[22] De árboles a demonios

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Los grandes árboles se alzaban sobre mi cabeza y las flores bailaban al son del viento

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Los grandes árboles se alzaban sobre mi cabeza y las flores bailaban al son del viento. Bajo mis pies podía sentir el pasto y el rocío de la noche anterior. Alcé mis manos hacia el cielo intentado volar lejos de este orfanato y anhelando la libertad que nunca he conocido.

Mi falda blanca estaba manchada de lodo pero lo prefería así ya que podía esconderme fácilmente de mamá cuando jugábamos a las escondidas.

En esta ronda aún no me encontraba pero sabía que me estaba buscando y no tardaría en encontrarme, conforme más me adentraba entre los árboles y ríos el edificio del orfanato se perdían a mi espalda. Norman no debería estar tan lejos de aquella cerca que nos tentaba a brincarla y escapar de aquel lugar.

Me paré un momento y cerré los ojos para escuchar los sonidos que me envolvían. Quería escuchar las pisadas de alguno de mis hermanos o el viento pero solo se escuchaba un lejano tik tak del reloj de mamá.

Al darme cuenta de él abrí los ojos y me sorprendió ver que la noche ya había caído. Voltee buscando a alguien pero solo escuchaba el reloj que poco a poco se acercaba a mi.

Corrí entre los árboles y arbustos que a la luz del día conocía como la palma de mi mano, sin embargo ahora se volvían sombras y monstruos. Saltaba las raíces húmedas que intentaban agarrar y enterrar mi cuerpo con ellas.

Me detuve abruptamente al ver la cerca frente mío debatiendo entre saltarla o no. Sin embargo, no quedaba mucho tiempo y el mamá no tardaría mucho en encontrarme así que sin pensarlo mucho más salté la valla adentrándome al bosque.

No paré de correr hasta llegar a una zona despejada, la luna intentaba hacerme compañía pero la luz que proyectaba esos demonios que vi aquel día...

Las ramas se volvían brazos y extremidades que sostenían a mis hermanos, las bayas de los arbustos se volvían esos ojos rojos sedientos de carne y el agua del riachuelo se tornaba de sangre.

Intentaba cerrar mis ojos e ignorar el sonido de mamá acercándose, pero no logré mucho antes de sentir sus brazos sostenerme y decir suavemente en mi oído:

"Te atrapé"

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