Capítulo 17

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Capítulo diecisiete

Corinne regresó sola a la sala, dónde los dos hombres habían estado bebiendo una copa; los dos esperaron a que Melania regresara, y al no hacerlo, Jefferson preguntó

-¿sabes a dónde fue mi hija?

- se ha disculpado cariño; ha tenido un día muy ajetreado, y dice que tiene mucho que hacer mañana

- hubiera deseado despedirme de ella y darle las gracias por la excelente velada - confesó Ethan poniéndose de pie; Jefferson lo imitó

- también tengo que irme; no sé si sabes, pero mi hija me envió a vivir a casa de mi mejor amigo - Ethan sonrió, sí, esa era Mel; toda una revolución para sus sentidos - te veo mañana cielo - se despidió de su prometida - ¿sales Ethan?

- no todavía; necesito hablar algo en privado con mi hermano - dijo Corinne después de recibir el beso que le diera Jeff

- está bien; te veo mañana muchacho - y se marchó

- ¿Qué sientes por ella? - Corinne no se puso con reproches, solo preguntó lo único importante

- la llevo metida bajo mi piel; no sé si eso te de la respuesta que esperas

- no te haré un interrogatorio; ella está en el jardín, junto a un Jeep; dijo que si querías, ella te podía acercar a tu casa

Ethan no podía correr, porque no se vería bien, pero a grandes zancadas salió al jardín y se desplazó a la derecha. Al llegar había visto algunos guardias vigilando en algunos sectores, se dijo que no podía dejarse llevar por lo que deseaba, en cuanto viera a Mel; descubrió el Jeep un poco más allá y apretó el paso; su muy hermosa y atrevida chica, estaba recargada en la portezuela del conductor; Ethan se acercó a ella y con la escasa luz que les llegaba de una lámpara cercana, pudo percibir el fuego en su mirada. Se detuvo frente a ella y le acarició el labio inferior tirándolo un poco hacia abajo; entonces la besó lento, muy lento, para lo que los dos sentían en ese momento; y entre tanto, le pasó la mano por el muslo descubierto y con habilidad la metió bajo el vestido y luego bajo sus bragas; ella separó un poco las piernas para darle acceso y entonces él encontró sus pliegues y deslizó un dedo por entre ellos hasta su botón, frotándolo, recibiendo su descarga de humedad; Mel gimió y se aferró a sus hombros; entonces él dijo lo que ella quería oír

- Tu ganas Mel, te amo; estoy loco por ti; haber dicho lo que dije para hacer que te marcharas, casi logra enloquecerme. Sube a tu lugar, vamos a mi casa, yo conduzco - su voz sonaba áspera, fuerte, exigente

- Ethan, bésame más; muero por volver a sentirte

- nena, estoy muy excitado; si te beso no podré detenerme y los guardias podrían descubrirnos

Ella hizo lo que él decía, subiendo rápidamente al auto, pero en cuanto Ethan también hubo subido, cerraron las puertas y él se inclinó sobre ella para besarla, como los dos deseaban que sucediera; pero Ethan fue más lejos, con algo de dificultad le sacó las bragas; luego mientras la besaba, entró con sus dedos dentro del cuerpo de ella, consiguiendo que la joven gimiera nuevamente y se moviera hacia su mano

- Ethan, te necesito

Él no se hizo de rogar, sabía que era algo alocado lo que estaban haciendo, pero no quiso pensarlo mucho; abrió su pantalón y liberó su miembro, corrió el asiento hacia atrás y levantándola de su lugar la puso a horcajadas sobre su erección; ella se sostuvo un poco mientras él se ubicaba bien con una de sus manos, y entonces ella pudo descender por completo sobre él.

Por un momento se quedaron absolutamente quietos tan unidos, tan juntos; luego entonces volvieron a unir sus bocas en un beso hambriento; Mel se movió consiguiendo un gruñido por parte de Ethan, que la sujetó de la cadera

TORPE, PELIGROSA Y ÚNICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora