🍒Capítulo ocho: Bajo la luna (+18)🍒

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Luego de prepararle con cuidado para que Mumin no sintiera dolor, Joxter colocó su pene en la entrada de su pareja con cuidado. La verdad él no se sentía completamente seguro pero ya estaba más caliente y listo que una pizza del Little Caesar's. Así que tomó valor y apoyo sus manos a los lados de las temblorosas caderas de Mumin, ayudándole así a levantar el trasero.

—Joxter, ¿esto va a dolerme, verdad?—preguntó Mumin.

—Posiblemente. Pero intentare lastimarte lo menos posible. Quiero hacerte sentir bien, me sentiría terrible si únicamente te causara dolor.—respondió Joxter con un genuino tono rosado sobre sus mejillas.—Bien...solo relájate... Voy a entrar.

El chico de ojos felinos estaba muriendo de nervios. Era la primera vez que hacía algo así, por un lado se sentía sucio, pero por otro no soportaba más el deseo que llenaba su cuerpo, quería marcar a Mumin como suyo.

—¡AAHH!—Un grito de dolor fue silenciado por la almohada. Mumin podía sentir su interior contraerse y apretar a Joxter.

—¡Ghhhk!—los primeros dos segundos fueron la gloria para Joxter. Mumin estaba tan cálido y apretado que le causó un placer tan grande con solo introducirse completo.

—Me siento... Raro...—comentó Mumin—Como si me partieras en dos. Duele demasiado.

—¿Quieres que lo saque? Podemos parar ahora sí no quieres.—dijo Joxter con cierta preocupación, por nada del mundo quería lastimar a su Mumin.

—Para nada.—respondió Mumin.—El dolor disminuye de a poco... Solo dame un poco de tiempo para acostumbrarme.

Y así fue, a pesar de que fueron unos intensos momentos de tortura para Joxter, pues no podía esperar más, pero por Mumin lo hizo.

El troll albino estaba muy sonrojado y no dejaba de jadear.

—Puedes moverte ahora,Joxter.—dijo Mumin.

De este modo el joven mumrik comenzó a mover sus caderas con un patrón lento e irregular, algo doloroso al principio, pero con el paso de los segundos aquellos movimientos comenzaron a tornarse sumamente placenteros para ambas partes.

—Ahhhh...—Joxter gemía, creando un sonido bastante ronco.

—Por favor... ve más rápido. Ve más profundo... pero hazlo con cuidado.—dijo Mumin en un tono suplicante que excitó a Joxter aún más. 

Así que antes de atender a la orden del troll albino, Joxter se introdujo por completo, descubriendo en el calor interno de Mumin, su punto dulce.

—HAAAHHH! ¡Es justo ahí!—exclamó Mumin al sentir su próstata ser tocada de ese modo.

—Amor mío... ¿Te gusta aquí?—Joxter apretó el redondo y blanco trasero mientras entraba varias veces golpeando deliciosamente ese punto sensible.

—Ahhhh... si...ngjjk.—Mumin no dejaba de gemir. Había separado aún más sus cortas piernas para permitirle a Joxter moverse con mayor libertad.

—Mumin...hay algo que debo decirte...

—¿Tienes alguna enfermera de transmisión sexual?—preguntó Mumin.

—¿Qué? Claro que no, imbecil.—respondió Joxter intentando no reír, vaya forma la de Mumin de matar un momento como ese.—Lo que debo decirte es que te amo. Te amo, Mumin. Soy tan feliz.—en seguida se detuvo por un momento y salió del interior de Mumin. Entonces Joxter se dedicó a repartir un montón de besos en la espalda de él troll albino.

—Ahhh...

—Te amo, Mumin.—repitió. Hizo a Mumin dar la vuelta para quedar frente a frente.

Pudo ver los ojos de Mumin, aquellos ojos cafés y profundos lo miraban como si fuera lo más hermoso en el mundo (y si, en el mundo de Mumin, la sonrisa de Joxter era la maravilla más impresionante).

—Joxter...—Mumin extendió su mano y acarició la mejilla de su amado.—Te amo más que a nadie.—el troll albino tomó valor y besó los suaves labios de Joxter.

Aquellos besos en medio de un ambiente enteramente sexual, hicieron que los corazones de ambos amantes vibraran en la misma frecuencia.

—Quisiera que estos momentos jamás se desvanecieran.—Comentó Mumin.—Tú y yo, desnudos en mi cama a la luz de la luna, amándonos enteramente.

Al escuchar esas palabras, las mejillas de Joxter se tiñeron de rosado y en sus ojos azules aparecieron pequeñas lágrimas.

—¿Por qué lloras?—preguntó Mumin preocupado.

—Porque... eres lo más hermoso de este mundo. Porque te amo demasiado y porque soy el troll más feliz del mundo al tenerte a ti.

Mumin abrazó a Joxter.

—Vamos... sigamos con esto, sé que tenemos toda la noche pero... creo que voy a terminar.—Joxter volvió a entrar en Mumin, haciendo a este gemir como loco.

—Solo esta vez no te detengas... lléname todo de ti.—dijo Mumin.

Joxter se movía rápido y profundo, podía sentir las suaves paredes de Mumin abrirse y cerrarse, aquella sensación caliente y húmeda lo hicieron perder el control de un momento a otro. Inició repentinamente movimientos violentos, sus caderas chochaban con el rasero de Mumin tan fuerte que producía sonidos bastante sucios pero excitantes para ambas partes.

"Clap, Clap, Clap" sonaba cada vez más intenso, acompañado de los gritos de placer de ambos.

—Mierda, Mumin... estás apretando mucho. Ohhh, siento que voy a morir.

—No puedo más, si sigues así voy a venirme...

Unas cuantas estocadas más hicieron a Mumin terminar sobré su propia panza.

—¡HAAAHHH!

Segundos después, Joxter eyaculó en el interior de Mumin.

—Nghh.—el mumrik salió del interior de Mumin, dejando aquel agujero rosado escurriendo en pegajoso esperma bastante espeso.—¿Sabes? Mi primera vez ha sido la mejor... porque ha sido contigo.—sonrió.

—Qué romántico, Joxter—rió Mumin.—Entonces todas las veces que lo hagamos será perfecto. Porque lo haremos con amor.

—Eres tan cursi, mi dulce bombón.—respondió.—Ven aquí. Dormiremos juntos.

Entonces Joxter y Mumin durmieron abrazando sus cuerpos sudorosos bajo la luz de Luna que entraba por la ventana en aquella calurosa noche de Abril.

>>>>Aquí termina el porno, puedes continuar, aunque duh, no tendría sentido<<<<<

—Joxter... Joxter...Yo...

—Querido, ¿Estas bien?—preguntó Moominmamma.—¿Tuviste una pesadilla?

Moominpappa despertó algo alterado. Aquel sueño se había sentido tan real, tal como había ocurrido hace algunos años.

—S-Si, querida. Estoy bien. Es solo que he tenido un sueño algo intenso. Soñé con Joxter.

Al oír eso Moominmamma sonrió.

—Qué maravilloso, querido. Ojalá el señor Joxter se encuentre cerca Del Valle Moomin. Sería maravilloso si se quedara unos días aquí durante su viaje ¿no te parece?

Moominpappa se alteró un poco, su corazón latió intensamente.

—Si. Por supuesto, Moominmamma.

—Bueno, iré a preparar el desayuno. Hoy será un día muy ocupado.

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A unos pocos kilómetros de distancia, un misterioso viajero de verdes ropajes necesitaba un descanso. Estaba sudoroso y cansado. Pero no podía darse el lujo de descansar en ese momento, ya que una visión en medio de sus sueños lo llamaba al valle Moomin. No sabía qué era, pero su instinto insistía en mantenerlo en alerta, algo lo llamaba al valle ¿recuerdos del pasado? ¿Instinto paternal? No lo tenía claro, pero no iba a detenerse hasta llegar al valle de los Moomins.

La madurez de un Mumrik Donde viven las historias. Descúbrelo ahora