Capítulo 1

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El colegio es la cosa más hermosa para mi, se que sorprende, además no es sarcasmo. Venir todos los días, leer, aprender todas las asignaturas me encanta. También porque puedo escapar un rato de mi casa, para que mentir.

Ir al colegio siempre me ha parecido algo hermoso pero no por el simple hecho de estudiar. Además la mayoría de la gente va sólo al colegio para ver al chico que le gusta y pues yo no soy la excepción.

Este año voy al primer año de Bachillerato, pero el gran problema es que yo tenía que decidir entre dos énfasis: el bachillerato en Diseño Gráfico y Publicidad o el de Ciencias Sociales, y pues la mayoría de la gente me ha dicho que la primera opción me convenía porque según era más avanzado.

Pues para mi parecer no, sólo son diferentes ramas.

Pues por la indecisión, me deje guiar por lo mejor y me decidí por Diseño Gráfico. Pero la gran diferencia es que yo en vez de venir lunes a viernes en un sólo turno, venía tres veces a la semana y doble turno.

Si, es realmente agotador.

Pero al menos cada vez que venía en el turno tarde aprovecho para ver a mis ex's compañeros, ya que los atarantados se fueron al otro bachiller. Aunque siempre existe rivalidad o desacuerdo en muchas cosas, los extraño demasiado.

Hace dos semanas comenzaron las clases, y ya estoy por morir. En éstos momentos pienso que el colegio ya no es la cosa más hermosa y maravillosa del mundo.

¿Por qué?.

Porque ya no convivo con él.

¿Y quién es él?.

Jair Gosling:

Él ha sido mi compañero de clases desde el cuarto grado de primaria. En ese entonces era un niño de estatura baja, con voz de gallo y bastante odioso. Interactuamos por primera vez cuando yo sólo tenía 8 años y de una manera muy peculiar: Él derramo helado encima de mis zapatos.

Lo sé, espantoso.

Pero cuando estábamos en segundo año de secundaria él comenzó a ser un chico realmente encantador y fue el único chico que no se me acerco por interés por ser una de las mejores alumnas de la clase.

Él si quería ser mi amigo.

Nos llevamos tan bien que nos volvimos muy buenos amigos y pues para mi mala suerte; caí en el rollo de la atracción del sexo opuesto cuando sólo tenía 12 años.

Para mi era el chico más perfecto y genial que he conocido por el simple hecho de que ha estado para mi cuando más lo he necesitado. Me ha apoyado en los momentos en la que tuve tantos desequilibrios emocionales por los problemas en mi casa.

Ahora tengo 15 años y el aún sigue gustándome. Han sido 3 años de pura fascinación hacia él. Pero lastimosamente sólo he recibido su amistad y mi amor hacia él nadie lo sabe.

Él ha sido un chico muy cerrado, pero tuve la oportunidad de conocer su lado cálido. El lado donde siempre está para ayudar a todos sin importar que. Él se abrió a mi muchas veces y me ha considerado una de sus amigas más sinceras y auténticas que tuvo. Hagamos énfasis en la palabra "amiga", ya que aunque no sepa lo que siento por él, me lo deja más que claro con sus palabras.

Le había conocido una novia, pero duraron pocos meses y terminaron. No me avergüenzo de decir que festejé como una loca cuando me enteré, y conste que no tengo ni una oportunidad respecto a nosotros.

Pero al menos me consuela saber que está soltero.

Haber tomado la decisión de irme a otro Bachiller verdaderamente me dolió muchísimo. Ya que muy en el fondo el Diseño Gráfico nunca me interesó, lo hice porque las personas a mi alrededor lo deseaban.

No convivir más con Jair dolió más que cuando me enteré que era alérgica al chocolate.

Si, muy horrible.

Pero lo más  loco es que gracias a una pelea de mis padres, mi madre decidió que lo más  sencillo era irme en un sólo turno al colegio e hizo una solicitud y me transfirieron al de Ciencias Sociales.

