Cuando Moominpappa y Joxter sintieron que se habían alejado lo suficiente de las preguntas de Snufkin, decidieron descansar. Sus pies los habían llevado a un hermoso claro en medio del bosque. La vista era maravillosa, árboles frondosos y un entorno lleno de musgo, la luz del sol se colaba entre los árboles produciendo un efecto visual de ensueño y el silencio le daba a aquel sitio un toque mágico.
—Mumin, estoy cansado.—dijo Joxter y se sentó en el pasto.
—También lo estoy. Corrimos bastante.—respondió Moominpappa mientras se tumbaba al lado de Joxter.
—¿Sabes? Me preocupa mi Snufkitten... se está volviendo todo un hombre. Pero lo veo muy mal. Parece estar bastante confundido. Su corazón navega en el mar de la duda. Me duele verlo así.
—Me recuerda mucho a ti... cuando éramos unos niños. ¿Lo recuerdas?—dijo Moominpappa.
Joxter asintió.
—Si, aquellos viejos tiempos. Recuerdo haber pasado por todo ese extraño proceso...llenarme de pelo, me creció la cola, mejore mis habilidades naturales y...—sus ojos azules nuevamente se encontraron con los de Mooominpappa—me enamoré por primera vez.
Al escuchar eso, Moominpappa sintió un extraño cosquilleo recorrer por toda su redonda barriga. Y tímidamente su blanca pata recorrió un pequeño camino sobre la hierba hasta llegar a la de Joxter. Al hombre de sombrero rojo lo tomó por sorpresa. Era la primera vez que se tocaban desde que había llegado.
No dijo nada, pero aceptó aquel cálido tacto y por supuesto apretó fuerte, se tomaron de las patas como solían hacerlo.
—Quisiera poder ayudarle. Mi hijo... es muy joven y la vida es muy cruel.–soltó Joxter de repente.
—La vida no es así, Joxter. Es maravilloso, lo cruel es la incertidumbre.—respondió Moominpappa.
—Como el corazón de un Moomin.—dijo Joxter.
—Si...—Moominpappa sintió su cuerpo calentarse. Entonces sin pensar mucho en lo que hacia, abrazó a Joxter. El mumrik aceptó el abrazo y acarició con suavidad la blanca espalda de Moominpappa. Se quedaron así un rato, pero la nostalgia de aquellos increíbles momentos que habían vivido juntos en su juventud empezaron a llenar sus mentes, presionándolos bastante.
Si en ese momento ellos hubieran sido 20 años más jóvenes, aquel claro en medio del bosque habría sido su perfecto nido de amor.
Pero ya eran viejos, tenían cada quien su vida hecha, una esposa y un lindo hijo.
—Joxter...
—¿Si?
—¿Es fácil para el corazón de un Mumrik olvidar el dolor?—preguntó Moominpappa con seriedad.
—No lo es. Las heridas duran años.—respondió con una fingida sonrisa.
—¿Y el amor?
Joxter se ruborizó. Aquel tono rosado sobre sus mejillas seguía maravillando a Moominpappa. Era su color preferido en el mundo. El sonrojo de Joxter. Rosado, intenso y tierno sobre la suave piel blanca.
—Aún más.—respondió Joxter.—Muchos años, tantos que a un Mumrik no le alcanzaría la vida para olvidar su amor.
Esas palabras revolvieron más en el interior de Moominpappa. Él amaba a Moominmamma. Pero antes que ella, el ya amaba a Joxter y no podía dejar de sentirse culpable por el sufrimiento que le había causado a su "mejor amigo"
Dejándose llevar por el ambiente cálido y cercano, Moominpappa dejó caer su redondo cuerpo sobre Joxter. Sus patas se acoplaron a las ya muy sonrojadas mejillas de Joxter, acariciandolas.
No pensó en nada más, quería hacer algo que por mucho tiempo guardó.
Se acercó con cuidado, esperando que Joxter no lo rechazara, pero el mumrik estaba demasiado perdido en los ojos cafés de Moominpappa como para reaccionar.
Reclinó su cabeza hacia atrás, dejando caer ese elegante sombrero de copa. Se inclinó un poco y una vez más, como lo había hecho hace muchos años, unió sus labios con los de Joxter.
Todo era diferente. No quedaba nada de aquel dulce pasado. Esperó a que, como en los viejos tiempos, el mumrik lo abrazara y acariciara su espalda. No ocurrió nada, la boca entreabierta de Joxter permanecía inmóvil incluso durante ese beso. Nada era lo mismo que hace algunos años. El sabor de su saliva seguía siendo dulce, pero no le causaba gran adición. El calor de su pecho no se sentía igual. Ese era un beso fallido.
No era que Moominpappa quisiera engañar a Moominmamma con su mejor amigo en común. Pero necesitaba hacer ese experimento. Había comprobado que en efecto, Joxter lo había olvidado. O al menos eso quería pensar para dejar de sentirse culpable.
Joxter cortó el beso en cuanto pudo reaccionar, se apartó y limpió aquel pequeño hilo de saliva que colgaba de sus labios.
—¿Qué ha sido esto? ¿No te das cuenta de que somos hombres? Esto ha sido muy gay de tu parte.—dijo algo molesto.
Moominpappa recogió su sombrero del suelo y se lo puso nuevamente.
—Solo quería comprobar algo... fue una prueba, por favor no te molestes conmigo.
—Así como no debí molestarme cuando me cambiaste por ella ¿cierto?—dijo Joxter con la voz amarga.
—Es que no lo sabes... está ocurriendo algo horrible. Nuestra historia podría repetirse... nuestros hijos están en peligro.—dijo Moominpappa.
—¿Y eso que tiene que ver con lo que acabas de hacer? ¿No es suficiente que sepas que estoy con Mymble? ¿Que tenemos un hijo?—dijo Joxter. Sentía su pecho presionado otra vez.
—Solo quería asegurarme. Realmente olvidaste lo nuestro. Contradices tu naturaleza.
—Es difícil más no imposible. Y más si una hermosa Mymble te da amor, comprensión, el mejor sexo y sobre todo... lealtad.—dijo Joxter.
—Si tú pudiste olvidarlo... probablemente Snufkin también pueda.—Pensó Moominpappa en voz alta.
—No entiendo tu punto.
—Ocurre que tú hijo se está enamorado del mío.—habló claramente.
Joxter no respondió.
—¿No crees que es algo grave?—insistió Moominpappa.
Joxter se levantó del suelo y sacudió la tierra de sus ropas. Simplemente comenzó a caminar de regreso y Moominpappa lo siguió.
—No es bueno sacar conclusiones. Nosotros los mumrik olemos emociones. Nuestra nariz es pequeña y perfecta para esas cosas. Quizá Snufkin no sabe distinguirlo. Tal vez solo estamos entrando en pánico. No es solo cuestión de "oler" sino que es cuestión de sentir. ¿Sabes acaso como se siente Snufkin? Un mumrik enamorado no solo se guía por el aroma de su pareja, sino por sus emociones, lo que siente al estar cerca.
—Bueno ahora que me dices eso... puedo estar más tranquilo.—respondió Moominpappa.
—Así es.—Joxter sonrió y sin previo aviso tomó la pata de Moominpappa.—Descuida, hablaré con él. No hay que alterarnos. Hay que ayudar a los chicos. Estoy seguro de que con nuestro apoyo no sufrirán lo que nosotros... ya sabes por jóvenes e indecisos.
Así, Joxter y Moominpappa volvieron caminando hacia la casa moomin, pero alguna parte de ambos, seguía ahí en ese claro en medio del bosque entregándose al amor.
Tengo una historia culera que quiero sacar, es chisme más que nada. Yo no soy muy de tomar fotos de mi mismo porque honestamente creo que soy feo (o sea soy muy delgado y muy blanco y parezco crikoso al chile xd ) Pero pues tienen que alguien a quien quiero mucho me pidió algo medio indecente. El punto es que me convenció de enviarle unas fotos mostrándole mis pellejos... no pude.... ah, solo le envié una fotito sin camisa (flaquísimo yo jajajaja pero bueno algo es algo) y me respondió con un "Qué asco"
Y pues ando triste por eso. No me atreví a enseñarle nada más, pero me dijo eso y la verdad sentí feo porque yo a ella si la quiero mucho y es horrible que alguien que quieres te diga eso. Jajajaja estoy muriendo 💔 le doy asco!!! 💔
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La madurez de un Mumrik
Fiksi PenggemarSnufkin llegaba nuevamente al Valle Moomin después de un largo viaje por el sur durante el invierno. Lo que él no tenía en cuenta era que pronto cumpliría los 18 años y eso sería un gran y peludo problema.