Ahorrar, la obtención de la libertad

El origen de la palabra ahorrar viene del árabe, y guarda relación con dar la libertad a un esclavo o prisionero, pero ¿cómo lo anterior guarda relación con nuestras vidas cotidianas en que normalmente entendemos el ahorro como un monto de dinero que no gastamos en el mes? Lo cierto, es que aunque el dinero no haga la felicidad, cimienta el camino para que podamos hacer pie frente a una emergencia, o cumplir alguna ambición como tener una vivienda propia, nos da la tranquilidad de liberarnos de nuestras preocupaciones financieras.

El concepto de ahorro viene desde el inicio de nuestra civilización, incluso antes que se acuñara el concepto de dinero, el origen de la vida en sociedad estuvo sustentada en el principio gracias a la agricultura, el ser humano se vuelve amo de su destino y decide donde radicarse para subsistir de su trabajo, se ahorraba en la manera de almacenar alimentos para subsistir los períodos en que no se contaba con comida.

Al igual que pasa con los nombres de las personas, el ahorro también puede tener apellidos, tal es el caso del ahorro previsional, que debiera tener el objetivo de darnos tranquilidad en nuestros años de vejez. Además, el ahorro puede ser realizado de manera individual o grupal, como pasa con el ahorro público, en que se generan fondos soberanos para enfrentar crisis como terremotos, u otros desastres naturales.

Para ahorrar se requiere de realizar un sacrificio inicial, privarnos de consumir todos nuestros ingresos, para lo anterior, tiene que existir alguna razón que amerite realizar el esfuerzo, puede ser algo simple como financiar un viaje de vacaciones, o algo más noble como pagar la educación de nuestros hijos, lo importante es que se visualice un objetivo a futuro por el que valga la pena esforzarse.