[18] La lámpara

11 0 0
                                    

Aún lo recuerdo como si fuera ayer, yo apenas tenía siete años y pasaba tardes enteras jugando entre el laberinto de artilugios que se encontraba en la tienda de mi abuela

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Aún lo recuerdo como si fuera ayer, yo apenas tenía siete años y pasaba tardes enteras jugando entre el laberinto de artilugios que se encontraba en la tienda de mi abuela. Desde los viejos libros hasta el celular más nuevo. Todos pasaban por las manos de mi abuela para ser reparados, restaurados o examinados. Inclusive un día pasó frente a mi lo que parecía una estatua egipcia, sin embargo nunca descubrí si era real.

De entre todos esos objetos extravagantes que paseaban por la tienda un día apareció uno que llamó mi atención. En la oscuridad de aquella tienda de antigüedades, hasta el último pasillo, entre la sección de muñecas vintage y los libros bíblicos apareció una lámpara.

Era de una forma bastante inusual. En una placa redonda había tres focos incrustados y con un botón de cristal se prendía. Al prenderla esta proyectaba una figura de lo que parecía ser una niña con ropa muy moderna, imitando la de los personajes de los videojuegos.

El holograma no hablaba, solo hacía movimientos simples como mirar alrededor y pestañear. Una de las soleadas tardes de verano vi la luz de la lámpara prendida y fui lo más pronto a sentarme frente a ella. Ese día hizo un movimiento nuevo, cuando me vio llegar me saludó y se sentó. Fascinado por esta nueva acción le pregunté su nombre y cuando me respondió solo pude ver su boca moverse pero no oí nada.

Miré en busca de mi abuela pero todas las cosas a mi alrededor había desaparecido en una densa oscuridad. Lo único que se veía era el holograma proyectado por la lámpara.

"¿Quieres jugar?"

>Sí No

Unas letras se proyectaron frente a mi. En mi curiosidad pique la opción que si a lo que la niña del holograma sonrió y todo a mi alrededor se convirtió en un mundo nuevo. Había criaturas fantásticas, hadas y cientos de plantas que creía solo haber visto en cuentos.

La niña saltó del proyector a la realidad por fin logró hablar.

"¡Hola Lucas! Soy Elise, una computadora con personalidad propia y el día de hoy tu guía en el juego"

Yo no sabía que responder a todo eso, por lo que solo se dio la vuelta y continuó hablando.

"A ti te ha tocado un nivel un tanto difícil, tienes que pasar por esta jungla llena de obstáculos para salir del juego. Lleva contigo este cristal y podrás aparecer cuantas veces necesites. Eso sí, toma en cuenta que el tiempo en tu hogar sigue corriendo. ¡Buena suerte jugador!"

Atónito ante sus palabras me quedé unos minutos sentado y admirando los colores brillantes de mi alrededor, también había olores únicos los cuales son muy difíciles de describir. Cuando ya había casi memorizado la locación de las cosas comencé a avanzar por el mapa.

Ojalá todo hubiese sido como en el punto de inicio pero conforme más avanzaba más obstáculos aparecen, desde charcos de lodo color morado hasta una parvada de mariposas intentando llevarme. Los minutos se hicieron eternos y el día no parecía terminar, no había día ni noche, sólo esa luna gigante con una cara viéndome burlona. Yo no tenía hambre, ni cansancio y eventualmente parecía que mis emociones también se esfumaron. Pero no me di por vencido.

Cuando por fin llegué al final mis manos estaban sucias, mis pantalones rotos y mi cuerpo lleno de moretones y heridas. Junto al checkpoint se encontraba la niña del holograma viendo al cielo mientras jugaba con algunas mariposas.

"Has tardado mucho pero ganaste el derecho de regresar a tu hogar. Sígueme"

De su bolsillo volvió a sacar la base de la lampara, la puso en el suelo y como aquella vez en la que llegué a este mundo tan psicodélico todo se volvió negro y apareció un mensaje en el aire.

"¿Quieres salir del juego?"

>Si No

Sin vacilar mucho apreté la primera opción y el piso se abrió a mis pies.

Cuando desperté seguía en la misma posición en la que me había ido y en frente del estante en el que alguna vez estuvo el holograma.

"¡No puede ser! ¡Mamá, Lucas regresó!"

No sabía quién era esa niña tan pequeña que se había parado en frente mio pero no pasaba de los seis años. Detrás de ella apareció mi madre y mi abuela quienes lucían más viejas de lo que recordaba.

"¿Dónde has estado todo este tiempo? Creíamos que te habías perdido o habías muerto"

La confusión del momento me abrumó y la curiosidad hizo que hiciera una pregunta

"¿Cuánto tiempo ha pasado?"

"Cariño, te fuiste por trece años. Ahora tienes una hermanita." contestó mi madre preocupada y cargando a la niña en brazos.

"Pero... la lámpara..."

"¿Cuál lámpara?, deberías descansar y cambiarte esas ropas que apenas y te quedan."

Se adelantaron y me dejaron solo entre los artilugios de la tienda. Voltee a mi alrededor y buscando entre mis bolsillos encontré el cristal que me había dado Elise.

Así que todo eso sí sucedió...

Short StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora