Tu almohada (NamJin)

CAPÍTULO 11

~SeokJin

Iba de camino a casa, eran alrededor de las ocho de la noche y no había mucho tráfico, después de trabajar en la constructora fui al supermercado compre un poco de despensa, había pasado mucho tiempo que no lo hacía, pero la ocasión lo merecía, volvería a ver a una persona demasiado especial.

Después de mi aniversario de boda la constructora empezó a crecer demasiado y con ella las responsabilidades también, hubo y hay ocasiones en las que no he llegado a casa a dormir ya sea por trabajo acumulado o por que debía salir de viaje repentinamente, pero no me quejo es lo que quería y la verdad ya falta poco para que mi sueño se haga realidad.

Basta decir que con todo esto te descuide un poco mi Nammie, poco a poco siento que nos hemos distanciado, antes solíamos hacer todo lo posible por comer juntos y ahora ya no, antes me contabas que hacías en tu trabajo a cada hora y ahora a duras penas hacemos una llamada diaria, antes solíamos hacer el amor constantemente y ahora ya no me acuerdo la última vez que lo hicimos.

Me pregunto en qué momento permitimos nos ganara la costumbre, quizá todo empezó cuando hablaste de la idea de un bebé, me asusté mucho.

Mientras estacionó el auto, todas estas ideas navegan en mi cabeza, entro con lo comprado y voy directo a la cocina, tal vez estés dormido, así que no hago mucho ruido.

—¿Jinnie?.— se escuchó desde el despacho, seguro estabas trabajando.

—Si Nammie ya llegue.— hable elevando un poco la voz y empecé a organizar la despensa.— ¿ya cenaste?.— pregunte sacando mi delantal.

—Aún no, ¿cocinaras?.— hablaste desde el marco de la puerta de la cocina, estabas ya con pijama,pero llevabas tus lentes así que si estabas trabajando.

—Si, aunque no se todavía que, creo que es muy tarde .— sonreí, ¿cuanto tiempo estuviste cenando tan tarde? ¿cenabas al menos? .— ¿Cómo ha estado tu día?.

— Nada fuera de lo normal, Jisoo me ayuda mucho.— hablabas un poco cansado.

—¿Jisso? ¿Cómo está? tiempo que no la veo, ni a ella ni a mis tíos.— hable con mucha curiosidad, paso mucho tiempo que no iba al bufete, que ya no veía a mi prima.

— Esta bien, es muy eficiente la semana pasada almorzamos juntos con sus padres también, te mandaron saludos.— dijiste mientras ponías agua en la tetera para que hierva.

— ¿Por que no me lo dijiste antes? podíamos haber almorzado todos juntos.— hable sorprendido.

—Te lo dije, pero ese día viajaste de pronto y no viniste, hasta hoy.— respondiste con un poco de recriminación.

— Cierto .— Suspire .— Lo siento.— sonrei con culpa, mientras preparaba una cena ligera para ambos.

— No importa, debes estar cansado, ¿por qué cocinas? .

—Han pasado casi tres meses que no lo hago y ya no se lo que comes, debes alimentarte bien.

—Son cuatro meses ya.— hablaste bajo, te acercaste, comenzabas a abrazarme por detrás y sentí como reposaste tu cabeza en mi nuca, yo solo cortaba verduras en el mesón y me sentí muy cálido con tu abrazo, demasiado. — Cuatro meses que solo paras fuera de casa y que ya no me cocinas.

—¿Enserio? Por que no dijiste nada.

— Van como mil veces he tratado de decírtelo, pero tienes mucho trabajo, el tiempo paso y me dejaste solo .— pare de cortar los vegetales. No pude evitar sentirme mal y senti como tus brazos me sujetaban más fuerte.