Nadir | cro y cazzu

5.

Julieta Cazzuchelli. [30/09/2020] 

Me pregunto si nunca a nadie le paso, de sentirse en la cima del mundo y de golpe, caerse a un vacío. Encontrarse con la realidad. Despertarse del sueño que te hicieron soñar, todo deja de ser perfecto, el mundo de color de rosas pasa a ser negro. Todo lo lindo,  tarde o temprano, se marchita y se muere, como una flor. 
[01/05/2013] 

Mi corazón latía fuerte, leía los mensajes de texto que me había enviado Tomás y podía sentir las famosas mariposas de las que hablaban los demás. Había leído algunos libros sobre el amor y el sentimiento que te provoca este, sobre todo el primero. ¿Y sí Tomás, se había vuelto eso? ¿Mi primer amor? 

Mi teléfono comenzó a sonar y dejé de lado todos mis pensamientos aunque estos, volvieron inmediatamente al darme cuenta que el número que me llamaba, era el de él. Me lo sabía de memoría.

— buenas noches, mi reina. — una sonrisa se formó en mi rostro al escuchar como me había saludado — ¿estás sola?

— ¿por qué, queres entrar a robar?

— un par de besos te quiero robar. — solté una pequeña risa y al verme al espejo, me daba cuenta lo loca que estaba por él, por Tomás Campos, el primer chico que me miró — ¿podes salir? estoy afuera.

Colgó y después de comprobar que mi mamá estaba completamente dormida y mi hermano se había ido, de seguro a intentar conseguir trabajo, salí de mi casa. Ahí estaba él. Mostrando todos sus dientes apenas me vio salir y acá estaba yo, empezando a creer en el amor.

Me acerqué a él y antes de que pueda decir algo estampó sus labios contra los míos, de esta forma capturandolos. Ambos sonreímos entre besos. Una vez, leí en un libro, que para el personaje principal, su amada era como leer el verso de un poema. En mi caso, Tomás, era el poema entero, no solo un verso.

— ¿así que tu hermano te pidió que te alejaras de mí? — tocó el tema que no quería, cuando colgué mis brazos en su cuello y asentí con la cabeza, un poco triste — ¿y le vas a hacer caso, reina?

— ¿le estoy haciendo caso? — pregunté, incrédula — mi hermano no es mi papá, no tiene porque decirme lo que tengo que hacer, él no sabe nada de vos.

— a lo mejor, tu hermano tiene razón Julieta.

— ¿qué queres decir?

— que capaz, todavía estás a tiempo de salvarte, de alejarte de mí. 

[30/09/2020] 

Otro cigarrillo que terminaba en el día por acordarme del principio del nosotros, un nosotros que ya no existe más. Uno que quedó en el olvido de los demás y vivo en mi memoria. 

Él me lo había dicho, él se conocía a la perfección, sabía lo que era capaz de hacer. Él me dijo, que estaba a tiempo de alejarme de él y sin embargo yo no quise, no lo hice porque en ese momento no me di cuenta, pero me estaba enamorando de él, con apenas catorce años, sin tener idea de lo que era el amor, creyendo que era igual que en los libros que solía leer, que en las películas románticas que alguna vez vi y la realidad, es muy distinta a lo que se lee en hojas de papel o se muestra en una pantalla de televisión. La realidad nunca fue un cuento de hadas, mucho menos la nuestra. Creí que el amor no dolía, pero él fue quien me hizo chocar la cabeza contra la pared y hacerme ver que el amor, a veces duele. Y que en nuestro caso, no nos había tocado el final feliz que prometían las películas. Al menos en esta vida, no nos tocaba ser protagonistas de una historia de un amor feliz. 

Tal vez, si me hubiese alejado de él en ese momento, hoy no estaría pagando haberlo amado.

[01/05/2013] 

Tomás me observaba triste y yo negué con mi cabeza, por primera vez, después de mucho tiempo sin hacerlo ya que había derramado todas las lágrimas que creí tener, mis ojos se llenaban de estas. Tomé su rostro con ambas manos y deje un beso sobre sus labios.

— nunca, me voy a alejar de vos ¿me escuchas? nunca.

[30/09/2020] 

Y no lo hice, no me aleje, a pesar de todo no pude, nunca quise. Y así me fue.