nada; UsArg [Finalizado•Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora