¡QUE REVELACION!

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El timbre sonó y Alex se despertó sobresaltada, vio el reloj que marcaban la 1:45 de la tarde — ¡Mierda! Pipes nos quedamos dormidas —Sacudió levente a la rubia que se acurrucó aún más en la cama.

—Solo un poco más por favor —decía aun dormida, acomodándose más en la cama.

—Piper ya llegaron —la sacudió ahora más fuerte.

El timbre volvió a sonar esta vez despertando a Piper — ¡Mierda Alex porque no me despertaste antes! —decía saltando de la cama y empezando a cambiarse rápidamente.

—Amor me voy despertando.

El teléfono de Piper sonó —Es Lorna seguramente ella está en la puerta.

—Dile que en un momento le abro —Le grito Alex desde el baño lavándose los dientes.

Piper hizo lo que Alex le dijo y Lorna no tuvo más que remedio que esperar a las chicas un poco molesta por no estar listas a tiempo.

Después de unos 10 minutos Alex abrió la puerta —Vaya ya era hora —Entró sin que Alex la invitará.

—Perdón cuñada, nos quedamos dormidas tu comprenderás que solo son unas horas, llegamos a las 7 de la mañana.

—Está bien es comprensible —Le sonrió Lorna.

—Tu hermana se está bañando, me cambio y vuelvo, pero siéntete como en tu casa —Alex dejó a Lorna.

Se quitó rápido la ropa sabía que no tendría tiempo de hacer más nada que bañarse y se lamentó por eso, pero debían apresurarse, después de 10 minutos ya estaban casi listas cuando la puerta sonó.

—Lorna puedes pasar —dijo Piper mientras se peinaba y Alex salía del baño ya casi lista.

—El señor Johnson está aquí.

—Dile que ya vamos —Piper se apresuró más.

Lorna salió y Alex se acercó a una nerviosa Piper —Tranquila amor todo estará bien.

—Alex no lo puedo evitar, creo que lo que ese señor va decir algo muy importante.

—Tranquila recuerda que no estás sola – la abrazo y Piper se aferró a Alex feliz de que estuviera a su lado.

—Gracias amor, Vamos – le sonrió Piper y salieron agarradas de la mano.

—Buenas tardes – dijo Piper sonriendo.

—Buenas tardes – dijo Robert levantándose y le dio un beso en la mejilla a Piper – Alex ¿Cómo estás? – saludo de la misma manera a Alex.

—Bien gracias – le sonrió Alex

— ¿Vamos? – le señalo Piper con el brazo hacia la terraza donde estaba una pequeña mesa

—Si claro, vamos — dijo nervioso Robert – con permiso muchachas.

—Aquí estaremos esperándolos para comer – dijo Lorna sonriendo.

Alex y Lorna los vieron entrando a la pequeña terraza, los podían ver atreves de la puerta de cristal que los separaba.

— ¿Qué será eso que el Señor Robert le tiene que decir a mi hermana? – Lorna estaba intranquila y preocupada a la vez.

—Ya lo sabremos, Piper nos lo dirá –  Alex sentó junto a su cuñada, aunque no podía evitar sentirse un poco intranquila.

—Pues aquí estamos – sonrió Piper nerviosa.

—Si, aquí estamos – Robert apretaba sus manos más nervioso, después de un incómodo silencio se decidió hablar, dando un gran suspiro para darse valor – bueno mi niña, quiero que escuches una historia.

Lazos inrrompiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora