CAPÍTULO 14. ICA CONOCE SU MISIÓN EN LA VIDA.

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   Ica acababa de registrarse en un hotel en Monterrey.

Estaba en su habitación intentando recuperarse un poco del agotador viaje desde Washington.

En eso el evento telepático iniciado por Anna diciéndole "Debes platicar con Aldama" le hizo recordar su frustrada cita en Boston y comenzaron a aflorar en ella las emociones que había refrenado cuando tuvo que cancelarla por la intromisión de Nancy Ellis y Bill Saunders.

Lo que más la afectó fue la sensación de estarse quedando sola nuevamente.

En una explosión de nostalgia invocó a su padre natural y le pareció que le respondía diciendo "debes platicar con él".

Ella intuyó al punto que se refería al personaje que había publicado el anuncio en el periódico.

Deseaba hacerlo, pero al mismo tiempo tenía un terrible miedo de perder todo lo que conformaba su vida actual.

Sintió entonces que su alma se fragmentaba y lloró como no lo hacía en años, lloró como solía hacerlo durante su juventud transcurrida en Carolina del Norte.

Amó profundamente a sus padres adoptivos ya muertos, pero nunca olvidó a sus padres naturales con quienes había vivido la infancia más feliz imaginable.

Siempre había sido fuerte, siempre había protegido a todos sin aceptar ni conceder oportunidades para ser objeto de protección, pero íntimamente deseaba ser protegida, deseaba ser débil, deseaba acurrucarse nuevamente en el hogar de sus padres naturales y dormir sin temor a nada, sin temor de despertar y descubrirse nuevamente sola.

Después durmió diez horas corridas para despertarse llena de energía, fue a la piscina del último piso, al regresar a su habitación se dio un reconfortante baño de regadera y se dirigió al restaurante del hotel.

- Buenos días Congresista Mitchell.

Le dijo el representante por Colorado David Blackbeard al entrar al elevador.

- Buenos días David no es necesario ser tan formal a estas horas ¿dormiste bien?

- Sí, realmente bien.

- Me gusta oír eso, pues quiere decir que hoy no te dormirás en la sesión.

- Ni lo digas aún me acuerdo y me da pena, pero es que aquel terrible día no había dormido por los trabajos del comité sobre Afganistán.

- Lo sé, perdona si parecí insensible al mencionar el asunto, realmente intenté bromear pero con eso no debe bromearse.

Discúlpame por favor y si te sirve de algo ten en cuenta que te veías muy tierno babeando.

- ¡Ja!, sí, así decía mi mamá que me veía de bebé ¿Tú dormiste bien?

- Ay querido amigo, sí, dormí bien, pero me asaltaron recuerdos de mis padres, tú sabes, ellos murieron hace tiempo, pero hay días en que me parece que fue ayer cuando yo aún estaba con ellos y no tenía más preocupaciones que mi tarea escolar.

- Te entiendo amiga y cuenta con mi hombro, pero te sugiero que pienses en los seres amados que aún tienes y reflexiones que ellos están dando continuidad a los que ya no están y que en donde quiera que estén deben de estar muy satisfechos de lo que sembraron.

- Es cierto, gracias, tú siempre tan noble y sabio, por eso me gustas.

- Debes platicar más seguido con mi esposa, me encargaré de eso en cuanto regresemos.

- Estoy lista para ir a tu casa, amo a tu familia y tus chilibeans.

Platicando llegaron al restaurante y se sumaron al intercambio de saludos de mesa a mesa, dos horas después iniciaron los trabajos formales con los legisladores mexicanos.

LA SOCIEDAD SECRETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora