Cuando Anna entró a la habitación que compartía con Ica la encontró en el recibidor leyendo El Quijote.
El título se mostraba en la pasta con grandes letras.
- Ica, vengo del laboratorio pero aunque el doctor Souza y Mariana piensan que logré hacer contacto con usted, en realidad establecí comunicación telepática con mi hermano.
- ¿Quién ese doctor que mencionas?
- Es el que me entrena, pero me cae muy gordo.
Anna optó por no entrar en detalles sobre sus experiencias con Souza porque incluían pasajes que le avergonzaban, y no quiso arriesgarse a perder la confianza de Ica.
Soltando ese complicado asunto se centró en la telepatía.
- ¿Usted sintió algo?
- Nada.
- Suponía que no había sentido nada porque no alcancé ni a pensar en usted.
Apenas me senté oí la voz de mi hermano.
- ¿Oyes voces? A mi me pasa igual.
- No siempre.
Con usted sentí sus emociones, pero con mi hermano es distinto porque él es quien inicia la comunicación y pues... me habla y yo le contesto.
¿Usted escuchó mi voz?
- Voces... sí, pero en ocasiones he creído escuchar a mi padre, y otras pues... ahora creo que sí, escuché tu voz, pero como no te conocía....
¿Podrías intentar algo así ahora?
- Pues no sé si se pueda, pero supongo que si las dos cooperamos las cosas deben de facilitarse.
¿Qué le parece si nos ponemos de acuerdo en un tema y yo trato de transmitirle lo que pienso?
- Bien, pon el tema.
- Pues... bueno, estoy pensando en como podemos escaparnos.
Ica abrió desmesuradamente sus ojos y con una expresión de sorpresa animó a Anna para que prosiguiera.
- Yo pensaré en como creo que podemos hacerlo e intentaré transmitírselo telepáticamente.
Usted solo concéntrese en mí y trate de escuchar lo que pienso.
Ambas cerraron los ojos, e Ica esbozó una pícara sonrisa que se borró mientras su concentración aumentaba.
Un minuto más tarde Ica dijo con entusiasmo.
- ¿Escondernos en un librero? ¿Es eso?
¿Piensas en que nos escapemos escondiéndonos en un librero?
- ¡Exacto! ¡Es fantástico! ¡Sí pudo! ¡Sí pudimos!
Anna empezó a caminar alrededor de uno de los sillones levantando las rodillas en alto mientras repetía en voz alta.
- ¡El pueblo unido, jamás será vencido!
¡El pueblo unido, jamás será vencido!
Ica soltó la carcajada y haciendo esfuerzos por controlarse, trató de explicar sin crear confrontación, que esa frase y tonada no eran de su agrado.
Aunque originalmente habían sido inspiradas en apoyo a la candidatura de Salvador Allende en Chile, poco a poco se habían convertido en un himno de los movimientos izquierdistas de todo el mundo, pero principalmente de los árabes.
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LA SOCIEDAD SECRETA
Historical FictionEste relato da testimonio de la existencia de una sociedad secreta creada por orden del emperador azteca Cuauhtémoc, que preserva hasta nuestros días los conocimientos de las civilizaciones autóctonas del Continente Americano. RENÉ IGNACIO GARCÍA FE...