CAPÍTULO 45

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— ¡Wooow cantas muy bien muchacho! —dice una mujer que me hace salir de la ensoñación en la que estábamos, recién ahora descubro que mientras Fabri cantaban un grupo de personas se acercó a nosotros y ahora nos miran expectantes. 

— ¡Un aplauso para el chico! —reclama un señor y se pone a aplaudir. Pronto muchas otras personas se suman al aplauso.

Ese sonido me hace reaccionar: desde que Fabri terminó de cantar sólo me quede mirándolo a los ojos, en ellos pude ver muchas emociones, primero seguridad y alegría, después duda y ahora tristeza.

— ¿Ab? Todavía no me diste una respuesta, ¿aceptas? —me pregunta Fabri pero no sale ni una palabra de mi boca.

— Dale chica, decile que sí al muchacho, sí mi ex-marido hubiese sido la mitad de romántico de lo que es este muchacho, aún estaríamos casados —me dice una de las tantas mujeres que están atentas a la situación.

— ¡Vamos contéstale! —se suma a la opinión general un hombre.

Yo desvió la mirada de sus ojos para ver a la muchedumbre que nos rodea, escucho que muchas personas me apuran para que le responda, y yo me bloqueo, lo único que puedo hacer es mirar, como si fuese una película lo que está sucediendo, veo la gente impaciente, Fabri que me mira atento a cada uno de mis movimientos y lo único que me saca de mis pensamientos es esta frase:  

— ¡Si no le decis que sí vos, le digo que sí yo! —me dice una chica más o menos de mi edad que mira a Fabri y parece que se lo come con sus ojos.

Fabri la ignora y me dice de forma tranquilizadora:

— No tiene que ser ahora, Abril. Yo te esperaré hasta que estés segura y puedas tomar una decisión.

Esta frase me hace reaccionar, y distingo que en sus ojos hay un pequeño rayo de esperanza, en mí está apagarlo o alimentarlo. 

— Perdón —es lo que sale de mis labios.

Escucho un coro de "Auch" provenientes de toda la gente que nos está mirando. Algunos se acercan a nosotros y otros se dispersan para seguir paseando por la feria. Fabri me mira y sus ojos se tornan acuosos, aguanta las lágrimas y me dice:

— No tienes que disculparte, quien tiene que pedir perdón soy yo por haberme apurado...

— No es eso —lo freno porque me doy cuenta que entendió mal—. Te pido perdón por haber tardado tanto en decirte que... que SI, TE QUIERO Y QUIERO SER TU NOVIA —la última parte la digo subiendo mi tono de voz y sonriendo de oreja a oreja, no cabe en mí tanta felicidad.

— ¿En serio? —pregunta Fabri y veo en sus ojos que la esperanza renació y que se hizo aún más grande.

— Sí, sí y sí —le digo antes de eliminar la distancia que nos separa para acercarme a él y abrazarlo fuertemente.

Fue un abrazo que nos lleno de energía a ambos, y las pocas personas que quedaron a nuestro alrededor empezaron el cántico:

— ¡Que se besen! ¡Que se besen! ¡Que se besen!

Nosotros, apenas si nos soltamos lo suficiente para juntar nuestras bocas tímidamente, había demasiados pares de ojos mirándonos como para que podamos sentirnos cómodos. Fue apenas un choque de nuestras bocas, pero al separarnos abrimos los ojos y sólo con vernos nos volvimos a acercar y a besar olvidándonos, por un momento, de la gente.

Fue un beso diferente a los anteriores, en este beso nos demostramos que realmente nos queríamos, en este beso asegure mis sentimientos y aposte mi corazón a la persona que tenía al frente.

Éramos un par de farsantes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora