Capitulo 19

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Hoy era sábado y me habían invitado a un mini encuentro casual en la casa de Saúl. Mi amiga que volvió a recordarme que su novio quería que fuéramos. Ella había pasado por mi, su mamá se encargó de llevarnos. Luego de eso me quedaría a dormir en su casa, mamá tenía una fiesta de cumpleaños en la casa de su amiga y llegaría tarde, así que llegamos a un acuerdo. Por un momento dudé en ir, porque tenía miedo que Jair fuera. Pero me di cuenta que no puedo guiarme por él, que si está o que no.

Y si estaba.

Jair estaba sentado con Saúl. Me quedo paralizada porque pensé que más gente vendría. Aunque debí asumirlo porque Ginger me había dicho que ambos dejaron de juntarse con Monserrath y los demás luego de todo lo que había pasado. 

Mi amiga corre hacia Saúl y se abrazan,  yo me quedo parada y camino para sentarme al otro lado de Jair. Inclusive parecía una cita doble.

Él estaba guapísimo, para que negarlo. Llevaba unos pantalones negros y una camisa del mismo color que se ajustaba a su delgado cuerpo. No puedo evitar sonrojarme cuando él se da cuenta que lo estaba mirando.

Deja de acosarlo, estúpida.

Ginger se sienta a lado mío y le doy un codazo. Antes de que me diga algo ella hace una mueca ante el golpe.

— Esto no es una cita doble, ¿no?

—  ¿Me matarás si lo es?— se encoje en su lugar.

— Lo más probable.

— Ah, entonces no lo es.

—   ¡Ginger!

— Bueeeno, no es una cita doble pero... pensamos que tal vez ustedes se debían una conversación.

Niego una y otra vez.

— Saúl dice que Jair no ha estado bien.

— Me importa una mie...

— La película ya va a comenzar  — interrumpe Saúl. 

La noche transcurrió de lo más divertido, vimos la saga de Crepúsculo y nos encontrábamos discutiendo de que si el vampiro o el lobo debía quedarse con Bella.

— Sin dudas necesito un Jacob en mi vida — digo dando un sorbo de Coca-Cola.

— Yo un Edward que me chupe la sangre—  Ginger no iba a quedarse callada.

— Me tienes a mi— su novio le guiña un ojo y ella le da un beso en la mejilla.

Bueno, que sentimentales se ponen.

— ¿Quieren más pizza?— Ginger ofrece.

— Estoy bien, gracias— decimos Jair y yo al unísono.

La cara de nuestros amigos automáticamente se transforma en una pícara y yo disimuladamente volteo los ojos. Trato de que mi mirada no me traicione y evito constantemente no mirarlo. 

Cuando más veo a la nueva pareja juntos, más convencida estoy de que son el uno para el otro. ¿Por qué?, porque no disimulan para salir corriendo de la sala y subir a la planta de arriba. El ambiente me sofoca una vez que me quedo sola con él.

No hay motivo para desesperarse, tranquila, respira, inhala, exhala. Dios mío parece que voy a parir.

Siento su mirada en mi y es demasiado intensa para mi gusto. Se levanta y camina hacia mi dirección, pero antes de que llegue a mi, camino rápidamente hacia afuera de la casa. Salgo a respirar un poco de aire antes de que me de un paro respiratorio. Pero antes de poder relajarme, alguien me sujeta del brazo y no necesito adivinar quien es. Jair me gira hacia él lentamente y sus ojos están cargados de tristeza. Fortaleza necesito que te recargues. Me suelto de su agarre y me quedo quieta mirándolo porque a pesar de todo, su presencia me sigue dejando sin palabras.

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