Entro a la cafetería apurada y busco con la mirada la mesa que estaba ocupando Emily pero no está, hay una parejita de ancianos charlando y ni rastros de ella, desapareció.
Estaba por llamar a la policía porque pensé que la habían secuestrado cuando el camarero se acercó para decirme que mi amiga me había dejado dicho que se iba a dar una vuelta con su chico.
Le agradezco al hombre, y me dirijo a una mesa contra la ventana para poder ver cuando regrese.
El tiempo corre y ella no aparece, me empiezo a impacientar, ¿Qué tanto puede tardar en dar una vuelta?.
Busqué su contacto en mi celular y la llamé pero ella rechazó mi llamada. ¡La rechazo! ¡¿Emily por qué me haces esto?! Habíamos quedado que íbamos a tener tres citas dobles las dos y ella de la nada desaparece.
Le lleno la casilla con llamadas y mensajes hasta que al fin ella me manda un texto diciéndome que está bien pero que no va a volver porque se va a quedar con Ramiro. Miro con bronca al celular como si ella me pudiese ver.
Una mujer con un bebé en brazos, que está sentada en la mesa de al lado, me preguntó si me sentía bien, le dije que sí, que no me pasaba nada grave y ella se tranquilizó.
Pienso que excusa le puedo mandar a Fabricio para suspender para otro día nuestra cita. Sin embargo, cuando la estaba escribiendo me llega un mensaje suyo diciéndome que le faltaba poco para llegar.
Mire a la ventana para ver si lo veía pero no estaba por ningún lado, así que corrí al baño para lavarme la cara y tranquilizarme y cuando estuve lista para enfrentarme a él y a su amigo, me ubiqué de nuevo en la misma mesa.
Por una vez en la vida la suerte estuvo de mi lado, y él llegó solo. Me contó que su amigo le había cancelado a último momento, y me miro medio apenado, yo lo tranquilice diciéndole que mi amiga también había tenido un inconveniente (llamado Ramiro) y ambos ordenamos algo para comer, yo pedí mi tercer café del día con dos medialunas y él pidió un tostado y un café.
Me sorprendió que por Instagram se mostraba atrevido y charlatán pero cara a cara se lo notaba tímido y algo nervioso pues tartamudeaba algunas palabras.
¿Qué te puedo decir? Me encanto que fuera así, me dio ternura, así que me encargué de buscar un tema de conversación para hacerlo sentir cómodo.
Hablamos sobre nuestras familias, y lo locas que están, si yo pensaba que mi hermana y mi papá estaban locos por las bromas que hacían, su familia es peor, tiene hermanitos gemelos más chicos que él, y se la pasan haciendo travesuras a diestro y siniestro. Me contó que él a veces los ayudaba a hacer estas travesuras pero a veces se tenía que encargar de cuidarlos y de lograr que se portaran bien, cosa no muy fácil, según lo que me dijo.
Es muy familiero, cuando empezamos a hablar de las travesuras de sus hermanos se soltó y habló mucho más tranquilo.
También, me contó anécdotas: desde viajes improvisados al medio de una montaña, donde todo les salía mal, lo que me hizo reír en múltiples ocasiones, hasta las cosas más comunes como que su papá intentando hacer chocolate en rama en su microondas casi lo prende fuego.
Él se acostumbró a cuidar a sus hermanos pues sus padres pasan mucho tiempo trabajando, pero eso a él no le molesta porque dice que sus padres son lo mejor del mundo y ama sus trabajos: su padre es psicólogo infantil y su madre maestra del preescolar.
Con esos ejemplos se acostumbró a escuchar sobre niños, a hablar y a interactuar con ellos, incluso calmó al bebe de la señora de al lado cuando no paraba de llorar. La mujer se estaba desesperando porque nada funcionaba para que el niño se calle y Fabri se acercó al bebé y le canto una canción infantil y el nene le estiro los brazitos, Fabri con la autorización de la madre del pequeño, lo tomó en brazos y le siguió cantando hasta que el niño dejo de llorar. Yo miraba embobada su facilidad para calmar a ese pequeño y me invadió una dulzura, hasta que me hizo efecto el tercer café del día y me empezó a doler el estómago, me toque la panza como acto reflejo pero decidí ignorar este malestar porque la estaba pasando muy bien.
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Éramos un par de farsantes
Teen FictionVistos desde afuera éramos una pareja hermosa, pero en realidad lo nuestro era una relación sin implicación romántica, fingiamos ser novios para lograr que nuestros crushes nos presten un poco de atención. Mi supuesto novio, Bruno, es mi mejor amigo...