Préstamos, de la teoría a la práctica

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La palabra préstamo tiene su origen en el latín, mantiene relación con las palabras parado y pertenencia, al igual que la palabra banco, su significado actual viene desde la edad media, en que una persona pide un monto de dinero a un banco con el compromiso de regresarlo en un plazo determinado pagando un interés.

Si recordamos una de las lecturas sobre instrumentos de renta fija y renta variable, podremos identificar que los préstamos bancarios, en general, son instrumentos de renta fija, ya que se establece un contrato entre las partes en que el banco se compromete a entregar un monto de dinero establecido con el compromiso que el deudor pague de manera periódica una cantidad de cuotas definidas, en que se paga una fracción de la deuda más un interés. Asimismo, haciendo memoria, también lo podemos relacionar con la lectura sobre activos y pasivos, dado que el préstamo es un pasivo para la persona que lo pide, y pasa a ser un activo para el banco, también es cierto lo contrario, los ahorros son un activo para las personas y un pasivo para los bancos.

Por lo que el que pensaba que se iba a poder librar de aplicar las lecturas anteriores en su diario vivir, se dará cuenta de la triste realidad. A lo largo de nuestra vida podríamos tener que tomar préstamos de consumo, hipotecarios, educacionales, de salud, etc. Lo que nos obliga a tomar decisiones financieras a lo largo de todo nuestro ciclo de vida, plop, otra de las lecturas.

Volviendo a los préstamos, una cosa importante que tenemos que considerar es que tienen la flexibilidad de estructurarse de distintas maneras; se puede negociar el plazo, el interés, tiempo de gracia, etc. por lo que es importante que esto se tenga en cuenta al negociar un préstamo ya que todos podemos escoger la forma que más nos acomode si contamos con suficientes conocimientos financieros. De esta manera es importante analizar a la hora de tomar un préstamo que las cuotas sean pagables, es decir que no sean muy grandes respecto a los ingresos mensuales, y que la tasa de interés que ofrezca la institución financiera ofertante del préstamo sea competitiva. Para esto último, la única receta es cotizar en varias instituciones financieras.

Por último, los préstamos pueden estar vinculados a seguros y opciones, temas que se analizarán en otra lectura, lo cual puede dificultar la tarea de comparar créditos entre distintos bancos, una solución que se utiliza en Chile es el uso de una tasa equivalente, el CAEV, lo que ayuda en parte a comparar peras con peras y manzanas con manzanas. 

Ahorrar, la obtención de la libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora