Está muchísimo más contenta. Se ha pasado toda la tarde bailando delante de la televisión, con la música a todo volumen y su risa como tema principal. No deja de moverse de un lado para el otro, yo he intentado seguirle el ritmo, pero me he cansado al poco tiempo, así que me he ganado un discurso muy bien argumentado sobre lo viejo que soy. Y lo cierto es que no puedo mentir, esta es la versión de Fallon que más me gusta, porque su felicidad me rejuvenece - aunque sea fuerte que yo lo diga con tan solo veintiseis años -, me hace sentir vivo.
Al final he podido reunir a un par de amigos; no solo viene Lewis, si no que también vienen Shawn, Camila, Justin Stirling, Fletcher, Sam Smith y Anne Marie. Siete amigos que van a conocer una novia que oculto desde hace más de un año. Lo cierto es que estoy aterrado, no sé cómo debo enfrentarme a esto. Solo son siete personas, pero siento como si fuera a presentarla a todo el mundo. El día que se la presente a mis padres, moriré, lo tengo más que claro.
Las horas pasan exageradamente lento. Fallon ha parado de bailar y lleva una hora tomando las nubes; y digo las nubes porque el sol desapareció hace mucho. Se ha tumbado en el jardín, con un podcast en su idioma que habla de a saber qué y que la tiene completamente ensimismada. Tumbada en la hamaca, todavía con el bikini puesto, pero esta vez con una chaqueta, deja el tiempo pasar mientras, con los ojos cerrados, se deja llevar por todo lo que dice esa chica española que me encantaría poder entender.
Pienso en acompañarla, pero, ¿para qué? Está tan concentrada... En vez de eso, empiezo a preparar la casa. Recojo un poco, tiro los vaqueros que ya se perdieron, llamo para que nos traigan la cena y le pido a los chicos que traigan bebidas. ¿Tengo cervezas en casa? Por supuesto, pero no las suficientes para ocho personas que, desde luego, una vez que empiezan, ya no saben parar.
Para cuando llega el momento de arreglarse, ya lo tengo todo preparado; me meto en la ducha y me concedo pocos minutos para ello. Estoy listo demasiado rápido, así que me tumbo en la cama y escucho un poco de música mientras dejo que los últimos minutos pasen. Quedo distraído, pero aprovecho para hablar con mi hermano por whatsapp, hace mucho que no hablamos y lo cierto es que empiezo a extrañarlo, debería ir a verle en cuanto tenga un hueco, y a mamá y papá también. Tal vez podría pedirle consejo a Fallon sobre un buen regalo para Theo, seguro que se le ocurren muy buenas ideas y sería una buena carta de presentación.
El timbre suena, a duras penas puedo oírlo por encima de la música. Me levanto de la cama, quito la música y bajo las escaleras para poder abrir. Lo cierto es que no me suena para nada haber visto a Fallon ir a prepararse y dudo mucho que quiera abrir en bikini. Sigue teniendo la idea de que ha de causar una buenísima impresión a todo el mundo, porque ella es una simple universitaria en un mundo de famosos. Me pregunto cuándo verá que ella es igual que nosotros, que tiene el mismo valor que cualquiera y que si puede ser ella misma conmigo, no es por amor, si no porque es lo único que merece con cualquiera.
Todavía no he llegado a la entrada cuando veo a Fallon salir corriendo escaleras arriba.
- Cacho mierda, ¿por qué no me avisas de que ya llega la hora? - grita en mitad de la carrera.
Me entra un ataque de risa. No puedo parar de reír. A ver, claro que me sabe mal no haberla avisado, lo cierto es que me he concentrado tanto en la música que ni lo he pensado, pero... ¡Madre mía! ¿Desde cuándo me llama cacho mierda? ¿Y qué cojones quiere decir eso?
Shawn y Camila me reciben con doce botellines de cerveza y una botella de champán. Chillan nada más verme mostrando la euforia que transmite nuestra unión.
- ¡Hemos vuelto! - gritan al unísono.
- Pero no sin mí, chicos - comenta mi gran amigo Lewis por detrás.
- Pero, ¡madre mía! - exclamo - Lewis, ¿cuánto tiempo hacía que no te veía?
Los tres entran en casa, van directos a la cocina, ya se acumulan treinta botellines y van sumando. Se abren los primeros cuatro, brindamos y nos ponemos a hablar de cualquier cosa. Porque juntarnos a nosotros cuatro es lo más peligroso que puedas hacer.
El timbre suena un par de veces más, más seguido de lo que podría imaginar, pero Fallon no llega nunca a bajar las escaleras. Me preocupa que se haya arrepentido, que tenga más miedo que yo, que no quiera salir de las sombras.
- Pero bueno, duendecillo, ¿tú no querías contarnos algo? - pregunta Fletcher, tan solo doce botellines después - Creía que esta cena tenía un mensaje para acompañarlo.
- Eso creía yo también... Dadme un segundo.
Subo las escaleras a todo correr, entro en el cuarto y ahí está ella. Delante del tocador, concentrada en su reflejo.
- Estás preciosa, mi amor - digo poniéndome tras de ella, admirando tu reflejo - ¿Por qué no bajas ya?
- Estoy intentando elegir qué peinado me pongo.
- El día que nos conocimos llevabas un conjunto que no te habías quitado en tres días, ibas despeinada y no ibas maquillada.
- ¿Y?
- Y acabamos juntos, ¿verdad? - sonrío - No quieras ser quien no eres, la Fallon que yo conozco ama el pelo suelto y pocas veces se pone otra cosa, así que... Preséntate así - me encojo de hombros - Yo creo que estás espectacular, me pregunto quién te habrá elegido ese conjunto tan chulo.
Por fin sonríe, con sus labios pintados de lila, a juego con sus uñas, con sus ojos marrones brillantes por la ilusión y maquillados con una fina línea en el párpado que le queda tremendamente sexy. El top que le he comprado, el pantalón, el pelo suelto y sus tacones rojos. Es una diosa ahora mismo, una de esas a las que no me importaría venerar durante el resto de mi vida.
- ¿Estás seguro de que esto irá bien, Niall?
- Yo sé que sí, quiero mucho a las personas que están ahí abajo, son buenos amigos. Pero si no te sientes segura, yo...
Me corta con un beso rápido y me muestra la más amplia de las sonrisas. Está totalmente convencida.
- Vamos.
Me coge de la mano, está nerviosa, pero quiere hacerlo, de eso estoy tan convencido como ella. Los dos juntos bajamos las escaleras, ella con pánico en sus ojos, yo con orgullo.
- Señores y señoras, esta es la noticia que tenía que daros - todos se giran, creo que voy a desmayarme - Os presento a mi novia, Fallon López Carrasco, la mujer más hermosa del mundo, con la que llevo saliendo más de un año.
- ¿¡Qué!?
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Nuestra historia.
Fiksi PenggemarUna historia sin principio y sin final, simplemente... Nuestra historia.