Recibimiento

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El Halcón Milenario descendía sobre los enormes bosques de Naboo. Solo Finn y Chewie estaban esperando su llegada, como Rey había pedido. Cuando la rampa se abrió, Rey tomó la mano de Ben y sintió que temblaba ligeramente. Le miró a los ojos y le sonrío, tratando de infundirle ánimo. Él asintió y tragó saliva, iniciando el descenso hacia el suelo. Lo primero que se encontró fue el rostro serio de Finn, que le observaba con una desconfianza mal disimulada. Ben hizo un gesto con la cabeza, a modo de saludo. La reacción del wookie fue mucho más cálida e inesperada al verle: se abalanzó sobre él y lo aprisionó en un largo abrazo, emitiendo gruñidos de alegría. Rey sonrió, emocionada y se dirigió hacia el ex soldado de asalto, que la miraba con cierto resentimiento.

- Hola, Finn. Hemos venido tan pronto como hemos podido.

Su amigo asintió, visiblemente molesto por la presencia de Ben. Rey lo abrazó, derribando sus reservas, pues no tardo en corresponder a su abrazo. Cuando se separaron, Chewie iniciaba el camino de vuelta al palacio de Naboo, donde la corte del nuevo gobierno se preparaba para el inminente ataque que se preveía. Finn detuvo al wookie.

- No, Chewie. Poe nos espera en otro lugar. No debemos ir al palacio aún.

El wookie emitió un gruñido airado, pero se dio la vuelta y volvió hacia ellos con resignación. Finn les hizo un gesto con la mano.

- Vamos al bosque, a la cabaña de Maz. Es más seguro.

Iniciaron el camino en silencio. Ben estaba muy nervioso y Rey podía sentirlo, pero no sabía si era buena idea decirle nada, delante de más gente. Así que se limitó a tomar de nuevo su mano. El hombre la miró y le sonrío tímidamente, pero en sus ojos había confusión y ansiedad. Finn advirtió que la pareja llevaba las manos entrelazadas y su cuerpo se tensó. Algo intuía, pero eso confirmaba que entre ellos había algo más que una mera colaboración. No tardaron en llegar a un claro en el bosque, cuando ya anochecía. La pequeña Maz les esperaba junto a una hoguera y según les vio aparecer, se abalanzo a los brazos de la Jedi, riendo de felicidad.

- Rey, mi guerrera. Te hemos echado mucho de menos. Veo que vienes muy bien acompañada, ¿no es así?

La mujer se acercó despacio a Ben. La diferencia de altura entre ambos era tal que resultaba casi cómica. Ben se agachó para recibir el saludo de Maz, quien deslizó la mano por su rostro y cerró los ojos. Respiró hondo y sonrío ampliamente.

- Ben, niño. Por fin has vuelto. Siento a tu padre en ti. Ay, tu padre. Ese bribón.

Ben sonrió a su pesar ante ese comentario. Sin darle tiempo a reaccionar, la mujer se abalanzó sobre él en un abrazo lleno de calidez que le dejó totalmente fuera de juego. Se quedó rígido durante unos segundos y luego correspondió al abrazo, torpe.

- Te has hecho todo un hombre. La última vez que te vi, cuando tu tío Luke te llevó a su templo, no tenías todavía ni barba. Y no eras así de alto, eras un mocoso. Llegas tarde, pero llegas. Eso es lo importante.

El emotivo encuentro se quebró de súbito cuando de la cabaña salió Poe, con expresión de preocupación. Rey fue a su encuentro y se abrazaron, pero la seriedad de Dameron no varió. Miraba a Ben con desconfianza mal disimulada. Se separó de la joven y se dirigió al grupo.

- No tenemos tiempo que perder. Sabemos que van a atacarnos de forma inminente. Hemos interceptado varios mensajes. Y no sé si estamos preparados esta vez. Las tropas se han dispersado. No tenemos efectivos.

Ben dio un paso al frente. Se aclaró la garganta. Estaba mucho más nervioso de lo que quería admitir pero hizo un enorme esfuerzo por ocultarlo.

- Habría que hacer un recuento de con cuánta gente contamos y lanzar un mensaje de emergencia. Yo puedo intentar conseguir soldados que se unan a nuestra causa. Hay muchos militares disconformes con el sistema y que son leales a mí.

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