Capítulo 7

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Capítulo siete

Melania se quedó viendo la puerta por dónde saliera Ethan, y un estremecimiento la recorrió, pero esta vez no era de placer, era de temor; pensaba que Ethan le gustaba más de la cuenta; se sentía demasiado atraída por él, pero al parecer, y a pesar de que ella le gustaba a él, no la consideraba de su tipo, o tal vez ya estuviese enamorado de otra mujer y a ella la viera como alguien a quién tuviese que mantener a distancia.

Suspiró, tenía que dejar de verlo como el hombre más atractivo que hubiera conocido, y obligarse a pensar en él como lo que era, el hombre que llevaba a cabo una importante labor de protección del puma de los bosques de Idaho.

De pronto un fuerte relámpago la hizo saltar en su lugar; corrió hacia la puerta pensando en que Ethan tal vez se había alejado huyendo de ella; pero en cuanto llegó a esta, se golpeó fuertemente con un tronco que venía entrando el muchacho sobre sus hombros; cayó al suelo terroso de la cabaña, sin sentido y con un hilo de sangre saliendo de una abertura.

-¡maldición! ¡Melania! – bajó el tronco cerca del hogar y corrió a ver a la joven; la tomó en sus brazos y la llevó al camastro; la puso allí y luego fue a su mochila sacó un saco de dormir y un botiquín y regresó junto a ella; tendió el saco sobre la cama, abierto y luego la puso a ella en este - ¡Mel! – volvió a llamarla intentando que volviera en sí

La cuidó con esmero limpiándole la sangre, luego le puso compresas y luego le puso le aflojó el cinturón y con lago de alcohol y algunos movimientos de sus piernas, consiguió que recuperara la conciencia.

-¡auch! – fue un quejido lo primero que salió de la boca femenina - ¡¿qué... qué me ocurrió?

- te golpeé con un tronco – dijo Ethan; después le diría que ella había salido a la carrera y él no había podido evitar golpearla

- entiendo – dijo ella quedamente – otra vez estás intentando culparte por mi torpeza; pero no tienes que hacerlo

- escucha Mel, lo lamento; pero de verdad vas a tener que ser más cuidadosa, no sé, tal vez deberías mirar antes de entrar o salir de alguna parte

- pierde cuidado, seré más precavida en adelante

- bien, iré a encender el fuego y luego prepararé la cena

- lamento no poder ayudarte; te serían de mucha ayuda mis dotes culinarias – él sonrió en respuesta y luego dijo

- que bueno que no has perdido tu buen humor, a pesar de todo esto. Intenta no levantarte a no ser que de verdad sea algo importante

Ella se quedó recostada, igual y no se sentía con fuerzas para levantarse o hacer cualquier movimiento; al cabo de media hora, Ethan regresó junto a ella con una sopa instantánea y unos trozos de pan; ella se sentó llevándose una mano a la cabeza; le palpitaba a causa del golpe recibido.

-estarás bien; luego de que comas tomarás un analgésico – dijo Ethan, metió la cuchara en el cacharro dónde traía la sopa, la sacó llena y la llevó hacia la boca de ella – abre la boca Mel – dijo cuando ella se le quedó viendo incrédula

- este... yo... no creo que sea necesario que me alimentes

- no solo es necesario; es lo que quiero hacer; comeremos los dos y pues tu necesitas tus manos para ayudar a apoyarte sentada; no creo que tu cabeza haya dejado de palpitar – ella abrió la boca y recibió el alimento, él también comía cada dos o tres bocados y de alguna manera, esa actividad le pareció de lo más hermoso e inesperado que había vivido

- gracias Ethan – susurró ella al final; él sonrió y dejando el cacharro a un lado, la ayudó a volver a recostarse y luego se fue

Ethan salió a verificar al puma y se aseguró de que quedara lo suficientemente protegida, en caso de que él se durmiera y los cazadores regresaran; después de estar satisfecho con su trabajo, fue al interior, rogando que la lluvia no se hiciera más violenta.

TORPE, PELIGROSA Y ÚNICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora