Interrogatorios

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Durante los dos días siguientes, nadie vino a liberarla de la celda. Extrañada, Rey permaneció inquieta, preguntándose dónde estaría Ren. La experiencia que habían compartido había sido intensa y ella tenía la esperanza de haber acortado la distancia entre ellos. Pero su ausencia era algo con lo que no contaba. Buscó la conexión con él, pero no consiguió nada. Cuando los límites del cubículo empezaban a resultarle insoportables, varios soldados imperiales aparecieron, la sacaron de allí y la inmovilizaron con unas esposas. Por un momento, Rey estuvo tentada de actuar sobre la voluntad de aquellos hombres y liberarse. La oportunidad era perfecta. Pero entonces recordó cuál era su misión y se obligó a mantenerse serena.

La condujeron por los corredores interminables del destructor imperial hasta una enorme sala, un hangar prácticamente vacío, con un trono de piedra presidiéndolo todo. En él estaba sentado Mortis, acompañado de un serio Kylo Ren. El silencio era sepulcral. Ambos no dejaron de mirarla mientras era conducida a su presencia. Ren se mantenía callado, sin cruzar una mirada con ella, pero Rey percibió sorpresa. No la esperaba allí.

- Querida chatarrera. Mi ilustre invitada. Te he hecho venir porque me preocupa el devenir de los acontecimientos. Sé que mi acólito se ha sentido violentado por sus conversaciones contigo. He incluso ha recuperado algunos recuerdos que no le han resultado nada agradables.

Rey esperaba que Ren reaccionara, pero se mantuvo impasible. Frío y neutral.

- Me alegra que la conexión entre vosotros se haya recuperado. Era uno de mis objetivos principales. Pero no queremos desestabilizar a mi mejor hombre. Así que si no empezamos a hacer progresos con esa unión u obtenemos de ti algo de colaboración, nos veremos obligados a tomar medidas drásticas.

Rey endureció el gesto. Dio un paso adelante, pero los guardias la sujetaban.

- No te tengo ningún miedo. Y no pienso abrazar el Lado Oscuro, así que puedes dejar de intentarlo cuando quieras.

La risa de Mortis dañó sus tímpanos. Era aguda y chirriante.

- Qué valor más extraordinario demuestras. Sé que será difícil que lo hagas voluntariamente. Pero tengo otros métodos.

Mortis alzó la mano y un dolor agudo la sacudió. Millones de pinchazos atravesaron su cráneo y Rey gritó, perdiendo el equilibrio. Kylo observó la escena. La ira se encendió dentro de él. Sentía el sufrimiento de la chica y eso le hacía perder el control. Cerró los puños. Mortis continuaba torturándola.

- Voy a averiguar dónde están tus amigos... y aunque aún no estemos del todo rearmados, me encargaré de atacar la sede de la Nueva República. Destrozaré todo lo que amas, Rey. Si no colaboras.

Mortis intentaba llegar hasta el fondo de sus recuerdos. Pronto averiguaría que los rebeldes estaban en Naboo. El miedo se abrió paso en medio del dolor más extremo que había sentido jamás y Rey bloqueó su mente. Pero no lo podría mantener por mucho tiempo. Kylo observaba la escena, cada vez más nervioso. El tormento a la que se veía sometida la chica era insoportable. Sin pensar muy bien qué hacía, detuvo el influjo de Mortis con la Fuerza y se situó entre él y Rey. Mortis le miró con extrañeza. El interrogatorio finalizó de forma abrupta.

- ¿Qué te ocurre, Ren? ¿Acaso quieres continuar tú?

Rey boqueó, tumbada en el suelo. No podía moverse, las fuerzas la habían abandonado.

- Ella no va a revelártelo. Pero creo que yo puedo obtener la información que buscas. Déjame a solas con ella. Yo me encargo.

Mortis le miró, con los ojos entrecerrados.

- Vaya, vaya. Espero que tus intenciones con ella no tengan que ver con la compasión sino con la dominación.

Kylo dio un paso al frente.

- Nuestra conexión es fuerte. La estoy acercando al Lado Oscuro. Dame unos días y te lo demostraré. Ella misma nos acompañará en el primer ataque a la Resistencia.

Mortis rió, confiado.

- Esto me agrada. Me agrada sobremanera, mi persuasivo amigo. Llévatela y haz con ella lo que quieras. Pero espero avances pronto o la quebraré.

Ren asintió. Los soldados iban a levantarla del suelo, pero él les detuvo con un gesto. Se arrodilló y tomó a la joven él mismo entre sus brazos, alzándola sin esfuerzo. Mortis les siguió con la mirada mientras abandonaban la sala. Rey seguía inconsciente mientras Kylo la transportaba por los pasillos de la nave, apretando el paso lo más posible. Quería perder de vista a Mortis cuanto antes. Estaba preocupado por la chica, la sentía débil y lejana.

No tardaron en llegar hasta los aposentos de él. Kylo la tumbó sobre una cama mullida. Se sentó junto a ella. Rey respiraba despacio y tenía los ojos cerrados. Le secó el sudor con dulzura y la miró largo rato. La chica empezó a serenarse. Ren sintió cómo recuperaba la normalidad y eso le tranquilizó. Cuando empezó a despertar, el joven se levantó y se alejó de su lado lo más rápido que pudo. Rey miró alrededor. Le dolía cada molécula del cuerpo y sentía las extremidades muy pesadas. No vio a nadie y no sabía dónde estaba, pero notaba una presencia cerca. Se intentó levantar, confusa, pero no fue capaz.

- Será mejor que descanses, Rey.

La voz profunda que decía su nombre era la de Kylo. Intentó buscarle con la mirada pero no le encontró. Ren se acercó a ella y utilizando su poder en la Fuerza, la sumió en un sueño profundo y reparador, al que no pudo resistirse. Cuando supo que Rey estaba dormida, Kylo regresó a ella. Sin necesitar otra cosa, se pasó largas horas observándola. Solo cuando llegó la mañana, el guerrero se retiró de su lado.

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