Nicky entró en su departamento sin saber cómo actuar ante Lorna, no quería mentirle a su novia, pero Piper le había hecho prometer que no diría nada hasta que Carol estuviera en mejores condiciones, ¿pero cómo mentirle a su amada con algo tan importante?
—Mi vida por fin llegaste —Se acercó Lorna y le dio un beso en los labios — ¿Cómo te fue hoy, atrapaste muchos delincuentes?
—Me fue bien mi vida, solo estoy un poco cansada y los delincuentes nunca se acaban —Se encogió de hombros para ir a sentarse en el sillón seguida por Lorna.
Lorna la miró extrañada, algo le pasaba a su novia, sus ojos estaban apagados, algo tristes así que se sentó a su lado y acaricio su cabello.
— ¿Qué tienes mi vida? — La miró con ternura.
Nicky suspiró —Nada mi amor, solo estoy cansada —Le sonrió tristemente — ¿cenamos? Tengo mucha hambre.
—Ok, si vamos a cenar — Lorna le hizo una mueca como sonrisa —Vamos —La tomo de la mano y la llevó a la mesa.
Las chicas cenaron sin contratiempos, Lorna no quería su molestia ante algo que sabía que Nicky le estaba ocultando pero trató de no darle importancia.
A la mañana siguiente Stella tocaba en el departamento de las chicas, Alex abrió viéndola con el ceño fruncido.
—Buenos días Alex ¿Le puedes decir a Piper que necesito hablar con ella? —Le sonrió.
—Buenos días Stella, ¿se puede saber qué quieres hablar con MI novia?
—Bueno creo que tengo el lugar correcto para internar a su madre y pueda desintoxicarse —La vio orgullosa.
—Gracias Stella pero eso es algo que vamos a solucionar en familia, así que si me disculpas —Quiso cerrar la puerta, pero Stella puso la mano para impedirlo.
—Bueno, no es algo que tú debes decidir Alex, con todo respeto no es tu madre la que está en esa situación.
—Eso ya lo platicamos Pipes y yo, pero igual no debo darte explicaciones —La vio molesta.
— ¿Stella? —Se acercó Piper y puso su mano en el hombro de Alex para que se relajara, pero no lo logró y lo notó.
—Sí, venía a decirte que anoche hable con mi amigo el director de Oceánica, para ingresar a tu mamá cuando antes, de hecho ya la están esperando y si necesitas que vayan por ella, lo harán con mucho gusto.
Piper le había abierto la puerta —Pasa por favor —Alex rodo los ojos molesta.
—Gracias Pipes —Le guiño el ojo.
— ¿Pero cómo te atreves? — se acercó amenazante a Stella haciendo que la otra diera un paso para atrás, es que esa mujer ya estaba colmando su paciencia.
—Alex tranquila —Se interpuso Piper.
—¡Te dijo Pipes! —La vio molesta señalando a Stella.
—Perdón no quería molestarte —Se hizo la inocente, pero por dentro amaba molestar a Alex.
—Disculpa Stella, pero Pipes solo me dice Alex, así que te agradeceré que evites llamarme así —La vio apenada.
—Oh, lo siento no sabía eso —La vio con ojos enamorados, por lo menos eso mostraba, Stella sabía fingir demasiado bien.
Alex apretó los puños, en ese momento quería darle un puñetazo justo en esa cara de imbécil con la que miraba a su novia.
—No lo vuelvo hacer, lo prometo —En ese momento miro a Alex y le sonrió.
—Ok, ya está amor — Piper vio un poco incomoda a Alex que la miró con el ceño fruncido —Siéntate por favor.