Moomin jarioso moomin jarioso

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Esa noche, Snufkin y Joxter no llegaron a casa de los moomin a dormir. Lo cual preocupó mucho a Moomin. Sabía que a Snufkin le gustaba dormir fuera y pasar la noche bajo las estrellas que bajo el techo de una casa. Pero lo extrañaba. Además de que necesitaba aclarar sus sentimientos.

—Oh Snufkin... ¿Por qué tienes que ser tu?—se movió en su cama haciéndola rechinar.—Si fuera alguien más... no me importaría si esto duele. Pero eres tú. Tú mi Snufkin. Mi mejor amigo.

Moomin no lo podía sacar de su cabeza. Era obvio que estaba preocupado (y muy enamorado).

—Demonios... si quiero aclarar todo en mi mente debo decidir con quien quedarme.—estaba claro que Moomin no iba a poder dormir. Entonces se puso a crear una lista. Al final haría la sumatoria de los puntos.

•Tomarse de las manos
•Dormir juntos
•Decir que nos queremos
•Darnos besos de moomin
•Salir juntos
•¿Tiene la aprobación de Mamá?
•¿Ha estado siempre cuando lo/a necesito?
•Intimidad
•¿Me siento completamente cómodo y a gusto a su lado?
•Abrazos

Total: Snufkin 6. Snorkmaiden 6.

Moomin contó los puntos que cada uno tenía una y otra vez, pero no servía de nada. Los resultados seguían siendo los mismos. Aquel troll albino ya había comenzado a tirar de sus orejas por la desesperación que ya sentía.

—A ver. Snorkmaiden y yo nos tomamos de las manos, hemos dormido juntos alguna vez, siempre nos decimos que nos amamos, nunca nos hemos besado, salimos juntos a veces, a mamá le gusta, no siempre ha estado aquí cuando la necesito, nunca he tenido ningún tipo de intimidad con ella, a veces no estoy cómodo estando con ella y si nos abrazamos... entonces son seis puntos...—anotó de nuevo el seis.

—Vamos con Snufkin. Él y yo nos tomamos las manos muy de vez en cuando... pero me gusta cuando lo hacemos, actualmente dormimos juntos, no nos hemos dicho que nos amamos, nunca nos hemos besado, siempre salimos juntos, a mamá le agrada mucho Snufkin, él se va en invierno... cuando realmente lo necesito, intimidad no, me siento cómodo y seguro cuando estoy con él y a veces nos abrazamos. Seis puntos también ¡no puede ser!—Moomin estaba a punto de ponerse a llorar. Así que reviso la lista de nuevo y decidió corregirla.

—Pero ahora que lo pienso, no necesito que Snufkin me diga que me quiere, su mirada brilla cuando posa sus ojos sobre mi y eso dice más que cualquier "te quiero".—le anotó otro punto—También... aquel día que me mostró su cuerpo desnudo por primera vez, fue algo único, algo muy nuestro... algo solo de él y yo. Entonces eso es intimidad.—anotó un punto más. Ahora Snufkin era quien iba ganando.

—Entonces es él con quien quiero estar. Es mi amigo... no quiero arruinarlo. Pero si planeo todo bien y lo hago bien seguramente Snufkin querrá ser...—se puso rojo de solo pensarlo, su rostro estaba caliente y sus orejas sudaban—Ser mi novio.

Su novio. Snufkin. Novio. Esas palabras sonaban tan bien juntas. Al pensar en eso el corazón de Moomin se aceleraba como un motor.

—Suena tan hermoso. Mi novio, mi Snufkin.—se volvió a acostar en su cama dejándose envolver por sus sábanas.—Oh Snufkin como desearía que estuvieras aquí. Soy muy feliz.—no podía esperar a verlo, lanzarse sobre el y besarlo.

A Moomin le gustaba fantasear con esas cosas. Le gustaba mucho imaginar escenarios dulces y llenos de algodón, en los cuales él, junto con su Snufkin eran los protagonistas.

—Snufkin me gustas mucho.—Moomin no tenía idea de lo que hacía, pero acariciaste la barriga mientras pensaba en snufkin lo hacía sentirse bien. Demasiado bien. Se acarició a sí mismo imaginando que el toque de su propia mano era el suave tacto de Snufkin. Aunque claro, ningún otro roce sobre la piel tenía la misma sensación agradable y tibia que le proporcionaba Snufkin. Sus manos se sentían bien, a pesar de que las llevaba sudorosas la mayoría del tiempo a Moomin le gustaba que lo tocara, que lo acariciara, que lo pellizcara suavemente y que le hiciera cosquillas.

La madurez de un Mumrik Donde viven las historias. Descúbrelo ahora