Su mirada era casi suplicante. Su rostro perfectamente iluminado por la luz de la luna y esos ojos verdes mirando a los míos hacían de está una de mis noches favoritas; obviando, claro está, el hecho que nos trajo hasta aquí.
—Entonces está olvidado. —Aparece poco a poco en su rostro esa sonrisa que tanto me gusta, pero no alcanza sus ojos. Bajo mis manos de sus mejillas a sus hombros para abrazarlo y atraerlo hacia mí.
—Samanta, por favor, nunca...nunca te alejes de mi lado.
—¿Por qué crees que me alejaría?
—Prométemelo, Sam. Por favor. —Para Lucas las promesas siempre han sido importantes. Si no vas a cumplirlo, si crees que no podrás o que hay algo que pueda hacer que faltes a tu palabra simplemente no lo prometes.
—Antes dime el porqué del desastre en la suit. —Miro hacia sus manos, la sangre ha dejado de escurrir creando una costra en sus nudillos, estos se ven morados y el cigarro que Lucas tenía en sus manos ha terminado de apagarse. —¿Fue todo por el beso?
—Creí que lo habíamos olvidado.
—Lo olvidaremos después.
—Primero duerme, no quiero que aparezcan ojeras en tu rostro por mi culpa. ¿Dónde está James?
—El está bien, no te preocupes. —Me toma en brazos y mientras se recuesta sobre una banca del muelle empieza a cantarme "Mi persona favorita" de Río Roma. Desde que escuchó esa canción me la canta en cada oportunidad que tiene para recordarme lo importante que soy para él. Su voz se vuelve cada vez más lejana hasta que me invade el sueño.
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—Buenos días princesa.
—Buenos días. —Me estiro un poco para depositar un suave beso en su mejilla. —¿Podemos hablar ya de lo que pasó anoche?
— ¡Qué manera de arruinar el momento! —Su voz tiene un exagerado tono dramático y me saca una sonrisa. Me lleva al otro lado del muelle, aún es temprano, quizá de madrugada.
—¿Qué hora es?
—No lo sé, quizá las cinco o las seis.
— ¡¿Y por qué me despertaste?! —Espero que ría como hace usualmente cuando me quejo por las mañanas pero no lo hace.
—Estabas...pronunciando mi nombre y sobabas mis nudillos. Creí que tenías una pesadilla...además mujer ¡no seas floja!
—Es la segunda vez en este viaje que sueño lo mismo. —Su semblante toma un tono de preocupación y me toma de la cintura para subirme al barandal. Toma lugar entre mis rodillas y me sostiene de la cadera para evitar que me caiga. Se recarga contra el barandal y posa su cabeza sobre mis piernas.
—Cuéntame. —Empiezo a jugar con su cabello, entrelazando mis dedos con sus mechones.
—En realidad no es importante, lo que realmente me interesa es saber que paso anoche, ¿por qué reaccionaste de esa manera?
—Tengo el presentimiento de que está relacionado. Dime, ¿fue en el avión que tuviste ese sueño?
—Eh, s-si. ¿Cómo...
—También pronunciaste mi nombre. ¿Qué soñaste?
—Estábamos en la escuela, yo estaba sentada en el árbol y tú llegaste, dijiste que venías de limpiar el patio trasero o algo así. Tenías vendada la muñeca, fue la primera vez que callamos. ¿Tiene algo que ver con lo sucedido la noche de ayer?
—Tiene todo que ver.
—¿Quieres hablarlo?
—Necesito hacerlo. —Tomó una bocanada de aire tan profunda que pensé que sus pulmones estallarían en cualquier momento. Levanto la cabeza y la profundidad de su mirada me hizo centrar la atención en el de forma inmediata. —Cuando tenía doce, trabajé un tiempo como niñero, cuidaba de una pequeña de ocho años. Ella era tan inocente, tan pura...su nombre era Nataly. Una noche sus padres iban a salir a una cena importante y me pidieron que me quedara a dormir porque no sabían a qué hora regresarían.
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Memorias de una adolescente.♚
Teen Fiction¿Quieres saber de qué trata? Tendrás que descubrirlo por ti mismo. Estimado lector, está puede sonar como una historia cliché pero no te dejes engañar por el título, las cosas no son lo que parecen. La protagonista te invita a conocer a su mejor ami...