— ¿QUÉ? ¿EN SERIO? —me grita Emily.
— Shhh no quiero que todo el mundo se entere —la regaño y miro alrededor para comprobar si alguien nos escuchó, veo que nadie nos presta atención porque todos están ocupados contándose las novedades unos con otros y aprovechando los cortos 15 minutos de recreo y me alivio.
— ¿ESTÁS DE NOVIA CON FABRI Y RECIÉN AHORA ME ESTÁS CONTANDO? —sigue gritando mi mejor amiga ignorando mi pedido.
— Déjame pensar... —le digo y ella me mira extrañada, antes de seguir hablando espero a tener toda su atención —. ¿Cuándo querías que te lo cuente si estuviste desaparecida durante estas dos semanas?
— No estuve desaparecida estuve castigada, pero ¿no sabes que hay algo que se llama teléfono? Me hubieses llamado.
— ¿A dónde querías que te llame si tu mamá te dejo sin celular? —le pregunto seriamente.
— Bueno Abril, límpiate tus oídos porque te voy a decir algo importante —me dice afinando la voz generando suspenso—. Hay algo que fue inventado por Antonio Meucci y que fue patentado por Alexander Graham Bell que se llama teléfono fijo. Por si no lo sabes, es un aparato que sirve para llamar a las demás personas cuando hay algo importante que quieras comunicar, por ejemplo que por fin te pusiste de novia con Fabri, y lo bueno de este aparato es que mi mamá no me lo prohibió.
— ¿Siguen existiendo los teléfonos fijos? —le pregunto extrañada, en mi casa hace muchos años que los sacamos, ¿si se tienen celulares para que tener teléfonos?
— Uggg no puede ser que en serio me estés preguntando eso —me dice gruñiendo mi amiga y yo me acerco para tocarle la frente como si estuviera tomándole la fiebre—. Ey ¿qué haces? —me pregunta y se aleja yo solo me río.
— Estoy tomándote la fiebre, ¿te sentis bien? ¿Desde cuándo sabes tanto sobre los teléfonos?
— Es que cuando se está tanto tiempo encerrada y sin nada para hacer, una se pone a investigar. Te puedo hablar de cuanto tardaron en construirse las pirámides egipcias, de los primeros juegos olímpicos y de muchas cosas más, pero lo primordial es que me cuentes todo y con lujo de detalles —me exige.
— Si ya te lo conté —le recuerdo.
Ella lleva una mano a su pecho y me mira ofendida.
— "Emily, sabes que me olvide de contarte algo, estoy de novia con Fabri" —recita de memoria—. Eso no es contar todo y menos con lujo de detalles, me los merezco por ser tu mejor amiga y porque me tuviste abandonada durante todas las vacaciones —me dice mientras se cruza de brazos.
— Fue hermoso —le digo mientras una sonrisa se extiende por mi boca—. El sábado Fabri me llevó a la feria de diversiones. ¿No es un dulce? —le pregunto y Emily asiente—. Yo nunca le había dicho que me gustaba ir allí, pero él se tomo el trabajo de averiguarlo para sorprenderme.
— ¿Y cómo la averiguó? —me pregunta Emily.
Yo le señalo a Mora que está sentada a varias mesas de distancia tirándole comida en la cabeza a un chico. Por ser Mora eso es bastante tranquilo. Y Emily desesperada porque no le cuento lo que ella quiere saber me apura:
— Dale contame, ¿qué hicieron allí?
— Teñirme el pelo —le digo irónicamente, pero ella me mira con más atención para ver si es cierto—. No seas boba, ¿qué vamos a hacer en una feria? Obviamente jugar a todo lo que hay allí.
— Bueno che, nunca fui a una feria de esas.
Yo me levanto rápidamente de donde estoy sentada y le digo sorprendida:
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Éramos un par de farsantes
Novela JuvenilVistos desde afuera éramos una pareja hermosa, pero en realidad lo nuestro era una relación sin implicación romántica, fingiamos ser novios para lograr que nuestros crushes nos presten un poco de atención. Mi supuesto novio, Bruno, es mi mejor amigo...