[4] Kenia (parte 1)

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(Esta historia fue escrita para un trabajo escolar por ello no es tan explicita como me hubiese gustado, también dejó a la libertad del lector el aspecto de los personajes)

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(Esta historia fue escrita para un trabajo escolar por ello no es tan explicita como me hubiese gustado, también dejó a la libertad del lector el aspecto de los personajes)





Esta historia no empieza con un título común, ni fue escrita en un día soleado y mucho menos tendrá a nuestro típico protagonista. Esta historia empezaremos con Achilles. Probablemente pienses que Achilles es un personaje mitológico, pero en esta historia no, realmente su nombre es Kenia pero a él nunca le gusto, nunca lo sintió cómo su verdadero nombre. De hecho Achilles es una persona de estatura promedio de un niño de cinco años, grandes ojos cafés, un hermoso cabello risado y la piel color chocolate. El siempre suele contar que donde vivía había grandes prados con flores de diversos colores, variedad de animales con los que solía pasar las tardes y por supuesto su madre. La mujer más amable y hermosa que haya conocido, al igual que su hijo, Siara contaba con los más hermosos ojos que vayas a conocer, sus rizos bien arreglados en un tocado alto y la piel tan suave como la seda.

Se podría decir que Achilles y su madre eran pobres pero felices. Un buen día él notó que su madre ahora volvía más tarde de su trabajo en la hacienda  y más feliz. Realmente no le dio importancia, lo único que le importaba era que su madre estuviera feliz.

Siara había tomado la decisión de presentarle a Kenia su futuro esposo. Hacía años que ella no se sentía tan feliz, era simplemente perfecto ya que aparte de atento tenía dinero. Sin embargo ella sentía que estaba traicionando a su primer esposo y padre de su hijo. Hacía años que no sabía nada de él por lo que ya lo daban por muerto en alguna de las muchas guerras.

Ella decidió que una modesta cena en la cabaña en la que vivían era la perfecta ocasión para que se conocieran. Preparó todo y con mucha felicidad vistió a Kenia con su vestido favorito y unos hermosos pendientes que su abuela le había heredado. Achilles estaba sentado en la pequeña mesa de la cocina cuando vio a un hombre entrar por la puerta. Él era alto, muy alto, con ojos verdes y una cabellera de oro. También vestía de ropas muy raras y que a decir verdad parecían incómodas. Nada parecido a lo que estaba acostumbrado a ver en los campos de cosecha. De hecho, él era el dueño de los campos de cosecha.

"Buenas noches pequeño ¿Se encuentra tu madre?"

"Si, en la cocina señor" el hombre soltó una risotada y dijo

"¡Oh vamos! No me llames señor, llámame Joseph"

Siara salió de la cocina y saludo de beso a Joseph, Achilles no lo entendía, mamá nunca saludaba a nadie de beso, todo era muy raro para él.

"Ya que se conocen creo que sería buena idea comenzar a cenar"

"Me parece perfecto amor"

Todas estas nuevas interacciones estaban siendo demasiado para el pequeño. Se quedó callado comiendo su puré de papas hasta que una pregunta lo volvió a traer a la realidad.

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