Capítulo 24 "¿Autobot o Decepticon?"

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~N. Lucas

Primer día, está bien, puedo con esto…espero. Han pasado diez minutos desde la última sesión, son 8:37 am y aún no se qué va a ser de mi aquí. Tamborileo el escritorio al ritmo de Cada dos minutos de Despistaos, hay algo en está rola que hace que en mi mente el rostro de Sam aparezca, me doy una bofetada mental al darme cuenta que estoy cayendo de nuevo en este vicio que se aferra a mí con más fuerza cada vez; un vicio, eso es lo que se ha vuelto para mi pensar en Sam.

Cada dos minutos cambio de opinión, si me roza el corazón, con el filo de sus labios.

Cada dos minutos trato de olvidar todos los momentos que pasamos. Cada dos minutos una eternidad, cada dos minutos sin tocar tus manos.

Cada dos minutos pierdo la razón, me abandona la ilusión, me tropiezo y me caigo.

—Tiene linda voz. —Mi cabeza gira con un poco de brusquedad para ver de quien se trata, una chica pelirroja, con el rostro lleno de pecas y unas gafas color rosa esta parada en la puerta de la oficina.

—Eh, gracias, no me di cuenta de que estaba cantando.

—Descuide.

—¿Llevas mucho tiempo ahí?

—Solo un par de minutos. —Me muerdo el labio y la miro.

—¿Dije algo…comprometedor? —El color sube a sus mejillas y agacha la mirada, es un gesto tierno.

—No, solo lo escuche cantar.

—Lo siento, pasa por favor. —Señalo el asiento frente a mí y ella asiente a la vez que avanza. —Supongo que vienes a hablar conmigo. —Asiente. —¿En qué te puedo ayudar, bonita?

—¿Perdón? —Parece un pequeño tomate, ay cotita, me dan ganas de coger sus mejillas y obligarla a decir "soy una vaca rechoncha".

—Tiene una bonita sonrisa. —¿Sonrisa?

—¿Estaba sonriendo?

—Sí, lo hizo.

—Háblame de tu, si te sientes cómoda. —La veo dudar unos segundos y asentir. —¿Cómo te llamas?

—Montserrat.

—Es un lindo nombre. —Le sonrío cálidamente y cuando parecía que la chica no podía sonrojarse mas, lo hace. —En fin, ¿qué te trae por aquí?

—Yo, eh…no lo sé. —Ya han venido tres chicas a "hablar" conmigo, las tres preguntaron si tenía novia, si la edad era algo importante para mí y si consideraría salir con una estudiante…¡La juventud de ahora!

—¿No sabes?

—Bueno, sí pero…no soy muy buena hablando. —Tengo experiencia con esto, Sam me ha entrenado.

—De acuerdo, no hablemos. —Veo como un signo de interrogación se le mete entre ceja y ceja. —¿Qué música te gusta?

—Amo el country.

—¿Country? —Asiente con una sonrisa de oreja a oreja y brillo en sus ojos. —Yo no soy fanático del country, supongo que porque no conozco mucho del genero. —Giro el monitor de mi computadora para que quede en su campo de visión, paso el teclado hasta el otro lado y lo pongo justo frente a ella. —Ilumíname.

—¿En serio? Digo, me encanta la idea de perder clase y escuchar música—¿Sam? —, pero ¿no lo regañarán o algo parecido?

—No, mi trabajo consiste en que usted  señorita,—Levanto mi mano a la altura de mi pecho y con el dedo índice la señalo. —se sienta cómoda estando conmigo y así pueda contarme que le preocupa, lo que le inquieta o simplemente lo que le gusta.

Memorias de una adolescente.♚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora