Julieta Cazzuchelli [01/07/2013]
Mi hermano me hizo prometerle que no iba a volver a juntarme con Tomás, yo le mentí diciendo que cumpliría con su promesa, cuando por supuesto no lo haría. Había prometido nunca alejarme de él, a pesar de todo lo que sea capaz de hacer.
Entré al salón de clases y al no ver a ninguno de mis amigos, me senté en el último banco de la última fila. Quería y necesitaba estar sola.
— ¿puedo? — preguntó Alejo, uno de mis compañeros, acercándose a mí, intentando sentarse a mi lado, yo solo asentí con la cabeza, al fin y al cabo, era su lugar. — Julieta ¿no?
— Julieta y..., Tomás. — revolee mis ojos al ver al pelinegro meterse en medio de mi intento de conversación con mi compañero — tomatela, yo me siento con ella.
Alejo se levantó del asiento y se pasó al banco de adelante. Negué con mi cabeza observando a Tomás con decepción y fijé mi vista en el pizarron. Un día, me decía que no me quería, que no eramos nada. Pero al otro, le molestaba que me siente con otra persona que no sea él. Me confundía. Como lo hacía y como me gustaba.
— ¿qué, te lo queres coger a él ahora? — preguntó, de mala gana y ladee mi cabeza para clavar mis ojos llenos de odio mezclado con dolor.
— ¿qué, me estás haciendo una escena de celos Bardero? — pregunté, incrédula. — porque te recuerdo que vos y yo no somos nada, amigo.
Su expresión cambió por completo. Sus ojos se llenaron de ira y se levantó de su asiento. Agarró a Alejo por la espalda y empezó a golpearlo. Yo gritaba que por favor paré. Que no lo lastime. Que no quería nada con ese chico y que quería todo con él. Pero, no me escuchó. Siguió golpeándolo hasta que sangró y la preceptora apareció para separarlos.
— ¡te volves a acercar a mi chica y te mato, gil!
Le gritó antes de que se lo llevaran a dirección. Yo no supe como pedirle perdón a Alejo, quien ni siquiera se atrevió a mirarme. Todo lastimado fue a parar a enfermería. Mi hermano tenía razón, no podía seguir cerca de Tomás, tenía que alejarme cuanto antes, pero le había prometido nunca hacerlo y yo no rompía mis promesas.
— ¿no me vas a esperar?
Preguntó Tomás a la salida del colegio y como lo ignore, me jaló fuertemente del brazo haciendo que quede frente a él. Me crucé de brazos al verlo con una sonrisa en el rostro.
— lo podrías haber matado ¿sabías? — comenté y él alzó sus hombros, como si no le importara — yo no soy tu chica Tomás, me lo dejas en claro todos los días.
— ¿queres ser mi chica?
— ¿qué? — pregunté, sin entender su comportamiento — ayer me dijiste que no me queres y hoy me pedís ser tu novia ¿sos joda? — le recordé — ¡cagaste a palos a un flaco por sentarse conmigo! ya no sé si quiero ser tu chica.
— sí te dije que no te quiero, es porque tengo que protegerte de mí, soy un bardo Julieta.
[30/09/2020]
Esa fue una de las únicas veces que me fue sincero, él era un bardo y yo me creí un centro de rehabilitación porque no podía parar de intentar ayudarlo. ¿Para qué? Lo único que hice fue hundirme más y más a mí. Hasta tocar fondo, como lo toqué hoy. Nunca fue capaz de pedir perdón por todo el daño que me hizo, por haberme arruinado la vida. Tal vez sabía que yo jamás iba a poder perdonarle como lo hacía cuando era pendeja. Cuando lo quería ciegamente. Porque, sí que es verdad que el amor es ciego, sordo y mudo. Nunca vi lo mal que me hacía Tomás, nunca quise verlo. Nunca escuché lo que me dijeron los demás y nunca le dije que parara de lastimarme. Al menos, no en esos años.
Aquella fue la primera vez que unas simples palabras fueran suficientes para que vuelva a caer a sus pies, la primera vez que lo perdone, sin él pedírmelo, porque como ya escribí, nunca lo hizo.
Nunca. Eso define mi vida actual, la cual ya no es vida. Porque después de el, nunca más voy a poder volver a vivir. Porque después de que pasa el nadir, nunca se vuelve a la normalidad.
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Nadir | cro y cazzu
FanfictionEl problema fue que ya se conocían nuestras bocas, no tuve que buscarte, solo fue darme cuenta. Necesito esta situación resuelta; Saber si tu mano y la mía, siguen o se sueltan.