Capítulo 6

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Capítulo seis

Ethan salió de la cabaña con un poco de intranquilidad; hubiese deseado despedirse de Melania, pero pensó que ella podría insistir en ir con él y tal vez le hiciera ceder; ella cada vez le gustaba más; tanto en la montaña como en la cocina de su casa, se había visto impulsado a besarla, resistiéndose con vehemencia a hacerlo.

Tomó una motocicleta que era su vehículo favorito para ir por los delgados senderos de los bosques, de esta manera podía llegar más lejos y vigilar muchos más lugares; usaba unas buenas gafas de visión nocturna y esto le ayudaba para no tener que usar demasiado las luces de la motocicleta o las linternas.

Encontró las huellas del vehículo que descubriera horas antes con Melania, y empezó a seguir el rastro; al poco tiempo llegó a un lugar a dónde un vehículo de cuatro ruedas, no podría seguir, y en efecto; era evidente que quienes hayan sido, habían regresado desde allí; la pregunta era ¿Qué habían estado haciendo allí?

Muy pronto lo averiguó y no de la mejor manera; bajó de su vehículo y se adentró con cautela, usando un bastón de aluminio para evitar o descubrir las trampas, si es que las había. Unos cincuenta metros más adelante, encontró una de aquellas feas máquinas de muerte, que había cumplido su propósito; un zorro había sido atrapado y estaba muerto.

Ethan dejó esa como estaba, igual y por ese animal, ya no se podría hacer nada; sin embargo eso le animó a buscar con más ahínco, hasta encontrar al menos media docena de las infernales trampas; las desarmó y las recogió todas, escondiéndolas luego entre la tupida maleza; las llevaría cuando trajera su camión, o incluso el Jeep de Melania.

Regresó a la cabaña, muy cerca del amanecer, y aunque se sentía terriblemente agotado, quiso saber si su hermosa huésped, estaba bien; fue hasta la habitación de ella y entro; no pensaba encender la luz, por eso entró usando sus gafas, sin embargo al no verla, y la cama hecha; presionó el interruptor y permitió que la luz inundara la habitación, solo para descubrir que la muchacha no estaba.

Por un momento no supo que hacer; pensó que ella realmente estaba enojada por dejarla atrás y se había marchado; revisó sus cosas y encontró que todo estaba allí, salvo su bolsa de mano; incluso su mochila estaba como la había usado cuando habían ido a explorar.

Entonces un nuevo temor se apoderó de él ¿estaría bien? ¿se habría atrevido a seguirlo? No se había dado cuenta que el auto de ella no estaba allí, puesto que el en la motocicleta, entraba por una puerta posterior; fue y se percató de que el auto no estaba; regresó al interior sintiéndose ligeramente preocupado; rogaba que no le hubiese ocurrido algo malo.

Decidió darse un baño; después de todo, no iba a poder descansar, no sin saber que había ocurrido con Melania. Después del baño fue a preparar café, y luego buscó a Tamima para alimentarla; estuvo mimándola por unos minutos, acompañando al sol en su entrada a la tierra; ya se dirigía al interior, cuando escuchó el ruido de un vehículo que se acercaba; se detuvo solo para verificar y cuando comprobó por entre los arboles que era ella, de metió a la casa, sintiendo algo de indignación hacia su invitada, mezclándose con el alivio de comprobar que todo parecía estar bien.

Melania regresó del pueblo muy temprano; había dormido en casa de Helga y se sentía mucho mejor ahora, que la noche anterior; había podido hablar con su padre durante un buen rato, puesto que en Cascade si había cobertura para su móvil; le había preguntado por Tía y él con mucha tranquilidad, le había dicho que no había vuelto a verla, había dejado de salir con ella; la joven se había preocupado, pero Jefferson la había convencido de que todo estaba bien.

Antes de dormir, Melania había conversado con la madre de Helga y le había simpatizado sinceramente; la señora se mostró amable y le confirmó lo que su hija ya le había contado sobre Ethan, a quien apreciaba de verdad y a quien describía como un buen muchacho, como pocos que ella hubiera conocido.

TORPE, PELIGROSA Y ÚNICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora