Memorias de una adolescente.♚

Capítulo 18 "Ábrete sésamo."

—¿Ya llegamos?

—En cinco minutos.—Lucas ya está algo cansado de que pregunte si ya llegamos, son aproximadamente quince minutos de camino desde su casa a la escuela, de los cuales llevo diez preguntado lo mismo.

—¿Ya mero llegamos? —Pronuncio alargando la última palabra.

—Si amor, ya casi.

—¿Ya merito? —Me siento como Burro en Shrek.

—Joder Sam, te voy a bajar. —Felipe está mordiendo su corbata para evitar decirme algo, James no para de vociferar cosas en sabrá Dios que idioma y mi madre no para de reír ante la expresión de Lucas.

—¿Serias capaz de bajarme?

—¡SI!—Contestan los tres al unisonó. Idiotas. Pasa menos de un minuto y el auto está en silencio, puedo ver la heladería de Don Carlos y las cejas de James suben y bajan sugestivamente en mi dirección, asiento con una sonrisa y centro mi atención en la ventana.

—Lucas.

—Ya, ya mero llegamos.

—No era eso. —Ruedo los ojos.

—Ah, ¿qué pasa?—Gira a la izquierda.

—¿Hablaste con Charly? —Mamá se gira hacia Lucas y el asiente.

—Sí, hace dos días y todo estaba arreglado.

—Ya...¿va a venir?

—Eso creo.

—¿Nerviosa?—Felipe me mira esperanzado a la espera de un rotundo no.

—No se le pregunta a una persona que está a punto de subir a un escenario frente a mas de cien personas si está nerviosa.

—Creo que eso es un sí. —Interviene Jamie.

—No lo estaba.

—¿Lo estás ahora?

—No, tranquilo. Felipe, tienes la corbata hecha bola ya déjate en paz el nudo.

—Lo siento. —Él sí parece estar nervioso.

—A ver, lo único que vas a hacer es pararte ahí y llamar a tus alumnos por numero de lista, les saludas y felicitas al entregar papeles. Es todo.

—Se dice fácil.

—Hey, soy yo quien dará el discurso de despedida.

—Nenas, nenas, las dos son bonitas. —Dagas se disparan a la nuca de Lucas, Felipe le indica un lugar para aparcar y él se estaciona justo ahí.

—¡MAD! Chicos, ahora vuelvo.—Salgo del auto disparada hacia mi amiga. —Hola.

—Hola Ferrel, ¿has visto a Edson?

—Madeline, acabo de bajarme del auto. Tu cerebro no recibe oxigeno suficiente querida.

—Cállate Sam. —Después de reírme un poco de Madi la tomo del brazo para ir en busca de Ed.—¿Qué es eso? —Madeline señala a un grupo de globos de helio con un pellón enorme que pone "Felicidades Samy", justo a un lado se encuentra un grupo de personas, no me da tiempo de explicarla a Mad qué es lo que ocurre, la suelto y empiezo a correr en esa dirección.

—¡Bebé! —Mis brazos rodean el cuello de mi hermano y mis piernas se han enroscado en su cintura, lo escucho hablar pero no hilo las palabras. La emoción de tenerlo de vuelta es tan grande que no hay lugar en mi capaz de contenerla.

—Te extrañé.—Me separa de él y limpia el rastro que las lágrimas dejaron en mi rostro. Suerte que no me maquillo, porque de ser así en este momento parecería un mapache.