Dos días después de la fuga de Ica el director de Los Perseguidores recibió un correo electrónico avisándole que la congresista ya estaba en su oficina.
El mensaje correspondía a la manera en que Ica había decidido atender a quienes intentaran contactarla sin lograrlo.
La inmediata acción fue marcarle nuevamente.
- ¿Congresista Mitchell?
- Sí, ¿quién habla?
- Mi nombre es Emilio Calderón, soy la persona que está hospedando a Anna.
Le estoy hablando de México con relación a la urgencia que tenemos de que regrese con nosotros.
Anna ya regresó y seguramente su salud será afectada si pierde la esperanza de volverla a ver.
- ¿Me está chantajeando con Anna?
- De ninguna manera, solo le estoy haciendo saber lo que sucede por estos rumbos.
- ¿Qué pretende que le conteste?
- Que nos visitará en cuanto entregue usted su oficina.
- ¿Podrá Anna esperar sin que se afecte su salud?
- El saber que usted regresará será suficiente para que ella no tenga ningún sufrimiento.
- Eso me parece muy bien, pero siento la necesidad de que usted y yo platiquemos lo más pronto posible.
¿Cuándo puede venir a Washington?
El director de Los Perseguidores había llamado para negociar el regreso de Ica a México y había considerado el proponer una reunión, pero no dejó de sorprenderse de que fuera ella quien tomara la iniciativa en ese sentido.
No se le ocurrió otra cosa que mostrarse renuente.
- Eso no se lo puedo responder ahora, necesito estar seguro de que no pasará nada que pueda resultar perjudicial para Anna.
- Yo creo que si la deja debidamente cuidada no sucederá nada que la afecte.
Mi interés en reunirnos es porque necesito que me ayude a entender con claridad lo que la está afectando.
La información que he recibido es difusa y contradictoria.
- En ese caso haré los arreglos necesarios para asegurarme que Anna se quede debidamente cuidada y estaré con usted en tres días.
Apenas concluyó la comunicación, Ica llamó a don Juan usando su teléfono privado.
- Papá, me acaba de hablar el jefe de los que me retuvieron en la Ciudad de México y tal como me dijiste estuvo de acuerdo en venir a Washington.
¿Cómo lo supiste? –Ica tuteó a su padre en atención a su insistencia-
- Necesita de tú cooperación voluntaria para poder lograr su objetivo.
Está desesperado y hará todo lo que sea necesario para ganar tu confianza.
De ahí que es importante que crea que no sabes en qué o en quién creer.
Eso define para él la oportunidad de ganarte para su causa.
- De acuerdo Papá, gracias.
A Ica aun le costaba trabajo aceptar que en su memoria estuviera escondida la clave para encontrar el tesoro más grande imaginable.
Pero era evidente que Calderón sí creía en eso lo suficiente como para estar dispuesto a arriesgarse a ser detenido.
Lo que más deseaba era garantizar la seguridad de Anna y en eso pondría toda su argucia y voluntad.
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LA SOCIEDAD SECRETA
Narrativa StoricaEste relato da testimonio de la existencia de una sociedad secreta creada por orden del emperador azteca Cuauhtémoc, que preserva hasta nuestros días los conocimientos de las civilizaciones autóctonas del Continente Americano. RENÉ IGNACIO GARCÍA FE...