Rey abrió los ojos. Una absoluta negrura la rodeaba. No veía nada y tenía el cuerpo entumecido. El dolor había desaparecido, pero no el miedo. La Jedi trató de levantarse, pero las piernas no le respondían. Nunca antes había sentido tal soledad y desesperación. El silencio era absoluto. Lentamente, fue poniéndose en pie. No se atrevía a avanzar porque no sabía cómo era el terreno, sí podía caer... o perderse. Recordó entonces las palabras de Luke... "En ese lugar no hay materia, solo energía". Tenía que confiar y seguir, a pesar de la completa oscuridad. Ben estaba allí, en algún lugar. Rey sacó su sable láser y lo activó. La luz amarilla no sirvió para iluminar su camino esta vez, pero le dio la seguridad para ir dando pasos cortos. Fue avanzando mientras intentaba serenarse.
Frente a ella, la nada. El tacto bajo sus pies era algodonoso y sus pisadas no provocaban sonido alguno. Un pánico que no había sentido antes empezaba a invadirla. Se obligó a continuar, a no pensar y a visualizar una senda frente a ella que no existía, una ruta hacia Ben. Entonces, un rumor lejano llegó a sus oídos. Eran ecos de voces, muy leves, tanto que pensó que quizá se las estaba imaginando. A lo lejos, la oscuridad empezó a tomar forma y Rey vio las siluetas de varias personas, iluminadas en la distancia. Apretó el paso para acercarse a ellas, esperanzada. Las voces se hacían ahora más nítidas.
-"¡Eres un monstruo!", "Eres mi huésped". "¿Te ha contado lo que pasó?" "No estás sola". "Te ofrecí mi mano, querías tomarla, ¿por qué no lo hiciste?". "Quería tomar tu mano, la mano de Ben"...
Las palabras encendían los recuerdos en la mente embotada de Rey. Fragmentos de su historia con Kylo Ren, con Ben, se materializaban frente a ella. Como si fueran espectros, su figura y la de él vivían una y otra vez todos los momentos que compartieron juntos. La joven no entendía qué estaba pasando pero se quedó hipnotizada frente a aquella ilusión del pasado. Avanzó hasta el final del túnel y se detuvo ante el último momento que ambos habían compartido. Su cuerpo inerte yacía sin vida. Ben se arrastraba hasta ella al límite de sus fuerzas y la tomaba con mucho esfuerzo entre sus brazos. Su rostro se contraía por un dolor muy profundo. Miraba alrededor, como buscando ayuda en la nada y la acunaba, sin poder contener el llanto. Aquella imagen la quebró. Después contempló cómo el joven colocaba su enorme mano en su vientre y le insuflaba toda su energía vital. Ella volvía a la vida casi inmediatamente. Y entonces sucedía lo que tantas veces había recordado durante los últimos meses: ella reconocía a Ben. Ren había desaparecido. Los dos se fundían en un beso que habían ansiado durante muchísimo tiempo. Un beso tan breve como inolvidable. Un momento que contenía todo lo que podría ser y no sería. No hicieron falta las palabras, todo estaba expresado en aquel contacto fugaz. Toda una historia que acababa antes de empezar. Y tras esto, la negrura. El enorme cuerpo del Jedi quedaba laxo, sin ella poder hacer nada más que evitar que su cabeza se golpeara contra el suelo. Rey apartó la mirada, no quería volver a rememorar aquellos momentos, dolía demasiado. Entonces comprendió que todo aquello que estaba viendo no era otra cosa que la mente de Ben. Sus recuerdos. Volvió a mirar y descubrió que las imágenes empezaban a desaparecer. Cada vez eran más difusas. Rey empezó a correr. Temía lo peor: que estuviera perdiendo la memoria. Que hubiera llegado tarde y Ben ya no la recordara.
Tras ella, siguiéndola de cerca, un ser oscuro se ocultó, fundiéndose con el entorno. Era alto, joven y muy delgado, llevaba una túnica gris tosca y cubierta de polvo. Su rostro parecía haber salido de las profundidades del infierno. Estaba cubierto de carne cercenada y profundas cicatrices. Empuñaba una espada láser doble de un intenso color morado. Sonrió al ver a la joven apresurarse y salió tras ella. Rey se detuvo. Había sentido una conmoción en la Fuerza. Un escalofrío recorrió su espalda y se dio la vuelta rápido, con su sable láser preparado. La criatura apareció ante ella y sin esperar un solo segundo la atacó, blandiendo su arma a toda velocidad. La Jedi pegó un salto hacia atrás y se defendió, deteniendo el golpe del sable de su enemigo con el suyo. Aquel ente se movía con una rapidez antinatural e igualaba a Rey en agilidad y destreza. La chica gritó y empezó a avanzar, arrinconándole con los hábiles movimientos de su espada. La fuerza de los golpes de su oponente era demoledora y su poder Sith era evidente. La empujó hacia atrás con la Fuerza y Rey perdió pie, pero se levantó sin pensarlo y contraatacó. Con un salto y una voltereta, llegó hasta él y empezó a acosarle con los certeros golpes de su láser. El ser reía, un sonido agudo que hacía daño en los oídos y helaba la sangre, pero la joven no cedió un centímetro. La criatura empezaba a estar en dificultades. La Jedi no se cansaba de acosarle y pronto el enfrentamiento iba a terminar con una clara vencedora. Cuando su enemigo perdió el arma en uno de los giros que la joven le obligó a hacer, la chica sonrío y le obligó a arrodillarse. Rey se preparaba para asestar el golpe final cuando una figura apareció ante ella. Alta, oscura, con una larga capa negra y un casco sembrado de grietas rojas y brillantes. Kylo Ren empuñaba su arma roja con forma de espada ante su rostro y la amenazaba. La Jedi vaciló, sin entender qué estaba pasando y la criatura del sable morado aprovechó para golpearla con la Fuerza desde atrás, dejándola inconsciente. Antes de que cayera, Kylo Ren sostuvo su cuerpo y la alzó en brazos. El ser volvió a reír y se levantó.
- Todo ha salido como estaba previsto, Ren. Ahora, volvamos al mundo de los vivos, al que perteneces. La Díada en la oscuridad se hará real y nos hará eternos.
Kylo Ren y el ser oscuro desaparecieron en medio de la negrura, transportando a la joven Jedi en sus brazos, totalmente indefensa.

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Respira
RomansRey se enfrenta a una nueva vida después de la muerte de Ben Solo. Como la última Jedi que queda con vida, tendrá que fundar una escuela donde entrenar a nuevos Padawans. Pero el recuerdo de Ben la tortura y una nueva amenaza surge en los mundos des...