16:00h
A las cuatro en punto empezó el segundo pase de micros. Anajú y Maialen se jugaban su continuidad en la academia, continuidad que cada una iba a defender de la manera que más lo pudieran disfrutar, porque aquello no era una competición, era una exhibición, no porque el nivel alcanzado fuera la excelencia, sino porque a esas alturas de concurso y con la relación que habían creado entre todos, no había cabida para las rencillas. Literalmente, a partir de ese momento, cualquier marcha les partiría a todos el corazón por igual.
La primera fue Maialen.
Noemí pidió concentración, les deseó suerte. El primer pase de micros había sido digno de gala final, y habían saltado las lágrimas en varios momentos, uno de ellos con la actuación de la pamplonica. La Chica Sobresalto se colocó en el centro del escenario y sonrió a sus compañeros antes de mirarse a sí misma en el espejo. Quería disfrutar del que podría ser su último pase de micros y no llenarlo de nervios, tenía la canción segura, se sentía segura tocando la guitarra, y le encantaba todo lo que había conseguido.
Sam la miró, valorando la posibilidad de que en tres días Maialen ya no estuviera más allí con ella, y como si sintonizara una radio, escuchó a Flavio pensar lo mismo, y se dio cuenta de que el dolor sería compartido, que Mai era una pieza fundamental para ellos. En cuanto la chica comenzó a cantar, los pensamientos de Flavio se silenciaron, por completo. Samantha lo miró, sin disimulo. Se había sentado bastante lejos de ella, en uno de los escalones más altos y cerca del piano; Sam, cerca del aula de Manu, en los escalones más bajos. El resto de compañeros se distribuían por los demás huecos, seguros pero nerviosos. Había un ambiente fatalista que señalaba el final de aquello que ninguno podía eludir.
"Voy a pensar en ti, y no olvidar tu nombre", comenzaba la canción. Allí nadie la conocía hasta que Maialen decidió cantarla, y todos se enamoraron de ella, pero en la voz de Mai quedaba aún mejor. Algunas veces la había ensayado con Sam como única espectadora y la valenciana, que a duras penas conseguía emocionarse, había terminado con un nudo en la garganta que sólo le provocaban dos personas allí.
"Cúrame viento, ven a mi, y llévame lejos", continuaba la letra, y Sam la escuchó con otros oídos en esa ocasión, como si adquiriera un nuevo significado. "Cúrame tiempo, pasa para mi", intentó no dejar de prestar atención a su compañera pero sin permitir que la canción se la metiera dentro, o esa emoción que Mai había conseguido arrancarle a veces, a solas, le saldría allí delante de todos e instantes antes de su propia actuación.
"No me despedí, y lo siento, no me dio tiempo a decir lo mucho que te quiero".
Flavio decidió mirar a Samantha en ese instante, pero la chica no le miraba. Se miraba los pies, apoyando la cabeza en su propias manos, creándose algo parecido a una pantalla que le protegiera de la emoción que se estaba creando allí.
Cuando la canción subió de octava y ganó energía e intensidad con el último estribillo, Maialen perdió la afinación, y Sam escuchó a Flavio maldecir en arameo porque lo estaba haciendo perfecto. La valenciana miró al chico: tenía los codos apoyados en las rodillas y la barbilla en los puños, cerrados con tensión, mirando a su compañera con absoluta concentración, la barbilla también contraída y la mandíbula totalmente marcada. Se había cambiado de ropa después de la sesión intensiva de piano y había optado por un suéter de cuello alto azul que Samantha recordaba haberle visto algún día durante las primeras semanas, y nunca más. Un pantalón negro, y ese gesto de dura concentración, y rezumaba elegancia aún sin necesidad de moverse.
"Cúrame viento, ven a mí, y llévame lejos, sácame de aquí", a pesar de subir de intensidad, la canción no perdía intimidad. Flavio volvió a mirar a Samantha, pero esta vez si fue correspondido, esa última frase flotando entre los dos.
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Only love can hurt like this - [ Flamantha ]
FanfictionSamantha descubre que de la noche a la mañana puede leerle el pensamiento a Flavio. No sabe cómo, ni sabe por qué, pero puede. Historia concluida.