Mi Estabilidad ✔️

Capítulo 6

Estoy a minutos de celebrar uno de los momentos más importantes de cada año. El día en que Dios decidió mandar a la persona más inteligente, a la persona que vino a conquistar el mundo.

Son pincky, son pincky y cerebro, bro, bro.

Perdón la inmadurez.

¡Osea mi cumpleaños!

Cumplo 16 años, quien diría ¿eh?. Menos mal mis padres no mencionaron nada sobre la fiesta, así que supongo que no habrá una
porque si es que están planeando una fiesta sorpresa juro que agarro un químico e intoxicaré a todos.

Bueno, no.

Pero lo malo es que mi cumpleaños cae lunes, osea que onda con el calendario, justo tenía que caer ese día. Así que sólo queda disfrutar éste domingo pre-cumpleaños acostada como boba mirando memes en mi celular. No me juzguen. Para mi es lo mejor que existe

Alguien toca la puerta de mi habitación.

— Adelante.

— Samy— mi madre aparece— .¿Qué estás haciendo?

— Viendo memes.

Se ve un poco inquieta y se sienta en la orilla de la cama, observo detenidamente sus movimientos. Me preparo porque sé que va decir algo importante aunque no sé si es positivo o negativo.

— ¿Pasa algo mamá?

— Quiero hablarte de algo importante.

— ¿Mmm?

Mis manos comenzaron a picarme y una punzada me toma la sien.

— Pues he decidido hacerte caso— dice suspirando— .no habrá fiesta.

— ¡Gracias!— grité arrodillándome y uniendo mis manos como si estuviera agradeciendo a un ser todopoderoso, mamá me mira como si estuviera loca.

— Bueno— se levanta y sigue mirándome de la misma forma— iré a dormir.

— Mamá— ella se gira y me mira. Le sonrío.

— Espero que algún día puedas ver que es lo que será mejor para ti— digo tratando de insinuar el tema de mi padre. Ella arruga la cara.

— ¿De que hablas?

— Mejor ve a dormir, ya es tarde— ella sólo asiente y sale de mi habitación.

La verdad es que no mencioné el tema directamente porque eso traería una fuerte discusión y pues estoy muy animada por la noticia de que no habrá fiesta como para dormir enojada ésta noche.

No habrá fiesta.

Por fin puedo soltar un suspiro de alivio después de recibir esa noticia, por fin una de mis súplicas han sido escuchadas, aunque faltan varias aún.

Miro mi teléfono y veo mensajes de varias personas que decido ignorar porque me da flojera escribir.

Samantha.

No mires si Jair está en línea, no lo hagas.

En el colegio ni siquiera se acercó a saludarme como de costumbre, y yo ni solía acercarme a su grupito. Al cabo que ni quería que me saludara.

Son las 11: 56 pm, faltan 4 minutos, sólo es un año más de vida, en la que sobrevivo para no saltar de un edificio por tus crisis existenciales.

¡Bravo! ¡Que orgullo!

Tengo un presentimiento de que capaz al cumplir 16 años algo en mi va cambiar, no me refiero a lo físico, sino en el carácter. He sido bastante silenciosa todo éste tiempo, nunca dije realmente lo que pensaba porque siempre terminaba siendo juzgada, pero uno está harto de callarse y resignarse a aceptar a vivir en ambientes monótonos, sólo para no crear diferencias.