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Julieta Cazzuchelli [03/09/2020]

Acaricie la foto una vez más en la noche, la única que Tomás tenía con su hijo.

Nuevas lágrimas empaparon mis mejillas a la vez que lloraba en silencio. Dentro de la cárcel, lo hacía seguido. Tenía que seguir los consejos que me había dado Tomás, nunca demostrar lo débil que podía llegar a ser y lo peor de todo, es que nunca había dejado de serlo.

Quizá algún día mejore, quizá algún día no lo llore.

[02/02/2016]

Estoy embarazada. Me repetí a mi misma una y otra vez sin poder creérmelo. Negaba con mi cabeza, no podía ser posible. Pensaba en que momento pasó y no iba a encontrarlo si nunca me había cuidado al tener relaciones, tampoco alguien me había enseñado a hacerlo.

Tomás miró el test una vez más, de las cien que ya lo había mirado. Lo tenía en una mano, mientras a la otra le arrancaba las uñas. Los dos, estábamos iguales.

Desvió su mirada y tiró el test de embarazo a la basura. Supe que era hora de que vuelva a despertar de él sueño que me había hecho soñar Tomás otra vez. Una vez más, estaba en la cima de la montaña con él y me volvía a caer, sola.

— Tomás... — lo llamé, pero no fijó su vista en mí, entró a la habitación y salió con un poco de heroína, la cual no tardó ni dos segundos en inyectarsela en su brazo — estoy embarazada.

— ya sé, lo vi, no soy ciego. — respondió, indiferente — ¿es mío, no? — preguntó y en cuestión de segundos, ya estaba llorando — amor, perdón, yo sé que...

— ¡¿por qué desconfias de mí?! — grité, interrumpiendolo — ¡vos sos el que me engaña con la primera que se te cruza y yo sin embargo sigo acá, atrás tuyo!

— ¡estoy asustado, Julieta! — alzó su tono de voz él esta vez, dejó la jeringa sobre la mesa y se acercó a mi, para tomarme por los hombros — no podemos ser papás, no ahora reina.

— ¿qué estás diciendo?

— que no podemos tenerlo, amor. — respondió, como si nada, yo frunci el ceño, sin entender como un día era un ángel y al otro se volvía un demonio — lo tenes que abortar, dar en adopción, hay muchas familias que no pueden tener hijos y...

— ¿me estás diciendo que venda a nuestro hijo, Tomás? — él se encogió de hombros, por primera vez y negué por mi cabeza, por fin había despertado — no, ni se te ocurra venderlo, a él no.

— entonces, si tenes la idea de tener un hijo, no cuentes conmigo. — se alejó de mí y volvió a inyectarse heroína, cayendo sentado en el sofá — te vas a quedar completamente sola porque nadie te quiere ni lo va a hacer como yo lo hago.

[03/09/2020]

Ese día; Ese 2 de febrero del año 2016, desperté. Por completo. El que yo creía que era un sueño, en realidad siempre fue una pesadilla. En el momento que Tomás habló de vender a nuestro hijo, como si fuera un objeto, hizo que abra los ojos y que me de cuenta, que él chico del que me enamoré, era una completa basura. Pero ni siquiera eso, hizo que dejase de amarlo. Al menos no, en ese entonces.

— pequeña, Nadir. — la voz de Julia se hizo presente en mi habitación, era la hora de la cena y yo estaba sola, escribiendo como siempre — ¿no bajas a comer? — negué con mi cabeza y cerré mi cuaderno — ¿algún día me vas a dejar leer eso?

— algún día todos lo van a leer, pero, cuando lo hagan, van a estar leyendo la historia de otra persona.

— ¿no vas a delatar al responsable de que hoy tengas el corazón roto? — volví a negar, ella sonrió de lado y acarició mi pelo — vi fotos de tu hijo, está hermoso.

— es igual a él, Julia.

Todo, me recuerda a el.

Nadir | cro y cazzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora