9:50h.
Después de la ducha, olvidó volver a colocarse los sonotone. No le gustaba mojarlos y tenía que terminar de ajustarlos, así que se los sacó antes de meterse bajo el agua y el ansia de desayunar con los demás le hizo posponerlo.
Con el pelo mojado y la sudadera amarilla apareció en la cocina y Gérard, Nia y Anaju ya estaban sentados desayunando en silencio, un silencio cómodo y agradable.
- ¿Dónde está Fla?- bien podría haber sido ella quien lo preguntara, pero era Mai, saliendo de las duchas con el pelo también mojado - Nos quedan pocos desayunos juntis ya.
Sam no escuchó ni la mitad.
Preparó su desayuno, tostó pan para dos, colocó una mitad en un plato aparte y lo dejó junto con el café ya preparado como sabía que él lo tomaba en la encimera al lado de los escasos cereales que todavía quedaban.
Fla apareció poco después, recién duchado y ordenándose ese pelo oscuro con la punta de los dedos. Dijo algo en voz baja, pero nadie le escuchó, sólo Sam creyó oír el murmullo.
- No me he puesto los audífonos, chicos - les advirtió. - No me habléis, que no me entero.
- No te enteras nunca, tronca - le respondió Anaju con sorna pero sin mala intención.
- Pero te leo los labios, chata - respondió la valenciana.
Flavio vio el desayuno. Sonrió, miró a la mesa, y vio que Sam lo estaba mirando esperando una reacción. Volvió a sonreír, pero bajó la mirada discretamente y cogió el plato para llevarlo a la mesa, y Sam habría jurado haberle escuchado decir algo que se parecía demasiado a "te comía la boca que te dejaba bizca", y sintió un rubor subirle por las tripas. El murciano se sentó como si nada a su lado, la cogió del cuello y le besó la mejilla, dándole las gracias.
Samantha lo miró, intentando transmitirle la confusión que sentía si había oído bien y al mismo tiempo pidiendo que le confirmara qué había dicho en realidad.
- ¿Qué pasa? - preguntó Flavio, como si la cosa no fuera con él.
Y como no quería que desde fuera se diera más importancia a algo que no estaba segura de haber oído, lo dejó estar. Ya le preguntaría por la noche qué había pasado.
Además, había algo más que la tenía distraída: tenía una cancioncilla dándole vueltas por la cabeza y no recordaba más que la melodía, nada más. Era incapaz de recordar la letra, el intérprete o nada que pudiera servirle para darle referencias a sus compañeros y que la sacaran de esa intriga. Además, tampoco le gustaba que le ayudaran en ese sentido, era como hacerle spoiler de una película, prefería acordarse solita.
- Joder, es que tengo una canción en la cabeza... - les dijo, sin saber bien si interrumpía alguna conversación porque no les estaba prestando atención. - Y voy a estar dando el coñazo todo el día hasta que me salga.
- ¿Cuál es?- quiso saber Flavio.
- No te digo nada, que te las sabes todas. Ya me irá saliendo - hizo un barrido visual a la mesa, pues aún estaban todos sentados aunque algunos ya hubieran terminado de desayunar. - ¿Alguien está cantando?
- Hombre, es un programa de canto, cariño - le dijo Anaju, arrancando un par de risas colectivas.
- Estoy escuchando a alguien cantar.
Elevó el dedo índice de la mano derecha como si fuera una radio y estuviera captando onda, y pidió silencio con la otra mano. Los demás la secundaron, agudizando el oído y comprobando que, efectivamente, sólo se escuchaba un profundo silencio.
- ¿Lo oís?- dijo ella, con un gesto de obviedad.
- A ver si vas a escuchar más ahora sin los sonotone que con ellos - apuntó Nia, mitad en broma, mitad no. - Nadie está cantando, Samantha.
- Que sí, escuchad.
Dejó un par de segundos más de silencio y después trató de tararear aquello que sólo ella estaba escuchando, pero sonó el timbre.
- ¿Estás bien, pequeñiti?
Maialen se acercó a ella mientras el resto se ponía en pie para dejar los utensilios del desayuno en la pila, y Sam trató de hacerla seguir el ritmo de la canción, pero en un momento dado dejó de escucharla.
- Ya se ha ido - dijo casi con tristeza.
Hizo lo propio que sus compañeros y puso los platos en el fregadero, y se colocó de nuevo los sonotone con la pila bien puesta y bien ajustados antes de volver al aula.
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Only love can hurt like this - [ Flamantha ]
FanfictionSamantha descubre que de la noche a la mañana puede leerle el pensamiento a Flavio. No sabe cómo, ni sabe por qué, pero puede. Historia concluida.