Eran apenas las ocho de la mañana cuando el taxi se detuvo frente al pequeño y céntrico hotel.
Aldama pidió a su familia que permaneciera en el auto mientras él contrataba una habitación, al poco regresó para hacerse seguir.
El hotel elegido tenía solo veinte habitaciones, todas de dos niveles, y la que contrató era de dos recámaras.
En cuanto entraron al cuarto llamó a un amigo que administraba una arrendadora de autos y le pidió que le enviara uno al hotel.
- Papá, no tengo nada para cambiarme, ¿podemos ir a comprar?
- No Anna, eso lo haremos en México, no es prudente andar exhibiéndonos, no debemos arriesgarnos.
Desayunaremos, reposaremos un buen rato y después agarraremos camino.
El celular de Aldama timbró, era el profesor García.
- Sí profesor, ya tengo aquí a mis hijos, le agradezco su intervención pero he tomado la decisión de no seguir arriesgándolos, considere terminado mi compromiso con ustedes.
Estoy convencido que no me necesitan y no entiendo las verdaderas razones por las que me involucraron.
García respondió proyectando seguridad y empatía.
- Entiendo su molestia pero le aseguro que todo lo que le dije es verdad y que lo que pasó fue una muy lamentable complicación que nosotros no causamos.
- Le creo, pero para mí lo más importante es la seguridad de mi familia.
No hay forma de que me convenza de seguir trabajando para ustedes.
Dígame a que cuenta debo transferir el dinero que me depositó.
Se lo regresaré íntegro, no me interesa recuperar los gastos que realicé porque no logré ningún avance.
- Señor Aldama, le estoy transmitiendo a su celular un texto con la historia de su familia desde 1522, puede creerme o no, pero usted y su familia fueron señalados desde hace casi cinco siglos para realizar la tarea que le encomendamos.
Ya no lo llamaré más, de usted depende lo que siga.
García terminó su comunicación y Aldama se quedó sin saber que hacer o decir.
- ¿Qué pasó?, ¿qué te dijo ese señor ahora? -preguntó Dulce María-
- Me mandó un archivo a mi celular con la explicación de porqué nosotros como familia fuimos designados para hacer lo que me pidió.
Anna de inmediato tomó el celular de su papá para buscar el archivo.
- Aquí está papá, pero para leerlo con comodidad es mejor imprimirlo.
- Vamos a la oficina del gerente a ver si nos presta una computadora –indicó Aldama y de inmediato corrigió-
Pero no... mejor vamos todos a desayunar y después vemos esto.
- No papá, yo no tengo hambre y lo mejor es que mientras ustedes desayunan, yo vaya a la gerencia para imprimir el archivo y asegurarme de que nadie lea la carta o se quede con una copia.
- Anna, yo tampoco tengo mucha hambre pero tenemos que comer – planteó Dulce María-
Después leemos lo que le mandaron a tu papá, que con seguridad son puras mentiras.
Anna aceptó a regañadientes y todos se encaminaron al comedor del hotel.
Tras instalarse en una mesa, descubrieron que el gerente estaba ahí terminando su desayuno.
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LA SOCIEDAD SECRETA
Historical FictionEste relato da testimonio de la existencia de una sociedad secreta creada por orden del emperador azteca Cuauhtémoc, que preserva hasta nuestros días los conocimientos de las civilizaciones autóctonas del Continente Americano. RENÉ IGNACIO GARCÍA FE...