Save Me - 💦 ; Black Clover (Noelle × Asta)

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Luego de esa batalla todos fueron a la iglesia de Hage. Como fue planeado, derrotaron a los enemigos sin problema entonces se quedarán un rato en la iglesia de Hage. Al entrar Noelle estaba callada, aún tenía esas pequeñas manchas de sangre sobre sus mejillas.
La hermana Lily le ofreció un pañuelo para que se limpie, la Silva soltó un "gracias" sumamente seco y se limpió. Se habían sentado para comer nomobatatas y ya se escuchaban los que seco, sin embargo Asta como siempre se atascó y empezó a pedir agua. Noelle le tiró agua con su magia a Asta. Todos se empezaron a reír excepto Asta que ya estaba medio ahogado. La hermana Lily entre unas risitas le dejó un vaso de agua a Asta.

— Bakasta, un día de estos morirás ahogado cuando nadie esté para darte agua. — Dijo cruzada de brazos sin embargo nuevamente habló. - No es que me preocupe por tí ni nada, simplemente cumples tú labor de batalla.

— ¡Ni que fuera un arma de batalla! — Dijo con la mano en el corazón como si se lo hubiera herido.

— Realmente somos armas de batallas. Nuestro cuerpo es un arma y un escudo, nuestro poder nos domina y ellos manejan el cuerpo con falta de maná nuestro cuerpo está decaído al punto de desmayar así que somos como armas de batalla... sin importar el miedo, furia, felicidad, enojo, tristeza que sintamos debemos de pelear, dar todo hasta nuestra vida en el campo de batalla. — Comentó seria viendo fijamente al albino. Sin embargo dio su primer mordisco a las nomobatatas y su garganta se secó en un instante. — ¡A-agua!

Ahora nuevamente la hermana Lily le sirvió agua a Noelle quien la albina tomó el vaso de una. Magna se rió por la reacción de la albina.

— ¡Para manejar el agua tu garganta se seca más rápido que Asta al atascarse al comer! — Dijo carcajeando Magna.

— ¡Heriste mi orgullo de glotón! — Comentó Asta con la mano nuevamente en su pecho como si estuviera lastimado.

— Soy de la realeza no acostumbro a comer esto. — Dijo cruzada de brazos la albina.

Todos se quedaron hablando excepto la albina hasta que llegó el momento de regresar, la despedida fue triste pero sabían que se volverían a ver así que partieron. Noelle fue en su escoba confiada en que esta vez no hubieran problemas y de que la manejaría bien. Asta como daba costumbre iba junto a Magna y Mimosa e Yuno en sus propias escobas y Klaus en su "cosa rara" como le decía Noelle.

A mitad de camino un fuerte viento apareció pero no era problema para los caballeros excepto Noelle quien estaba al borde de caerse hasta que se cayó, cuando estaba al borde de tocar el suelo llegaron a tiempo Magna y Asta.

—Noelle ¿Estás bien? — Preguntó el albino viendo a la albina que estaba pálida del susto.

— ¡S-s-sí! — Comentó la albina medio perdida por el susto.

— ¡Traten de quedarse quietos porque si no caeremos! — Comentó Magna mientras se elevaba al suelo.

— ¿No sería más lógico que vayamos al piso primero? Ni que el crazy ciclone pueda soportar miles de caídas. — Comentó seria Noelle que ya se recuperó del susto.

— No te quejes princesa que la que se cae eres tú. — Comentó Magna volando tratando de regresar donde los demás que les estaban esperando.

El viento arrasaba con llevarlos lejos pero Noelle pasándole magia a Magna lograron salir pero algo andaba mal, se adelantaron de más porque se fueron volando con una fuerza impresionante, en sí estaban por llegar a la sede de los Toros Negros. La cara de Noelle era aturdida por la velocidad al igual que los otros dos.

— E-esto.... — Comentó Noelle aún aturdida.

— Es... — Siguió la frase Magna.

— Una locura... — terminó Asta.

Estos al llegar se bajaron, aún aturdidos. Al entrar a la sede el capitán Yami posó la mirada sobre ellos.

—¿Y a ustedes qué carajo les pasó? — Preguntó Yami por las caras de los chicos.

Entonces llega Zora como todo bromista y tira sus insectos entonces las caras de los chicos cambiaron a unas asquerosas aunque despertaron. La albina se fue corriendo a su cuarto y cerró con fuerza la puerta. Se abalanzó sobre su cama y se aferró con fuerza a su almohada, empezó a lagrimonear.

— No sé porqué me hago la superior, ellos siendo unos plebeyos son mejores que yo... Yo no puedo ni manejar en escoba. — Comentó agarrándose con más fuerza a la almohada. — Al fin y al cabo si soy una vergüenza para la familia Silva, ni le soy fiel a mis sentimientos...

Se abrió la puerta del cuarto, era Asta quien había esquivado todas las trampas gracias al ki. El albino miró a la albina seriamente, se acercó a ella.

— ¿Me dejas ayudarte? — Dijo Asta ofreciéndole la mano a la chica mientras sonreía. — ¿Dejas que haga que todo tú dolor desaparezca?

— Asta... ¡S-salvame! — Comentó la albina lagrimeando

El albino se impresionó por la respuesta de la chica, la albina solo quería ser salvada. La albina agarró lentamente la mano del chico ya que su propia mano le temblababa, el albino la aventó hacia el y la abrazó con fuerza, desde que la secuestraron la quería abrazar con todas sus fuerzas. Más lágrimas caían de los ojos de las muchacha.

Sin embargo, ¿Asta podrá salvarla?