CAPÍTULO 61 (POV FABRICIO)

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— ¡Fabricio! ¿Me estás escuchando? Falta poco para que llegué Natalia con su mamá, más vale que para esa hora ya estés preparado, y nada de estar de malhumor, yo sé lo que te digo, esa chica es buena para vos, nada que ver a esa insulsa que conocí en el hospital, me alegra saber qué por suerte me hiciste caso y no te juntas más con ella. En fin, me voy a bañar. ¡Para cuando vuelva quiero que ya estés listo! —me avisa mamá del otro lado de mi puerta.

Ni bien se alejó y dejo de darme dolores de cabeza con su estúpida idea, pude volver a relajarme, me volví a acostar en mi cama cual lobo marino en la arena. Si piensa que me voy a "poner lindo" para la reunión que tiene preparada está muy equivocada.

Saco de bajo de la manta mi brazo y busco a tientas mi celular el cual está sobre mi mesita de luz, una vez lo desbloqueo vuelvo a entrar en Whatsapp para mandarle otro mensaje a Abril. Desde ayer que no me habla, me cortó la llamada sin opinar nada sobre esta cena pero creo que no está de acuerdo porque no volvió a escribirme ni a contestar mis mensajes.

No voy a negar que me preocupa la reacción que tendrá cuando se entere de que voy a cenar con esa chica, pero yo hice todo lo posible para avisarle, la llamé decenas de veces y le deje muchos mensajes, pero al final desistí porque entendí que tiene el celular apagado, seguramente no quiera hablar conmigo así que le daré un poco de tiempo para que se le vaya el enojo y mañana iré a verla cuando salga de clases para poder hablar y pasar tiempo juntos.

***

Ante la improbilidad de que una tormenta de nieve sirva de obstáculo para que la amiga de mi madre y su hija no puedan entrar a mi casa decido incorporarme de mi cama para ponerme algo de ropa "decente" aunque, casualmente, opto por ponerme los jean rotos que sé que mamá odia y el buzo más infantil que tengo, estoy seguro de que así Natalia desistirá de querer quedarse a la dichosa cena.

Una vez vestido, me despeino todo lo posible y voy en busca de mis hermanos para volver a recordarles lo que tienen que hacer. ¡Si mamá piensa que está cena saldrá maravillosamente bien puedo afirmar que será exactamente lo contrario!

***

— ¡Verónica me aviso que ya está a punto de llegar! Fabricio, quiero que te comportes como un caballero y hagas sentir cómoda a Natalia, recuerda que ella es una chica bien —escucho que grita mamá mientras golpea mi puerta para avisarme que debo salir a recibir a "mi invitada", realmente detesto que le diga "chica bien" ¿qué se supone que significa eso?

Mascullo un "Ya voy" y escuchó como mamá se aleja y entra a la habitación de mis hermanos.

— ¿Ya tienen todo? —pregunta y se hace un silencio, seguramente ellos le estarán contestando, pero no oigo sus voces—. Tienen papas fritas, hot dogs y gaseosa, préndanse la tele y miren los dibujitos, recuerden que no deben hacer ningún griterío porque está cena es muy importante, ¿entendieron? —les vuelve a preguntar, no me hace falta oírlos para saber que le están siguiendo la corriente, ansiosos de que llegue el momento de interpretar sus papeles.

Luego la escucho salir del cuarto de los gemelos para dirigirse a la cocina donde está papá, sin duda, le debe estar martilleando la cabeza contándole lo bueno que sería que "nuestro hijito se ponga de novio con Natalia, ella es una muy buena chica, es responsable, estudia y le hace caso en todo a su madre"

Espero hasta escuchar el ruido del timbre que avisa que ya están aquí para salir de mi habitación. Llegó justo para ver a mamá en el recibidor ocultando de mi vista a nuestras dichosas invitadas.

— ¡Qué gusto volver a verte Verónica! —exclama mamá emocionada y se abalanza a abrazar a una mujer de una altura promedio y de unos ojos prominentes.

Éramos un par de farsantes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora