Demasiado cortas para hacerlas un libro, pero demasiado largas para ser olvidadas...
En este libro encontrarás pequeñas historias independientes o one-shot de diferentes fandoms que se me van ocurriendo. No están relacionada una con otra, así que si...
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Muy pocos hombres mortales e inmortales pueden verlas, sin embargo, quienes han tenido la fortuna de toparse con una han terminado perdidamente enamorado de ellas.
Sus movimientos tan delicados y al mismo tiempo naturales hacen parecer que están posando y bailando. Generalmente las puedes encontrar a las orillas de los ríos, en algún bosque o escondidas entre las sombras admirando la vida cotidiana de los habitantes de alguna ciudad griega.
Ellas están en los árboles milenarios, peinando sus cabellos de seda y permitiendo que el sol caliente sus pieles de porcelana. Sus ojos curiosos parecen siempre estar buscando aventuras o a algún ser al cual encantar. Ni siquiera el más fiel de los humanos podría resistirse al sonido de sus voces que te reconfortan con tan solo oírlas.
Por más curiosidad que ellas tengan de los dioses y los mortales no permiten ningún tipo de vínculo afectuoso ya que al final del día ellas deben cuidar la majestuosidad de la naturaleza, desde las postales submarinas hasta las más recónditas montañas.
Los lugares que poseen la protección de estos seres tienden a ser calmados, el verde pasto parece invitar a que te recuestas en él, el cielo siempre es azul y como intentando arrullarte las hojas de los árboles caen. Aunque tu no veas a estas criaturas sabes que están ahí, solo debes escuchar a lo lejos sus melodiosas risas que parecen estar tarareando alguna canción.
