Capítulo 17.

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Llamo a la puerta una y otra vez, pero nadie me abre, me estoy desesperando. Llevo más de cinco minutos ante la puerta, con un ramo de flores en la mano y lágrimas retenidas en los ojos. Dos semanas y media es demasiado tiempo sin ella, pero lo que más me destroza es que ella no haya tenido la necesidad de contactar conmigo.

Cuando por fin abren la puerta, no es Fallon la que se encuentra al otro lado, si no un chico más o menos de su edad con el pelo húmedo y vestido solo de cintura para abajo. La verdad es que es muy guapo, incluso creo que más que yo, pero no puedo imaginarme... No, Fallon no me haría esto.

El chico empieza a hablarme, pero no entiendo nada. Debí pensarlo, sobre todo teniendo en cuenta que el tema del idioma fue tremendo en las primeras citas. Desde luego, hizo un auténtico cursillo exprés para poderse comunicar conmigo.

- Lo siento, no hablo español - digo dando dos pasos atrás - Venía a ver a Fallon López. Me dijo que vivía aquí.

- Vive aquí - sonríe el chico, toalla en mano, secándose el pelo - Ya decía yo que insistías mucho, tú debes ser el motivo por el que viaja tanto - me lo quedo mirando, todavía no sé quién es y no sé cómo debo tomarme todo esto - ¡Oh! Perdona, me llamo Hugo López, soy su hermano.

- ¡Cierto! - le doy la mano. Debí recordar que vivía con él - Encantado, yo soy...

- Niall Horan - suelta una medio risa y me deja pasar - Ahora entiendo por qué dejó de ser una fan loca para ser simplemente fan. Yo creyendo que estaba haciéndose mayor y resulta que era que ya se había agenciado al cantante.

- Sí, eso parece - respondo bastante incómodo - Aunque conmigo seguía siendo muy fan loca - los dos reímos.

- Verás, Niall, - se pone serio - Soy amable contigo porque entiendo que discutisteis por algo solucionable, una cagada como las que hacemos todos y porque no soy quién para meterme en la vida amorosa de mi hermana pequeña, pero como le hagas daño a Fallon, yo...

- Vengo a enmendar mi error, no a empeorarlo. Durante estos años, he sido un novio muy egoísta, pero ahora me he dado cuenta y quiero darle exactamente lo que merece.

- ¿Y qué es eso? ¿Un ramo de claveles?

- El mundo entero.

Él sonríe, lo he logrado, creo.

- Bien, puedes esperarla aquí. Debe estar a punto de acabar su turno, trabaja el doble cuando está en España para compensar la cantidad de semanas que no va. Acabarán echándola.

- ¿De qué trabaja? No me había dicho nada.

- Es camarera en la panadería de la esquina. Le permite contribuir en casa e ir ahorrando para sus cosas.

Asiento.

- ¿Me odia?

- Te extraña más bien. Llevaba dos semanas llorando, estos últimos días estaba remontando al fin. Por eso mismo, si tu objetivo es rematarla...

- Lo arreglaré todo.






No sé si 20 minutos pasan igual en España que en Inglaterra, pero a mí se me hacen eternos.

Me da tiempo a conocer a Hugo, quien aprovecha para contarme todo sobre  la familia. Es hermano mayor por cuatro años. Se mudó rápido para irse a vivir con su mujer, Irene y Fallon se fue a vivir con ellos, no porque no quisiera estar con sus padres, si no porque no sabían vivir el uno sin el otro. Aunque con la llegada inminente del bebé, todavía no saben qué va a pasar.

Recuerdo que algo de esto me había contado Fallon ya, pero me alegra que Hugo también lo haga, eso es que tiene confianza, aunque sea un mínimo.

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