Y hoy es mi primer día.

Estoy bastante emocionada ya que volveré a compartir ambiente con mis compañeros de toda la vida. Sin omitir el detalle que volveré a convivir con él, obvio.

Entrar al turno de la tarde siempre tuvo ventajas para mi, ya que uno: odiaba levantarme temprano, y segundo es que iba tener más tiempo para hacer los quehaceres de la casa. Soy una persona muy ocupada con todo, así que se me hace mucho más sencillo.

Me dispongo a ponerme el uniforme del colegio y recogo  mi cabello rubio en una coleta alta.
Me miro al espejo a observar si no hay nada de malo con mi aspecto y por lo que observo, me veo normal.

Mi padre como siempre me lleva al colegio en su motocicleta porque no teníamos los suficientes ingresos económicos para tener un auto, él trabajaba como costurero de ropas en una fábrica y mi mamá en un supermercado.

Con las cuentas de la casa, las deudas del banco, el sustento alimenticio y los gastos escolares que yo tenía, se nos hacía un poco complicado darnos lujo.

Él me deja en frente del colegio y yo no paro de sonreír ante la alegría que emanaba todo mi cuerpo por el simple hecho de volver a estar con los chicos que prácticamente crecieron conmigo.

Ya me imagino la sorpresa de mis compañeros con mi llegada. En especial él, ya que hace 3 meses no nos hemos visto y no hemos hablado ni por mensaje de texto.

Lo extraño demasiado.

Yo ya sabía donde iba ser mi salón de clases y camino como toda una diosa por los pasillos, saludando a los otros alumnos de otro curso que me miran raro porque nunca les he hablado. Llego como toda diva empoderada a mi salón y...

Nadie aún había llegado.

Bueno mi plan de entrada triunfal ha fracasado. De tanta emoción salí un poco temprano de mi casa y pues aquí estamos sentada sola en medio de mesas vacías. Las mesas eran para dos y me preguntaba quien se sentaría conmigo. Todos en la clase tenía su acompañante o mejor amigo con quien sentarse, en cambio yo no. Pero eso es lo menos que me importa en estos momentos.

Poco a poco llegan de a uno  y todos se sorprenden de mi regreso. Todos diciéndome cuanto me extrañaron y algunos inclusive me abrazaron. Obviamente algunos hicieron una mueca de molestia porque yo estaba de vuelta y lo dejo pasar porque no me importa.

Mientras saludaba a las personas con la que más contacto cercano tenía, mi mirada cae en la puerta.

Más bien de la persona que va entrando.

Mi respiración se paraliza, mi corazón late con fuerza, mis manos me sudan, mi sentido común se desconectó y sólo me enfoque ante el ser humano que se acercaba. Después de tres meses sin verlo, sin hablar con él, estaba ahí tan cerca de mi.

Jair Gosling.

Su cabello ruloso color castaño siempre desordenado, ojos marrones profundos como un gato, lunares dispersos en su rostro. Él era hermoso de una manera tan única y tan maravillosa que no me hacía enfocar en nada.

Su mirada cae en mi y  veo un destello de sorpresa y ¿alegría?. No lo sé y no tengo tiempo de pensar.

Una parte de mi quiere correr hacia el abrazarlo y decirle cuanto lo heche de menos. Pero aunque éramos cercanos de cierta forma , él y yo nunca no nos hemos dado ni un abrazo y el es un chico cerrado y debo respetar su espacio personal.

Habla la que lo espía desde un perfil falso.

Cállate Samantha.

Él se acerca a mi sonriendo y yo le devuelvo la sonrisa. Estrecha su mano hacia mi de una forma elegante y me da una sonrisa encantadora. Su voz profunda hace eco en mis oídos que hace que un escalofrío recorra por mi espina dorsal.

— Hola Samy.

Mi Estabilidad ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora