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La pelirroja bajó a la cocina encontrándose con la rubia, está tenía los ojos hinchados, estaba más delgada y tenía unas ojeras grandes.

—Saliste de tu habitación, eh —se sentó alfrente de la rubia.

—Es... me aburrí mucho —la rubia miro a la pelirroja, le sorprendía que siempre fuera tan tranquila, aunque eso es parte de un ángel ¿no? Ser el bien era parte de Yui. ¿Los ángeles sufrían?

—Bueno... ya paso un mes desde lo de Pink, creí que ya no saldrías... Casey nos dijo que te diéramos tu espacio y fue lo que hicimos —la chica tomo la mano de la menor.—No quiero verte triste por amor.

—Abuela... ¿los ángeles sufren? Bueno... ¿suben por amor?

—Tú eres un ángel y lo estás haciendo, querida —respondió tranquila, se levanto y coloco agua para su té.

—Ya... pero, ¿tú has sufrido? —jugueteo con su cabello. —¿Quien ha sido tu desamor más grande?

La pelirroja se quedó estática, por un momento recordó esos ojos carmín y ese cabello oscuro y no precisamente era Tyler del que se había acordado, sintió una presión en su pecho y bajo la mirada.

—No tengo ningún desamor —mintió. Miro a la menor con dulzura.— sé que extrañas a Pink, que la quieres ver y hablar con ella como si nada hubiera ocurrido, pero cariño... eso no va a pasar, Pink te amaba ¿si? No deberías mortificarte tanto —tomo una taza y un sobre de té.— Hay personas que están para quedarse en tu vida y otras para irse... así es esto.

—Aún no estoy lista para dejarla ir...

—Nadie nació listo para ello.

거짓말~ LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora