Salir con Jair fue una de las experiencias más hermosas que tuve hasta el momento. Aunque sólo haya sido una salida de amigos, algo es algo ¿no?. Tanto que mamá gritó como loca cuando le conté que él me había traído a casa. Y como era de esperarse cuando le conté a Ginger casi me deja sorda como es de costumbre.
Pues yo no negaré que también dí un grito fangirl frente al espejo cuando volví a recordar ese momento. No me juzguen, pero fue algo maravilloso. Sentí que nos volvimos cercanos de alguna u otra forma, que teníamos una conexión especial, aunque sea una de amistad.
Con lo que uno se conforma.
Así que hoy me toca actuar como fanática de un partido de fútbol y una amiga que grita en las gradas. ¿Por qué? porque hoy es el partido de fútbol de la que Jair me habló mucho la semana pasada. Estábamos todo el curso sentado por un lado y la del curso contrario por el otro, quedando frente a frente y la cancha de por medio. Los gritos se hacen presente cuando anuncian a los jugadores.
Veo salir a nuestro portero y a cada uno de ellos. Saúl siempre energético con su camiseta número 9, él se posiciona a lado de los demás.
Hasta que lo observo a él, su cabello castaño ruloso desordenado en una forma que le queda maravilloso, el uniforme del equipo color negro y rayas azules ajustado a su delgado cuerpo. Su mirada con una determinación infalible y por supuesto la banda de capitán por su brazo derecho.
Jair por siempre hermoso.
—Cuidado con la baba— susurra divertidamente Ginger que estaba sentada alado mío.
Me sonrojo levemente y hablo.
— Como si tu no babearas cuando viste a Saúl entrando al campo— la codeo y ella sólo suelta una risa boba.
— ¿Cómo se llamaba nuestro equipo?
— Alcones negros.
De repente Ginger se levanta de la grada con unos pompones negros y azules ¿De dónde saco todo eso? Ella comienza a silbar locamente y alienta a nuestros compañeros a seguirla.
— ¡Todos conmigo!— respira ondo — ¡Serán los ganadores de este partido!
— ¡Alcones negros!— gritamos.
— ¡Son los mejores jugadores del mundo entero!
— ¡Alcones negros!
— ¡Dominan la pelota y son preciosos!
— ¡Alcones negros!
— ¡ Y serán los nuevos campeones del campeonato!
— ¡Alcones negros! ¡Alcones negros! ¡Alcones negrooooos! — culminamos.
La temática de Bob esponja nunca falla.
Todas las gradas gritan cuando el árbitro anuncia el comienzo del partido. Ginger estaba en modo animadora bailando y saltando en las gradas como pescado recién salido del mar. Yo estaba moviendo mi cabeza de un lado a otro siguiendo mi mirada a los jugadores, estaba mordiendo mis uñas como si mi vida dependiera de ello.
Quiero que ya metan un gol. No sé como reaccionaría si terminamos perdiendo y que nuestro equipo se termine eliminando en la primera ronda. No me quiero imaginar la desilusión en los bonitos ojos de Jair. Él ha dado todo por éste equipo y no quiero que su esfuerzo se vaya a la cola del demonio porque los demás no son tan buenos jugadores como él.
El juego me pone paranoica e histérica. Todos juegan excelente, hacen un equipo maravilloso. No puedo estar sólo pensando en ese chico con esos ojos de gato deslumbrantes.
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Mi Estabilidad ✔️
RomanceLos problemas familiares y sociales han destruido gran parte de los jóvenes. Las etapas de la adolescencia se torna complicada cuando la ansiedad, presión y peso de varias cosas recaen, provocando que la depresión se haga presente. ¿Quién lo sabe pe...