CAPÍTULO 35. UNA NUEVA GENERACIÓN DE DEPOSITARIOS

12 1 0
                                    

   Los ocho vigilantes de la finca eran habitantes de la zona y pertenecían a la Sociedad Secreta de Cuauhtémoc.

Distribuidos en la sierra, cincuenta vigilantes más se encargaban de detectar con la debida antelación cualquier amenaza que se aproximara por aire o tierra.

Estaban en Tepoztlán, lugar de antigua tradición mística que está listado entre los centros de energía cósmica más importantes del planeta.

Ahí se habían reunido todos los involucrados en la iniciación de tres nuevos depositarios de la información que Ica Mitchell guardaba en un rincón olvidado de su mente.

Era el día anterior al rescate de Anna.

Liderados por el doctor Velázquez, Ica, diez niños y diez niñas entre diez y doce años habían iniciado su preparación física con base en una dieta vegetariana y baños de temazcal.

Al día siguiente, después de un frugal desayuno, el doctor Velázquez convocó a Ica a una reunión en la que estuvieron también dos niños y una niña seleccionados para convertirse en teoyotahtli.

Anunció que para todos, Ica y él incluidos, la comida de ese día sería solo de agua endulzada con miel y que a las seis de la tarde participarían en una ceremonia muy especial.

A partir de ese momento los cinco permanecieron en una sección aislada que tenía alberca, cancha de juegos, y un jardín con columpio y resbaladilla.

Cuando los tres pequeños salieron al jardín bajo la custodia de una cuidadora, Ica pudo finalmente plantear algunas preguntas.

- Doctor, pensé que una depuración completa de toxinas requería de más tiempo.

¿Realmente estamos listos o ha sido necesario apresurar el paso por alguna razón?

- La única razón aceptable es estar listos -respondió Velázquez-

Usted y los niños están más libres de toxinas de lo que preví.

- Sé a lo que se refiere.

Lo que descubrió en mí es consecuencia de que desde que enviudé me hice casi vegana.

Digo casi porque no todo lo que consumo es producido sin incurrir en alguna forma de explotación.

Mi veganismo no está incluido en el perfil que he hecho público.

No tuve la valentía de pregonarlo porque hubiera afectado la aceptación de los electores.

Ahora me avergüenzo, pero es un hecho que no hubiera podido iniciar mi carrera política si me declaro en contra de casi todas las industrias de alimentos, vestidos, y espectáculos.

Porque el veganismo está en contra de cualquier actividad productiva en la que se sacrifique o se explote a los animales.

- La felicito señora –dijo Velázquez mostrando su agrado por la noticia-

Además de estar haciendo lo correcto para su cuerpo y para el planeta, nos está ayudando a terminar antes de lo planeado.

Ahora me doy cuenta que debí interrogarla con más meticulosidad para ahorrarme preocupaciones.

Motivada por la felicitación y la confesión de omisión por parte del doctor Velázquez, Ica abordó un nuevo tema sobre su persona.

- Entonces tal vez deba decirle algo sobre mi niñez que puede resultar importante.

- ¿De qué se trata? -Dijo Velázquez claramente interesado-

- De niña aprendí algo de español pero hasta los diez años lo que más hable fue chinanteco y náhuatl.

LA SOCIEDAD SECRETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora