–Llegaremos pronto a la casa de los Moomins. Estoy seguro de que Moominmamma y Moominpappa estarán muy felices de verte, papá.—dijo Snufkin mientras atravesaba el bosque de la mano de su padre.
—Créeme que estoy emocionado también. Hace tiempo que no les veo y realmente les extraño. Había pensado en venir antes, pero no había tenido tiempo.
—¿Ah si?
—¡Por supuesto!—respondió Joxter bastante animado.—Pero ya estoy aquí y creo que lo más conveniente es que me quede. Quizá los Moomins quieran darme asilo en su casa en lo que construyo una pequeña cabañita para nosotros dos.
—Si lo harán. Además les alegrará mucho verte.
Mientras tanto en la Moomin House, el instinto natural de Moomin le decía a Moominpappa que algo iba a pasar.
Moominpappa se encontraba nervioso. Ya se había servido el desayuno pero no lo había tocado, los huevos fritos con tostadas que estaban frente a él se estaban enfriando y el aromático y caliente café de Moominmamma esperaba sobre la mesa a qué Moominpappa se decidiera a beberlo.
—No puede ser, toda esta mañana no lo he sacado de mi mente. Si no se parecieran tanto... Ese gusto por el color verde, la sencillez de sus palabras, lo suave de su cabello, ese buen gusto por la música, incluso la misma adicción a el café de grano, las manzanas jugosas, el tabaco fuerte y el chocolate con leche...
—Cariño, ¿de qué estás hablando? –preguntó Moominmamma sacando a su esposo de ese pequeño desorden en su mente.—No has comido nada. ¿Quieres que te prepare otra cosa?
—Oh no, estoy bien así.
—Te ves pensativo ¿pasa algo?—preguntó el troll del delantal mientras acariciaba con cariño la peluda espalda de su esposo.
—No es nada... solo estoy pensando. Tengo el presentimiento de que algo va a ocurrir.
—¿Algo bueno o malo?–preguntó Moominmamma —hay que estar siempre preparados para lo que sea que esté por venir.
Antes de que Moominpappa pudiera responder, Moomin bajó a tomar el desayuno.
—Buenos días Moomin.—dijo Moominmamma alegremente al ver a su hijo acercarse a la mesa para sentarse a desayunar.
—Buenos días, mamá. Buenos días, papá.—dijo Moomin.
Se quedó unos segundos en silencio hasta que notó la ausencia de Snufkin.
—¿Alguien sabe donde está Snufkin?—preguntó Moomin.
—Si, salió esta mañana. Tal vez fue a bañarse al río o a tomar aire fresco. Tú sabes, le gusta tener momentos de soledad para cuidar de sí mismo.—respondió Moominmamma quien había visto a Snufkin salir de casa "a escondidas".
—Oh, espero regrese pronto. Tuve un sueño maravilloso y quiero contárselo.—dijo Moomin muy emocionado.
Mientras la familia Moomin desayunaba, el sonido chirriante que producía la puerta principal al abrirse los sorprendió.
—¿Será Snufkin? SNUFKIN CARIÑO, VEN QUE EL DESAYUNO ESTÁ SERVIDO.—Dijo Moominmamma en voz alta desde el comedor.
—Iré en seguida Moominmamma. Muchas gracias.—respondió Snufkin.
—Eso que desayunan huele delicioso. No podría esperar menos de mi querida Moominmamma.–dijo Joxter desde la sala.
Al instante Moominpappa reconoció la voz de su mejor amigo, sabía que ese sueño le estaba advirtiendo algo. Pero no podía hacer nada. Joxter ya se encontraba en la casa moomin.
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La madurez de un Mumrik
FanfictionSnufkin llegaba nuevamente al Valle Moomin después de un largo viaje por el sur durante el invierno. Lo que él no tenía en cuenta era que pronto cumpliría los 18 años y eso sería un gran y peludo problema.